sábado, 10 de febrero de 2007

La Carta Natal como Herencia y Destino

La carta natal es indicadora de nuestras predisposiciones, tendencias y desafíos. Vale decir que nos informa los fundamentos de nuestra herencia y los misterios de nuestro destino.

Pensemos en el destino como aquello que vamos realizando a medida que se despliega nuestra existencia y no como algo ajeno a nuestra intervención.

Ahora, pensemos en el destino como el ingreso de lo desconocido en nuestra vida.

Parece que el destino viniera desde afuera: sin embargo, está siempre con nosotros porque nace con nosotros. Sólo que no estamos enterados, y entonces afirmamos que no participamos en su creación.

Nos convencemos de que es necesario quebrar las estructuras heredadas para provocar el surgimiento de nuestra naturaleza esencial. Es así que, para cumplir con nuestro destino, decidimos hacer lo posible por liberarnos de nuestros condicionamientos y les declaramos la guerra.

La paradoja es que estas mismas estructuras heredadas son la semilla de los desafíos con que iremos labrando nuestro destino. ¿Vamos a exterminarlas?

El pasaje de herencia a destino se inicia cuando descubrimos que estamos atrapados en la repetición y este hallazgo mueve a nuestra voluntad a entregarse al cultivo de la capacidad de innovar.

Reconocer y aceptar que podemos vivir sin el residuo de todas nuestras historias inconclusas, pone en marcha el proceso de ajuste, limpieza y reorientación por el que nuevas formas de expresión de lo que somos irán ocupando paulatinamente su lugar en nuestra realidad.