Texto extraído del libro El Arte de la Interpretación del
Horóscopo, de Tracy Marks
Somos mayoría
quienes, como estudiantes de Astrología y como astrólogos, compartimos la mayor
parte de los siguientes objetivos:
1.- Deseamos ayudar
a nuestro consultante para que aclare y encare realistamente la imagen que
tiene de sí mismo, lo cual implica una evaluación exacta de sus fuerzas y
posibilidades, al igual que de sus zonas débiles y conflictivas.
2.- Deseamos
permitir que nuestro consultante se acepte cada vez más, aprecie su propia
individualidad y singularidad, y en consecuencia sea capaz de contemplar
conceptualmente sus dificultades de una manera más afirmativa.
3.- Deseamos
confirmar y, por lo tanto, dar apoyo a cómo nuestro consultante se percibe y
percibe la realidad, especialmente en la medida en que la interpretación
astrológica confirma estas percepciones y traduce en un lenguaje claramente
definido las que pueden haber sido vagas insinuaciones.
4.- Deseamos ayudar
a nuestro consultante a desarrollar una filosofía de la vida que sea más
viable, o una creencia que tenga sentido para él, dé significado a su
sufrimiento, brinde un propósito y proporcione una guía para vivir con más
eficacia. Desarrollar esa creencia, junto con la perspectiva general que la
astrología suministra, puede implicar un desafío a suposiciones falsas,
anticuadas o destructivas, y a creencias transmitidas por los padres y por la
sociedad.
5.- Deseamos dar
apoyo a nuestro consultante en su intento por adquirir conocimientos y escoger
vías de acción que le ayuden a progresar y vencer las principales dificultades
de la vida. A medida que gane más objetividad y claridad en relación con sus
conflictos, se torna más capaz de superarlos.
6.- Al usar
especialmente los tránsitos y las progresiones, deseamos brindar a nuestro
consultante un conocimiento de los ciclos y una gran perspectiva sobre sus
modos de ser, desafíos y oportunidades, para que no solo llegue a ser paciente
y ordenado sino también para que sea dueño de un sentido de la oportunidad
respecto de la acción.
¿Cómo encararemos
probablemente estos objetivos o, por lo menos, cómo plantaremos las semillas
con las que estos objetivos podrán empezar a echar raíces en una consulta
astrológica? Desarrollar esa pericia es, ciertamente, una cuestión de
conocimiento y práctica, al igual que de intención clara. Tener estos objetivos
en nuestro interior y recordarlos continuamente, puede permitirnos hablar y
actuar de una manera que condiga con ellos. Sin embargo, es probable que
también necesitemos traducirlos en términos más concretos.
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