sábado, 18 de octubre de 2008

Sinastría: Acerca de los Vínculos

La Astrología nos enseña que nos vinculamos para conocer nuestras energías. Desde esta concepción, encontramos tres modos de vincularnos, dependiendo del grado de proyección que incluyan nuestras relaciones.

Cuando nos vinculamos proyectando no vemos al otro tal como el otro realmente es. Lo vemos en base a lo que necesitamos ver para satisfacer nuestras expectativas y necesidades. Entonces proyectamos cualidades, deseos o sentimientos nuestros en el otro, que luego le atribuímos. Así establecemos vínculos simbióticos.

Llega un momento en el que descubrimos que los vínculos nos ofrecen un campo de intercambio y complementación. En este punto tenemos que aprender a ir soltando las proyecciones. Ingresamos así en una etapa alquímica en la que nos hacemos cargo de transformar concientemente nuestra manera de relacionarnos. Se trata de un proceso de limpieza de las proyecciones que se convertirá en un entrenamiento en el terreno de lo vincular.

Como resultado de esta ejercitación conciente y persistente, pasamos a una etapa en la que comenzamos a ver al otro tal como en realidad es. Recién en este momento estamos en condiciones de vincularnos desapegadamente, considerando al otro como un verdadero complementario.

Una vez que comprendamos estos tres modos que nos informan acerca de la dinámica energética de lo vincular, reconoceremos cuál es nuestra manera de hacer encuentro, pudiendo modificarla para que nuestros vínculos puedan ser sanados. La idea es que prevalezca la unión, la complementación y la interdependencia, en lugar de la separación, el antagonismo y la dependencia.

De esto se trata la recta relación entre los seres humanos.

Esta concepción es válida para todo tipo de vínculos. Mediante la creativa modalidad vincular que busca el desapego, podrán ser construídos y sostenidos vínculos sanos, evitando o disminuyendo las situaciones que incluyen luchas de poder, control y manipulación.

Visualicemos un jardín: algunas plantas crecen tanto que se doblan y es necesario colocarles un tutor para sostenerlas y darles un punto de apoyo. Este tutor permanece a su lado sin interferir en su crecimiento ni controlarlo.

De la misma manera, en el encuentro con el otro la función del ser humano es la de acompañar, sostener y dar apoyo, sin interferir en su crecimiento, sin dominar o someterse perdiendo el contacto con su verdadera potencia, esa que sólo se descubre al hallar el justo equilibrio entre la impotencia y la omnipotencia. Este es el concepto de poder como recurso interno.

Vincularnos significa, simplemente, caminar junto al otro, estar a su lado y colaborar en su proceso de evolución, creativamente, en libertad de ser y dejando ser.

martes, 14 de octubre de 2008

Acerca de las Crisis

Nos cuesta contemplar las crisis como oportunidades de cambio, porque a muchos nos es difícil aceptar la pérdida, correr riesgos y rectificar el rumbo.

Nuestra primera reacción es la resistencia. Cuanto más se resiste el ego, más controla, más se cierra y endurece, aumentando la posibilidad de que el quiebre sea mayor que si se mantuviera flexible mediante la aceptación.

Los tránsitos de Saturno y de los planetas transpersonales -Urano, Neptuno y Plutón- simbolizan en Astrología las principales crisis de la vida.

Cada uno de estos planetas se relaciona con procesos de larga duración en los que seremos conducidos hacia diferentes desafíos:

Con Saturno, la maduración y el aprendizaje de la responsabilidad personal en un contexto de orden y de solidez. Hablamos de la construcción de lo propio.

Con Urano, el desarraigo y la pérdida de lo familiar que impone toda renovación de la existencia. Aquí el logro es la libertad.

Con Neptuno, el sentimiento de caos y disolución asociados a toda crisis y, al mismo tiempo, la oportunidad de integrarnos a la dimensión espiritual de la vida.

Con Plutón, la reorientación, repolarización y renacimiento hacia nuevas formas del ser, mediante procesos de limpieza y purificación.

La Astrología identifica las experiencias arquetípicas que todos debemos atravesar en nuestro proceso hacia la individuación en las diferentes etapas de la vida. Esta información nos ayudará a comprender y resignificar el dolor que toda crisis provoca, a fin de que podamos encontrar el sentido y el propósito para responder creativamente y seguir adelante, siendo cada vez más reales.