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miércoles, 9 de mayo de 2012

De dónde provienen nuestros mitos


Extraído del libro “Astrología de las Relaciones”, de Richard Idemon, Ediciones Urano.

¿A qué me refiero al usar la palabra “mito”?

Algunas personas creen que un mito es una fábula, una fantasía o un relato ficticio, pero os aseguro que no es nada de eso. Un mito es la forma en que un individuo o grupo explica algo que observa en su universo como un fenómeno natural, y así lo convierte en una metáfora. Los mitos que recordamos y empleamos –y que aún hoy son tan poderosos para nosotros- siguen acompañándonos porque, independientemente del momento o del lugar, describen facetas universales de la naturaleza humana. Los mitos que nos hablan de Edipo, Electra, Perseo o Medea, por ejemplo, están tan vivos y son tan familiares hoy para nosotros como lo fueron para los griegos. Los mitos son algo que está vivo, y bien vivo, y lo mismo se puede decir de la carta astral, que es un mito viviente, un proceso vivo. La tarea del astrólogo o del consejero astrológico es poner de manifiesto el contenido mítico de la carta.

Cada persona ve el mundo con su propio sistema de mitos y la realidad de cada cual se fundamenta y se basa en su sistema mítico. Pero no creo que se pueda decir cuál es el sistema mítico de una persona sólo examinando su carta. La carta es la puerta que nos da acceso al sistema mítico de alguien, pero por sí sola no nos dice lo que necesitamos saber para definir el sistema mítico de esa persona. La carta es un poco como el hilo de Ariadna, nos permite acceder al corazón de un laberinto y salir de él, pero en realidad no es el hilo. El verdadero hilo es el proceso de consulta que conduce al astrólogo hasta el mito viviente simbolizado y creado por la carta de esa persona. En otras palabras, al hablar y dialogar con los clientes, vamos descubriendo cómo interpretan los mitos de su carta y de su vida.

¿De dónde provienen nuestros mitos?

Se pueden dividir los mitos en tres categorías básicas. Primero están los mitos colectivos, que son los que se refieren al nacimiento y a la muerte, al amor y al matrimonio, al dolor y a la pérdida. Nuestros grandes mitos y nuestros grandes dramas se basan en experiencias humanas muy básicas y universales, compartidas por todos los que hemos vivido o han vivido. Los grandes mitos de todas las culturas tienen temas similares; las melodías pueden ser ligeramente diferentes, pero los temas son los mismos. Por eso la primera categoría de mitos la constituyen los mitos colectivos, y todos somos sensibles a ellos, de una manera u otra.

La segunda categoría la constituyen los mitos sociales. Todos vivimos en una época y un lugar determinados, dentro de una sociedad en particular y hay mitos que se derivan de la sociedad en que vivimos y de aquella en que nos hemos criado. Jung dijo una vez una cosa interesante (la verdad es que dijo más de un cosa interesante, pero esta es la que nos interesa en este momento): que las personas que no han pasado por el proceso de individuación, las que todavía andan proyectando sin reparos su material psíquico por todas partes, tienden a sentir que los demás son como ellas, o que deberían serlo. Tened esto presente, porque es un factor clave que habrá que considerar al analizar el amplio dominio de las relaciones, específicamente en lo que se refiere a la relación entre padres e hijos. Dicho de otra manera: lo que una persona cree que es normal y habitual es lo que es normal y habitual para esa persona. Yo no creo que exista nada a lo que se pueda llamar normal. ¿Qué es lo normal? A una psicoanalista junguiana vienesa le hicieron esta pregunta mientras dabaa un conferencia. Ella insistió en que no había nada que fuera lo normal, pero el público siguió pidiéndole que les diera su definición del concepto hasta que finalmente ella dijo: “Les diré cómo defino lo normal… Si yo lo hago, es normal; si no lo hago, es anormal”. Tema archivado!

En cualquier caso, todos vivimos en una sociedad determinada y nuestra sociedad tiene lo que llamamos “costumbres”, que vienen a ser nuestros mitos sociales. Cada persona debe encontrar una manera de convivir con los mitos universales, colectivos (los que se refieren al nacimiento, la muerte, el amor, la soledad, el espíritu de grupo, etc.) y también un modo de hacer las paces con los mitos de la sociedad en que vive, o por lo menos de adaptarse a ellos. Y cuando, en nuestra condición de astrólogos, hacemos la carta de una persona, es necesario que sepamos algo de sus mitos sociales.

¿Conocen la historia de unos estudiantes de Harvard que mandaron los datos de nacimiento de una cabra a uno de esos servicios astrológicos que hacen la interpretación de las cartas con un programa de ordenador? No aclararon que se trataba de los datos de nacimiento de una cabra, y los empleados del servicio astrológico pensaron que estaban haciendo la carta de un hombre. Los estudiantes recibieron en su momento una interpretación muy completa, algo así como: “Esta persona tiene una gran capacidad para la dirección de empresas, se graduará en la universidad, conseguirá un buen trabajo y tendrá muchas relaciones”. Tal vez esto último al menos fuera cierto. El hecho es que es esencial conocer el entorno social de la persona cuya carta hacemos. ¿Es alguien que vive en Estados Unidos, o en Sudáfrica, o es una persona que nació en el seno de una familia católica muy devota? Todo esto forma parte de los diferentes mitos sociales. Para entender realmente la carta de alguien, tenemos que saber algo de sus mitos sociales.

Por último, están los mitos familiares. Cada familia tiene su propio sistema mítico, representa su propio drama. La psicología profunda abarca la indagación en los mitos psicológicos que hemos heredado de nuestra familia. Delimitar con precisión cuáles son nuestros mitos familiares no hace que las cosas cambien automáticamente para nosotros, pero sí pone esos mitos bajo la luz de la conciencia, donde podemos verlos y examinarlos.

Estos tres tipos de mitos –los colectivos, los sociales y los familiares- se combinan para estructurar nuestros mitos personales. Cada individuo tiene unos mitos personales que se derivan de su interacción con los mitos colectivos, los mitos de la sociedad a la que pertenece y sus mitos familiares. Sobre el sistema simbólico que constituye la carta astral de cada cual, se levanta la capa superpuesta de la mitología personal. Es posible tener una idea de los mitos que configuran la vida de una persona estudiando su carta pero también dialogando con ella. “Diálogo” es una palabra maravillosa que se deriva del griego dialogos, una cominación de dos palabras: logos, que significa “mente, razón y estructura”, y dia, que significa “a través”. La astrología también es un logos, o por lo menos debería serlo; sin embargo, tal como a menudo se la practica, tiende a ser una astromancia, un arte adivinatoria, más bien que un arte del logos. El diálogo entre consejero y cliente puede darnos una visión más clara de la forma en que esa persona interpreta los mitos de su carta y de su vida en general.

Daré un ejemplo. Tomemos el caso de una mujer nacida con el Sol en conjunción con Marte y Júpiter en Aries en la casa uno. Por naturaleza debería ser una persona muy autoafirmativa, dinámica, competitiva, del tipo yang. Pero yo pregunto cómo encaja eso en el entorno social en que nació. La situación es una si proviene de una familia acomodada de la ciudad de Nueva York o de California, o de casi cualquier parte de Estados Unidos o de Europa occidental. Pero las cosas son completamente diferentes si vive en una comunidad campesina de China o en una tribu de la selva amazónica. Vemos así hasta qué punto puede ser diferente su experiencia, según la naturaleza de la cultura en la que vive. Otro ejemplo sería el caso de un hombre con gran predominio de agua, muy lunar, con fuertes características de Piscis o que tenga a Neptuno muy destacado en su carta. Alguien así es místico por naturaleza, tiene una tremenda sensibilidad y más bien quiere escribir poesía y soñar que salir al mundo a competir. Muy pronto empezarán a llegarle mensajes de su familia o de la sociedad, señalándole que hay algo que marcha muy mal en él. A mi modo de ver, este tipo de dilema entre nuestra verdadera naturaleza interior y lo que trata de imponernos la familia o la sociedad es lo que da origen a muchos de nuestros problemas y complejos personales.

¿Cuál piensan que es la necesidad más básica y fundamental en una relación?

La gran mayoría de la gente responde diciendo cosas como: el amor, la seguridad, el afecto, el compañerismo, la intimidad o la confianza, pero yo no estoy de acuerdo con ninguna de estas respuestas. Yo creo que la necesidad fundamental en las relaciones es la revalidación de nuestros mitos básicos. Y creo que, más que ninguna otra cosa, es eso lo que buscamos en una relación. ¿No es interesante? Esto explica por qué tendemos a establecer ciertas pautas en nuestras relaciones. ¿Se han fijado alguna vez en sus pautas? Y no me refiero solamente a las relaciones amorosas, íntimas o eróticas, sino también a los amigos que eligen, a los compañeros de trabajo, jefes y colaboradores que atraen, a las personas al lado de las cuales quizá cenen esta noche, o a cualquiera con quien establezcan contacto durante una conferencia. Todos queremos mantener y resguardar nuestro trasfondo básico, todos queremos estar continuamente recreando, mediante nuestra interacción con los demás, nuestros mitos, sobre nosotros mismos y sobre la vida en general.

Ilustraré lo que quiero decir con una pequeña lección de historia natural. Todos los animales tienen territorios. Por supuesto, el territorio varía de una especie a otra, pero daré como ejemplo específico el de la liebre norteamericana. Esta liebre tiene su territorio y sólo vive en ese territorio. Ahora imaginemos que un depredador, un coyote por ejemplo, persigue a la liebre hasta los límites de su territorio. La liebre volverá atrás para terminar cayendo en las garras mismas del coyote, aunque sepa que éste se la va a comer, con tal de no ir más allá de lo que ella conoce como su territorio. Astrológicamente, yo relaciono esto con el arquetipo de Tauro. Cuando hablo arquetípicamente de un signo, no quiero decir que todas las personas de ese signo sean así. En este caso me refiero a que la seguridad es la esencia del arquetipo de Tauro; seguridad en el nivel material, y protección, comodidad y un afecto que nos nutra emocionalmente son todas las necesidades primitivas que yo asocio con el signo de Tauro. Estas necesidades son básicas para todos nosotros, o más exactamente, para la parte de Tauro que todos tenemos. Tauro es el signo que yo asociaría con el Edén, con el refugio seguro donde reina la abundancia. Ahora bien, quizán piensen que el Edén es un lugar maravilloso para estar y que no querrían abandonarlo jamás, pero las cosas no son siempre así, porque mucha gente vive en edenes muy perniciosos de los que necesitan liberarse. El opuesto de Tauro es Escorpio; el opuesto de este mundo edénico y seguro es la muerte, o el miedo a la muerte. Pasemos ahora del mundo físico de la liebre al mundo psíquico del ser humano. Tal como la liebre, que se mantiene dentro de su territorio básico pase lo que pase, los humanos también vivimos dentro de un territorio psíquico básico, y abandonarlo o ir más allá de sus fronteras lleva consigo la implicación de la muerte, que es la razón por la cual nos resistimos tanto al cambio. De no ser así, estaríamos todos viviendo sin reticencia nuestro lado de Escorpio, quemando viejas cartas, desprendiéndonos de relaciones gastadas, moviéndonos y cambiando cada vez que nos apeteciera.

Daré otro ejemplo de lo que quero decir cuando hablo de trasfondo básico. Tomemos el caso de una persona que afirma: “Nunca puedo establecer una relación con alguien que me ame y me trate bien”. Como siempre digo, si piensas que en el anuncio que publicaste pedías un poeta y no se te presentan más que camioneros, mejor será que revises el anuncio, porque lo más probable es que se te esté presentando lo que pides inconscientemente, en lugar de lo que dices que quieres. Mi teoría es que el trasfondo básico es aquello que cada cual equipara con la supervivencia y, por consiguiente, lo más fundamental, aquello a lo que queremos aferrarnos. De modo que si tu mito básico (o el trasfondo básico de tu realidad) dice que nadie podrá amarte jamás porque no te lo mereces, entonces las únicas personas a quienes podrás aceptar en tu vida serán las que te garanticen que revalidarán ese mito. Si apareciera alguien ofreciéndote un amor auténtico, lo más probable sería que dijeras que es demasiado bajo o está demasiado gordo o es muy viejo, o que es rubia y tú prefieres a las que tienen el pelo castaño, porque necesitas encontrar una manera de racionalizar y explicar por qué esta no es una relación adecuada para ti, que te permita agarrarte bien a tu trasfondo básico. El intento de aferrarnos a nuestro trasfondo básico es la razón principal de que nos quedemos atascados en una repetición interminable de pautas.

La psicoterapia, la psicología profunda y el psicoanálisis se concentran en el intento de hacer aflorar a la conciencia nuestro mito básico, a fin de que podamos tomar conciencia de él y quizá cambiarlo o transformarlo de tal manera que nuestro mundo se ensanche o se abra. En este aspecto, el psicoterapeuta representa el papel de Lucifer, al tentarnos a abandonar el Paraíso: un relato arquetípico que yo asocio con el hecho de abandonar el trasfondo básico.

Lo primero que necesitamos, entonces, es saber cuál es nuestro trasfondo básico. Una vez que conozcamos el territorio, tendremos la posibilidad de ir más allá de él. Hay algo que siempre me ha preocupado. Conozco a muchas personas que llevan veinticinco años estudiando astrología, o que han estado quince o veinte años sometiéndose a psicoterapia o a un psicoanálisis profundo, y aunque como resultado de ello han aprendido muchísimo sobre sí mismas, todavía no han cambiado. Ahora tienen explicaciones mucho más racionalizadas de por qué hacen lo que sea que hagan, pero siguen sin cambiar. ¿Cuál es, entonces, el ingrediente que les falta y que hace que la gente cambie? En primer lugar, es un misterio. En segundo lugar, es ese momento en el tiempo en que tenemos el coraje suficiente para dar el primer paro por encima de esa frontera psíquica que, hasta ese instante, ha significado para nosotros la seguridad. Y tal vez la única manera de poder afirmar que realmente hemos empezado a cambiar sea mirar lo que está sucediendo en nuestras relaciones. Las relaciones son nuestro espejo.

Por ejemplo, si te has esforzado mucho por liberarte de tu trasfondo básico, quizás un día te encuentres con la clase de hombre por quien normalmente te sentirías atraída y ver que ya no sientes la misma poderosa atracción que solías sentir siempre en esa situación. Este tipo de experiencia indica que has cambiado y que, aunque no te hayas librado del todo de tu trasfondo básico, ya has empezado a desprenderte de él.

La carta natal puede ser un indicador tremendamente útil de la naturaleza de nuestro trasfondo básico, pero lo que no puede decirnos es de qué manera lo hemos interpretado. Y otra cosa que no puede decirnos es si todavía estamos en pleno atasco o si ya hemos dado nuestros primeros pasos para salir de él a explorar el resto del mundo. ¿Cómo puede uno descubrir estas cosas? Diálogos. Como astrólogos, es necesario conversar con los clientes para sondear cómo han interpretado el trasfondo básico que se revela en su carta y para descubrir si han dado los primeros pasos hacia el exterior. Cuando alguien les pida una lectura, deben empezar por descubrir por qué lo ha hecho. Este conocimiento unido a lo que muestra la carta, es el camino de entrada al sistema mítico del cliente.


domingo, 1 de abril de 2012

El Mundo del Futuro y la Persona del Mañana


Fragmentos del libro “El Camino del Ser”, de Carl R. Rogers (Ediciones Kairós Psicología, de Editorial Troquel). Este libro fue escrito en 1980.


En la actualidad existen muchos avances que alteran por completo nuestra concepción del potencial del individuo, que cambian nuestra percepción de la “realidad”, que modifican nuestra forma de ser y de comportarnos, que alteran nuestros sistemas de creencias. Me gustaría enumerar, sin entrar en detalles, algunas de dichas direcciones, muchas de las cuales les serán familiares mientras que otras les parecerán extrañas.

En primer lugar, algunos de los avances que amplían nuestra visión del potencial de la persona. (Las categorías que utilizo, en gran parte se sobreponen, pero las separo por conveniencia mental.)

Existe un creciente interés en todas las formas de la meditación, es decir, el reconocimiento y uso de las fuentes de energía interna.

Existe un creciente respeto por la intuición y su uso como instrumento poderoso.

Multitud de personas han experimentado estados alterados de la conciencia, en muchos casos con la ayuda de drogas, pero en creciente número por medio de disciplinas psicológicas. Nuestra capacidad en este sentido abre nuevos mundos.

La investigación en biofeedback muestra que nuestra mente no-consciente es capaz de aprender en pocos momentos, sin que se le enseñe, a controlar la actividad en una sola célula. Con una imagen visual de la acción de algunos de sus grupos de músculos, una persona normal puede cambiar la acción de un grupo de músculos controlado por una célula en la médula espinal (Brown, 1980). Las inferencias de su potencial son portentosas.

Los fenónemos paranormales tales como la telepatía, la precognición y la clarividencia han sido sometidos a suficientes pruebas como para ser aceptados por la ciencia. Además, existen pruebas de que la mayoría de la gente es capaz de descubrir o desarrollar dichas habilidades por cuenta propia.

Estamos aprendiendo que con frecuencia podemos curar o aliviar muchas de nuestras enfermedades con el uso intencionado de nuestra mente consciente y no-consciente. El concepto totalitario de salud está ampliando nuestra comprensión de las capacidades internas de la persona.

Existe un interés creciente en los poderes espirituales y trascendentales del individuo.

Los más destacados científicos que estudian el cerebro comparten la opinión de que existe una potente mente, con una enorme capacidad de acción inteligente, cuya existencia es independiente de la estructura del cerebro (Brown, 1980).

Es posible que la evolución nos conduzca a un supraconsciente y una supermente, con un poder inmensamente superior al de la mente y consciente que poseemos en la actualidad (Brown, 1980).

Examinemos ahora otros avances que alteran nuestra percepción de la realidad. Algunos de ellos están relacionados con la ciencia.

Existe una convergencia entre la física teórica y el misticismo, en especial el oriental: el reconocimiento de que el universo en su conjunto, incluídos los seres humanos, es “una danza cósmica”. Desde este punto de vista, la materia, el tiempo y el espacio desaparecen como conceptos significativos; sólo existen oscilaciones. Este cambio de visión de nuestro mundo conceptual es revolucionario.

La teoría holográfica de la función del cerebro, desarrollada por el neurocientífico de Stanford, Karl Pribram, no sólo revoluciona nuestro concepto  de la operación del cerebro, sino que sugiere que el cerebro es capaz de crear nuestra “realidad”.

Las nuevas epistemologías y filosofías de la ciencia consideran nuestro concepto lineal actual de causa y efecto como una insignificante muestra de los muchos modos de saber. En la ciencia biológica en particular, ahora se considera que las relaciones recíprobas de causa y efecto constituyen las únicas bases de una ciencia racional. Los nuevos métodos científicos revolucionarán nuestra forma de estudiar y percibir el mundo, especialmente el biológico y humano.

Fuera del mundo de la ciencia, también percibimos la realidad por nuevos caminos. Esto es particularmente cierto en lo que hace referencia a la muerte y al morir. Tenemos una aceptación mucho mayor de la muerte como realidad y estamos aprendiendo muchísimo sobre el proceso de morir como culminación del de vivir.

Otros avances están relacionados con la forma en que se realiza el cambio en el individuo. Una buena parte del material de este libro se ocupa de dichos cambios, pero los enumeraré a continuación:

El movimiento feminista es tan sólo un ejemplo de los varios tipos de actividades acrecentadoras del concienciamiento. Otros ejemplos los constituyen el movimiento de los homosexuales y el de los negros, que están cambiando la conducta de la gente, llamando poderosamente la atención a los prejuicios, suposiciones y estereotipos que nos han dado forma.

“Enfocar”, o ser plenamente consciente del momento de una experiencia antes negada, en psicoterapia provoca un cambio psicológico y fisiológico, que produce como resultado un cambio de la conducta.

Existe una nueva comprensión de que la persona es un proceso, en lugar de un conjunto inamovible de hábitos. Esto evoca modos alterados de conducta, incrementa las opciones.

Hay cada vez una mayor tendencia al uso de la psicoterapia individual y un creciente número de pruebas de que dicha experiencia provoca un cambio en el sí-mismo y en la conducta.

Hay multitud de gente que ha experimentado cambios personales y colectivos duraderos, en diversas experiencias de grupos intensivos.

La tendencia a adoptar actitudes más humanas en la educación produce efectos fundamentales en el aprendizaje y en otros aspectos de la conducta.

Otro grupo de tendencias modernas está relacionado con cambios en nuestros sistemas de creencias. A continuación menciono algunas de ellas:

Hay una insistencia creciente en la libertad individual de elección y una correspondiente resistencia a la conformidad y a la aceptación de la autoridad.

Existe una creciente oposición, acompañada del consiguiente desagrado, a las grandes instituciones, las corporaciones y las burocracias, así como un enorme interés y esfuerzos para organizarse en forma reducida, de cooperativas y pequeños grupos.

Se cree cada vez menos en la ciencia reduccionista y crece el interés por la sabiduría antigua de las culturas primitivas e incluso por las “ciencias” de antaño.

EL SIGNIFICADO DE ESTAS TENDENCIAS

¿Cuál es el sentido, o significado, de todas estas tendencias en la vida moderna?

Tomadas en su conjunto, estas tendencias transforman fundamentalmente nuestro concepto de la persona y del mundo que ésta percibe. La persona cuenta con un potencial hasta ahora inimaginado. Su inteligencia no-consciente está dotada de una capacidad vastísima. Puede controlar muchas funciones corporales, curar enfermedades y crear nuevas realidades. Es capaz de penetrar en el futuro, ver en la distancia y comunicar pensamientos directamente. Está dotada de un nuevo concienciamiento de sí misma como proceso de cambio. Esta persona vive en un universo nuevo, del que han desparecido todos los conceptos familiares como el tiempo, espacio, objeto, materia, causa y efecto, quedando sólo vibraciones de energía.

A mi juicio, estas tendencias constituyen una “masa crítica” que producirá cambios sociales drásticos. Para desarrollar la bomba atómica, aumentaron gradualmente la temperatura y otras condiciones, hasta alcanzar cierta masa. Al llegar a esta masa crítica, se produce un proceso de explosión expansivo. Estas tendencias son de un género semejante, con la diferencia de que tienen lugar en las personas y en los sistemas sociales.

Otra analogía científica la constituye el “cambio de paradigma”. Nuestra visión científica del mundo, en cualquier momento dado, encaja en una pauta general. También es cierto que hay sucesos y fenómenos que no se ajustan a dicha pauta, que se dejan de lado hasta que se acumulan y resulta imposible ignorarlos. Entonces un Copérnico o un Einstein nos ofrecen una pauta enteramente nueva, una nueva visión del mundo. No se trata de una modificación del antiguo paradigma, sino de algo que lo incorpora. Es una nueva conceptualización. No se puede pasar gradualmente de la antigua a la nueva, hay que adoptar la una o la otra, he ahí el cambio de paradigma. Se ha hecho hincapié en que en el mundo de la ciencia, la mayoría de los científicos viejos mueren creyendo en el paradigma antiguo, mientras que la nueva generación se desarrolla y vive a gusto con el nuevo.

Lo que afirmo es que las numerosas tendencias convergentes que he mencionado constituyen un cambio de paradigma. Procuraremos, por supuesto, seguir viviendo en nuestro mundo familiar, al igual que lo hicieron en un mundo plano, hasta mucho después de saber que era redondo. Pero cuando vayamos digiriendo estas nuevas formas de conceptualizar la persona y el mundo, convirtiéndolas gradualmente en la base de nuestro pensamiento y de nuestras vidas, la transformación será inevitable. Ilya Prigogine (1980), químico belga ganador del premio Nobel en 1977, que ha contribuído considerablemente a los nuevos conceptos de la ciencia, dice, hablando en nombre de los científicos: “Vemos un nuevo mundo a nuestro alrededor. Tenemos la impresión de que somos la aurora de un nuevo período, con toda la emoción, la esperanza y el riesgo inherentes a todo nuevo principio”.

LA PERSONA DEL MAÑANA

¿Quién será capaz de vivir en ese mundo tan extraño? Creo que serán los que tengan una mente y un espíritu joven, que generalmente significa que también tienen un cuerpo joven. Nuestra juventud, al crecer en un mundo donde imperan las tendencias que he descrito, en su mayoría se convierten en nuevas personas, preparadas para vivir en el mundo del mañana y a ellos se unirán las personas mayores que hayan absorbido los conceptos de transformación.

Evidentemente, esto no ocurrirá con todos los jóvenes. Tengo entendido que muchos jóvenes en la actualidad, sólo se interesan por el trabajo y la seguridad, no están dispuestos a arriesgarse ni a innovar, son meros conservadores a la caza del “número uno”. Posiblemente sea cierto, pero éste no es el caso de los jóvenes con que yo entro en contacto. Sin embargo, estoy convencido de que si bien algunos seguirán viviendo en el mundo actual, muchos otros lo harán en el nuevo del mañana.

¿Cuál será su procedencia? Mi observación me indica que ya existen. ¿Dónde se encuentran? Me los encuentro entre los ejecutivos de las corporaciones, que han abandonado la lucha competitiva de su clase, el aliciente de los grandes salarios y las posibilidades de la bolsa, para practicar una nueva vida más simple; entre los jóvenes de pantalón tejano que desafían la mayor parte de los valores de la cultura actual, para hallar nuevas formas de vida; entre sacerdotes, monjas y religiosos que han dejado atrás los dogmas de sus institutiones, para vivir de un modo más significativo; entre las mujeres que se alzan vigorosamente por encima de las limitaciones que la sociedad les ha impuesto; entre negros, chicanos y otros grupos minoritarios, que abandonan la pasividad de muchas generaciones para afirmarse en una vida positiva; entre los que han participado en grupos de encuentro, que hallan lugar para los sentimientos, además de los pensamientos, en su vida; entre escolares marginados creativos que aspiran a metas más altas que las permitidas en sus estériles escuelas. También me doy cuenta de que vislumbré esta nueva persona, durante mis muchos años como psicoterapeuta, en los clientes que elegían para sí mismos un estilo de vida más libre, más rico y más autodirigido. Éstos son algunos de los lugares donde he encontrado personas capaces de vivir en este mundo transformado.

LAS CUALIDADES DE LA PERSONA DEL MAÑANA

En mi experiencia, estos individuos tienen algunas características en común. Puede que nadie posea la totalidad de estas cualidades, pero estoy convencido de que la habilidad de vivir en este mundo totalmente revolucionado del mañana se manifiesta por ciertas características. Mencionaré brevemente algunas de ellas, en la forma en que las he visto y experimentado:

  • Sinceridad. Estas personas son sinceras para con el mundo, tanto en el interior como el exterior. Se abren a la experiencia, a nuevas formas de ver, nuevos modos de ser, nuevas ideas y nuevos conceptos.
  • Deseo de autenticidad. Encuentro que estas personas valoran la comunicación como medio para expresar las cosas como son. Rechazan la hipocresía, el engaño y los dobles sentidos propios de nuestra cultura. Son abiertos, por ejemplo, en sus relaciones sexuales, en lugar de llevar una doble vida o actividades secretas.
  • Escepticismo en cuanto a la ciencia y a la tecnología. Sienten una profunda desconfianza de la ciencia y tecnología actual, utilizada para conquistar el mundo de la naturaleza y controlar a sus habitantes. Por otra parte, cuando la ciencia – como por ejemplo en el caso del biofeedback – se usa para enriquecer el autoconcienciamiento y el control de la persona por sí misma, son ardientes entusiastas de la misma.
  • Aspiración a la totalidad. Estas personas no gustan de vivir en un mundo de compartimientos: cuerpo y mente, salud y enfermedad, intelecto y sentimientos, ciencia y sentido común, individual y colectivo, cuerdo y loco, trabajo y diversión. Aspiran a alcanzar una totalidad en la vida, con pensamientos, sentimientos, energía física, energía psíquica, energía curativa, todo ello integrado en la experiencia.
  • El deseo de intimidad. Buscan nuevas formas de acercamiento, de intimidad, de fines compartidos. Desean hallar nuevas formas de comunicación en la comunidad, tanto verbal como no-verbal, sentimental como intelectual.
  • Personas-proceso. Son claramente conscientes de que lo que es cierto en la vida es el cambio, de que forman siempre parte de un proceso, siempre cambiando. Aceptan gustosos esta forma de ser arriesgada y se enfrentan al camino del cambio con vitalidad.
  • Cariño. Estas personas son cariñosas, dispuestas a ayudar a los demás si la necesidad es real. Su cariño es tierno, sutil, ni moralista ni propenso al juicio. Los que “prestan ayuda” profesionalmente les parecen sospechosos.
  • Actitud hacia la naturaleza. Sienten afinidad y cariño por los elementos de la naturaleza. su actitud es ecológica y el relacionarse con las fuerzas de la naturaleza les produce placer, en lugar de querer conquistarlas.
  • Antiinstitucionales. Estos individuos sienten antipatía por las instituciones altamente estructuradas, inflexibles y burocráticas. Creen que las instituciones deberían estar al servicio de la gente, no a la inversa.
  • La autoridad interna. Creen en su propia experiencia y desconfían fundamentalmente de la autoridad externa. Elaboran sus propios juicios morales, llegando a desobedecer abiertamente las leyes que les parecen injustas.
  • Las cosas materiales carecen de importancia. A estos individuos les son fundamentalmente indiferentes las comodidades y premios materiales. Ni el dinero ni los símbolos materiales de poder constituyen su objetivo. Pueden vivir en la abundancia, pero también pueden prescindir de ella.
  • El anhelo de lo espiritual. Las personas del mañana son inquiridoras. Intentan hallarle un significado y un sentido a la vida, más allá del individuo. Algunas se abocan a ciertos cultos, pero en su mayoría examinan todos los medios por los que la humanidad ha hallado valores y fuerzas que se extienden más allá del individuo. Quieren vivir con paz interna. Sus héroes son personajes espirituales como Mahatma Gandhi, Martin Luther King y Teilhard de Chardin. Algunas veces, en estados alterados de consciencia, experimentan la unidad y armonía del universo.
Estas son algunas de las características que veo en la persona del mañana. Soy perfectamente consciente de que son pocas las personas que posean todas estas características y sé que lo que describo es una pequeña minoría del conjunto de la población.

Lo interesante es que las personas dotadas de dichas características se sentirán perfectamente a gusto en un mundo consistente sólo de energía de vibración, sin base sólida, un mundo de proceso y cambio en el que la mente, en su sentido más amplio, es al mismo tiempo consciente y creadora de la nueva realidad. Ellos lograrán hacer cambiar el paradigma.

A pesar de la oposición que habrá ante la aparición de esta nueva persona, estoy cada vez más convencido de que estas personas del mañana, no sólo sobrevivirán, sino que constituirán un fermento importantísimo en nuestra cultura.

La razón de mi optimismo se basa en el desarrollo y aparición persistentes de todos los cambios en las perspectivas científicas, sociales y personales. La física teórica no volverá a ser encajonada en ninguno de los antiguos compartimientos. El biofeedback sólo puede progresar, no retroceder, y continuar desplegando poderes insospechados de nuestra inteligencia interior y no-consciente. En otras palabras, la presion crecerá hasta forzar un cambio de paradigma.

Las personas del mañana son precisamente las que están capacitadas para comprender y absorber el cambio de paradigma. Serán las que lograrán vivir en este nuevo mundo, cuyo contorno todavía es sólo difusamente visible. Pero si no estalla el planeta, ese nuevo mundo llegará inexorablemente, transformando nuestra cultura.

Este nuevo mundo será más humano y más humanitario. Explorará y desarrollará la riqueza y capacidad de la mente y del espíritu humano. Producirá individuos más integrados en la totalidad. Será un mundo que premiará a la persona individual, el mayor de nuestros recursos. Será un mundo más natural, con un nuevo amor y respeto por la naturaleza. desarrollará una ciencia más humana, basada en conceptos de menor rigidez. El objeto de su tecnología será el de enriquecer las personas y la naturaleza, en lugar de explotarlas. Desencadenará creatividad, cuando los individuos pasen a ser conscientes de su poder, su capacidad y su libertad.

Las fuerzas del cambio en los campos científico, social y cultural arremeten con ímpetu; y acabarán por envolvernos en este nuevo mundo, el mundo del mañana, que he procurado esbozar. En el centro de este nuevo mundo estarán las personas, las personas del mañana de las que hemos hablado.

Ésta es la perspectiva personalizada del futuro. Podemos elegirla, pero tanto si lo hacemos como si no, parece que hasta cierto punto avanza inexorablemente hacia el cambio de nuestra cultura. Y los cambios serán favorables a la humanidad.


sábado, 19 de diciembre de 2009

Saturno en Libra


Saturno transitando por Libra nos invita a hacernos cargo de construir relaciones maduras y responsables. En tal sentido, quiero compartir una nota que escribí hace un tiempo, que se basa en la visión de lo vincular desarrollada por Carl Rogers. Espero que la disfruten!

En su libro “El proceso de convertirse en persona”, Rogers se plantea preguntas para descubrir cómo crear lo que él llama “una relación de ayuda”. Si bien se trata de crear un vínculo que promueva el desarrollo personal en el ámbito terapéutico, estas preguntas constituyen una guía de aplicación universal para revisar cómo nos vinculamos en todo tipo de relaciones.

Algunas de esas preguntas ayudarán al lector a revisar su manera de vincularse:
“¿Puedo ser lo suficientemente expresivo como persona, de manera tal que pueda comunicar lo que soy sin ambigüedades?
¿Puedo permitirme experimentar actitudes positivas hacia otra persona, como ser, calidez, cuidado, agrado, interés, respeto, sin experimentar el temor de quedar atrapado? ¿Puedo ser suficientemente fuerte como persona como para distinguirme del otro?
¿Es mi individualidad lo bastante fuerte como para no sentirme atemorizado por su miedo o absorbido por su dependencia?
¿ Estoy suficientemente seguro de mí mismo como para admitir la individualidad del otro? ¿ Puedo permitirle ser lo que es, otorgarle la libertad de ser?
¿Puedo ingresar en su mundo privado de modo tan pleno que pierda todo deseo de evaluarlo o juzgarlo?”

Rogers sostiene que las relaciones que ayudan al desarrollo humano se estructuran de acuerdo a tres actitudes: éstas constituyen una guía de aplicación universal en todo tipo de relaciones humanas. Si nos proponemos convertirlas en un estilo de vida nos conducirán a vincularnos, con nosotros mismos y con los demás, de un modo diferente, mucho más sano y maduro.     Estas actitudes son: 1.- Congruencia, que quiere decir ser auténtico, transparente, ser uno mismo. 2.- Aceptación positiva incondicional, que se interpreta como no juzgar. 3.- Empatía, que significa ver el mundo como el otro lo ve, ser capaz de ponerse en el lugar del otro.

¿Es habitual que nos relacionemos así?  En general juzgamos al otro y lo hacemos basados en nuestros propios valores. De la misma forma, tampoco es habitual que hayamos sido o seamos frecuentemente aceptados de esta manera por los demás.

Estas tres actitudes generan un ámbito que promueve el crecimiento personal en un clima de seguridad y calidez en todo tipo de relaciones. Además al relacionarnos de esta manera, también le estamos enseñando al otro a ser así consigo mismo, es decir, a ser empático, aceptante y congruente primero consigo mismo y, en consecuencia, con los demás.

Carl Rogers habla también de una noción que constituye una condición inherente al ser humano: él la llamó “tendencia actualizante”, que podemos entender como “potencialidad para el desarrollo pleno” y explicar diciendo que todo individuo tiene las herramientas y el potencial necesarios para crecer y desarrollarse en la dirección que le indica su ser. Esto lo convertirá en un individuo autónomo, capaz de experimentar la vida en plenitud, permaneciendo abierto a la experiencia. En definitiva, un individuo libre, sano y creativo.

A través de esta imagen intentaremos comprender el sentido de un vínculo sano:  “En un jardín las diferentes plantas van creciendo, cada una según su ritmo. En este proceso, algunas se doblarán hacia adelante, otras caerán sobre otras plantas. Entonces el jardinero colocará un tutor. ¿Cuál es su función? Acompañar el crecimiento de la planta sin interferir en él. Estar junto a ella, sosteniéndola. Pero es la planta la que crecerá en la dirección que le indica su esencia.”

Si los seres humanos pudiéramos sentirnos tutores unos de otros, crearíamos relaciones exentas de manipulación, control y luchas de poder, dejando que el otro sea él mismo, no interfiriendo en su crecimiento, no intentando dirigir, invadir o colonizar su vida.
Llegaríamos a ser a ser quienes somos, viviendo en plenitud.



Carl Rogers (1902-1987). Psicólogo estadounidence, perteneciente a la escuela de la Psicología Humanística, corriente que prioriza la experiencia subjetiva del individuo, centrándose en su potencial y sus ideales. Los psicólogos humanistas se ocuparon principalmente de las necesidades de amor, autoexpresión, autorrealización, creatividad y espiritualidad del ser humano.
Desarrolló  el Enfoque Centrado en la Persona (ECP), un estilo de terapia no directiva cuyas teorías abarcan las interacciones entre terapeuta y consultante, pudiendo ser aplicadas también a todas las interrelaciones humanas. Habiendo investigado las leyes que regulan la dinámica de los vínculos es, en definitiva, el diseñador de una filosofía de lo vincular.
Bibliografía sugerida: “El proceso de convertirse en persona” y “El camino del ser” (ambos de Carl Rogers).

sábado, 18 de octubre de 2008

Sinastría: Acerca de los Vínculos

La Astrología nos enseña que nos vinculamos para conocer nuestras energías. Desde esta concepción, encontramos tres modos de vincularnos, dependiendo del grado de proyección que incluyan nuestras relaciones.

Cuando nos vinculamos proyectando no vemos al otro tal como el otro realmente es. Lo vemos en base a lo que necesitamos ver para satisfacer nuestras expectativas y necesidades. Entonces proyectamos cualidades, deseos o sentimientos nuestros en el otro, que luego le atribuímos. Así establecemos vínculos simbióticos.

Llega un momento en el que descubrimos que los vínculos nos ofrecen un campo de intercambio y complementación. En este punto tenemos que aprender a ir soltando las proyecciones. Ingresamos así en una etapa alquímica en la que nos hacemos cargo de transformar concientemente nuestra manera de relacionarnos. Se trata de un proceso de limpieza de las proyecciones que se convertirá en un entrenamiento en el terreno de lo vincular.

Como resultado de esta ejercitación conciente y persistente, pasamos a una etapa en la que comenzamos a ver al otro tal como en realidad es. Recién en este momento estamos en condiciones de vincularnos desapegadamente, considerando al otro como un verdadero complementario.

Una vez que comprendamos estos tres modos que nos informan acerca de la dinámica energética de lo vincular, reconoceremos cuál es nuestra manera de hacer encuentro, pudiendo modificarla para que nuestros vínculos puedan ser sanados. La idea es que prevalezca la unión, la complementación y la interdependencia, en lugar de la separación, el antagonismo y la dependencia.

De esto se trata la recta relación entre los seres humanos.

Esta concepción es válida para todo tipo de vínculos. Mediante la creativa modalidad vincular que busca el desapego, podrán ser construídos y sostenidos vínculos sanos, evitando o disminuyendo las situaciones que incluyen luchas de poder, control y manipulación.

Visualicemos un jardín: algunas plantas crecen tanto que se doblan y es necesario colocarles un tutor para sostenerlas y darles un punto de apoyo. Este tutor permanece a su lado sin interferir en su crecimiento ni controlarlo.

De la misma manera, en el encuentro con el otro la función del ser humano es la de acompañar, sostener y dar apoyo, sin interferir en su crecimiento, sin dominar o someterse perdiendo el contacto con su verdadera potencia, esa que sólo se descubre al hallar el justo equilibrio entre la impotencia y la omnipotencia. Este es el concepto de poder como recurso interno.

Vincularnos significa, simplemente, caminar junto al otro, estar a su lado y colaborar en su proceso de evolución, creativamente, en libertad de ser y dejando ser.

sábado, 23 de febrero de 2008

Consultas de lectores del blog - El tema de hoy: Sinastría

La consulta:

He leído la nota sobre sinastría de este blog y también algunos artículos que ví en Internet, y quisiera preguntarte cómo es una sesión de sinastría. No sé si la pregunta está bien planteada, en realidad yo quisiera saber si mi novio y yo somos compatibles y me parece que la sinastría puede darnos esa información. Gracias.

La respuesta:

La Sinastría es la rama de la Astrología que estudia las relaciones humanas. Es aplicable a todo tipo de relaciones - pareja, asociados, padres/hijos, amistades- incluyendo también a las redes familiares y grupos en general.


Para determinar si dos personas son compatibles, no basta con tomar en cuenta únicamente los signos solares. Es fundamental analizar sus cartas natales en su totalidad. Dicho más claramente, es necesario realizar la sinastría completa para tener idea de cuán compatibles son dos individuos.


El punto de partida es la interpretación de la carta natal de cada persona, por separado, indagando el potencial que cada una posee para la vida de relación y descubriendo qué busca en el encuentro con el otro. Es vital reconocer que la relación que mantenemos con nosotros mismos determina el tipo de relaciones que atraemos a nuestra vida. En un sentido profundo, nos vinculamos para descubrir nuestras energías.


Una sinastría consta de los siguientes pasos:


a.- Evaluar el tipo de energía que cada persona aportará a la relación, investigando el balance de los cuatro elementos - Fuego, Tierra, Aire y Agua - de cada carta natal.


b.- Observar cómo cada persona experimenta a la otra en lo cotidiano, utilizando la técnica de transposición de casas, que ubica los planetas de la carta de una persona en las casas de la carta de la otra. Los planetas representan funciones psíquicas y las casas simbolizan las diferentes áreas de la vida.


c.- Para descubrir cuáles son los puntos de coincidencia, los de no coincidencia y/o los de antagonismo en un vínculo aplicaremos la técnica de los interaspectos, que consiste en encontrar los aspectos -relaciones angulares- que forman los planetas – incluyendo a los ejes, nodos y vertex - de una carta natal con los de la otra. Esta es la parte más analítica de una sinastría. Cabe destacar que los puntos de coincidencia generan sentimientos de unión, los puntos de no coincidencia provocan sentimientos de desacuerdo constante y los puntos de antagonismo despiertan sentimientos de desacuerdos pasajeros que podrán ser resueltos aprendiendo a integrar los opuestos.


Contamos también con dos tipos de cartas específicas para el estudio de las relaciones: la Carta Compuesta (de puntos medios) y la Carta de Relación (de Davison). Ninguna de ellas nos habla de la compatibilidad –esa información la brindan las técnicas de sinastría antes mencionadas - pero su valor radica en que muestran la matriz energética y el propósito de la relación. Al comparar alguna de estas dos cartas con cada carta natal individual obtendremos información sobre los aspectos que deberá trabajar cada persona en sí misma a través de esa relación.


Citando a Liz Greene, se comprenderá mejor la utilidad de la carta compuesta:


Debido a que la carta compuesta tiene las mismas características que una carta natal, necesitamos enfocar su interpretación de una manera similar. Una carta compuesta tiene un núcleo de identidad que representa su 'propósito' (El Sol) y un conjunto característico de necesidades y respuestas emocionales (La Luna). Tiene un modo de comunicación (Mercurio) y un conjunto distintivo de valores e ideales (Venus). Tiene un modo de expresar su voluntad y su energía (Marte). Tiene su propia forma de crecer y expandirse (Júpiter) y tiene limitaciones y mecanismos de defensa innatos (Saturno). Tiene una vulnerabilidad específica a lo colectivo correspondiente a los patrones de trasfondo colectivo de la relación (Quirón). Refleja ciertos ideales colectivos que luchan por el cambio y el progreso (Urano). Tiene aspiraciones innatas que reflejan ciertas fantasías colectivas (Neptuno). Posee un instinto de supervivencia de base que respalda la continuidad de la relación pero que también puede ser destructiva, si la relación tiene problemas (Plutón). Tiene una imagen o un rol que desempeñar ante los ojos de la sociedad (MC), y tiene una 'personalidad' que se expresará por si misma de cierta forma característica en el mundo (Ascendente). Los signos en una carta compuesta describen el material básico o 'temperamento' del cual está hecha la relación; los planetas describen las energías que aporta la motivación, y las casas describen las esferas de la vida a través de las cuales se expresan los planetas. Todo esto es Astrología básica, y no es menos aplicable a la carta compuesta que a la carta natal individual.
Las cartas compuestas tienen sus propias leyes y energías, y estas no tienen nada que ver con que si estamos "bien emparejados" con alguien.
La carta compuesta nos dice que, "si tu eliges entrar en esta relación, aquí está su significado y su patrón de destino. Esto es de lo que está hecha y para qué".
Si queremos tener el sentido de si el significado y destino nos van a hacer sentir bien o no, tenemos que comparar la carta compuesta con la natal.


Finalmente, recordemos que una “buena” sinastría no garantiza que una relación sea duradera. La calidad de una relación no implica duración ni depende de ella: la relación puede terminar cuando se ha cumplido el propósito evolutivo del encuentro entre dos seres.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Astrologia y las Relaciones Humanas

La astrología, entre sus múltiples aplicaciones, permite efectuar el estudio de las relaciones humanas. Estamos hablando de lo que se denomina Sinastría.

Toda relación puede ser objeto de estudio e interpretación mediante las técnicas astrológicas de Sinastría. Estas permiten conocer los puntos de armonía y/o de conflicto que pueden existir entre dos individuos, con el fin de mejorar la calidad de vida de la relación mediante el empleo de la conciencia y de la voluntad.

Cabe destacar que es imprescindible haber investigado las cartas natales de cada integrante de la relación. Luego se aplicarán otras técnicas de sinastría, consistentes en verificar cómo los planetas de la carta de una persona aspectan a los planetas de la carta de la otra, así como también la técnica de transposición de casas, ubicando los planetas de cada una de las cartas en las casas de la otra, para observar el impacto que los mismos provocan.

En mi experiencia, la carta compuesta es la herramienta que arroja luz para interpretar el para qué de una relación determinada. Mediante la comprensión de lo que simbolizan las casas de la carta compuesta, podremos introducirnos en el tema. En otro artículo me ocuparé de hablar del significado de los planetas en la carta compuesta.

El significado de las casas de una carta compuesta es muy similar al que aplicamos a una carta natal individual, pero teniendo en cuenta que estamos hablando de un nuevo “individuo” constituído por la relación y no de las personas que la constituyen.

Una breve reseña de la simbología de las casas de la carta compuesta mostrará mejor lo que pretendo transmitir:

CASA 1 COMPUESTA: Simboliza la "persona" de la relación y la impresión que la misma causa en los demás. Indica la impresión que provoca (más que lo que realmente la relación es).

CASA 2 COMPUESTA: Relacionada con aquello que ambas personas valoran y que es valioso para su relación, siendo aplicable en dos niveles: sistema de valores compartidos y compatibles (o no) como también las finanzas y bienes en común.

CASA 3 COMPUESTA: Muestra las modalidades de comunicación de la relación como también las dificultades para una comunicación fluida.

CASA 4 COMPUESTA: Aquí vemos las raíces de la relación, sus bases más profundas, que indican el grado de compatibilidad emocional. Cómo la relación toma forma. En lo más externo, simbolizaría el hogar de la relación.

CASA 5 COMPUESTA: Permite apreciar el vínculo que la relación posee con el placer y la capacidad de disfrutar. También puede hablar de los hijos (si se trata de un vínculo de pareja) y las creaciones en general.

CASA 6 COMPUESTA: Esta casa puede simbolizar los obstáculos reales y los deberes que la relación deberá afrontar y cumplir. También los hábitos de la vida en común.

CASA 7 COMPUESTA: Se puede apreciar en esta casa el grado de encuentro y complementación que puede desarrollar la relación.

CASA 8 COMPUESTA: En una carta compuesta es difícil distinguir entre las casas 2 y 8, porque estamos interpretando la carta de una relación. No obstante, la 8 pueda referirse a las finanzas y propiedades de otras personas, es decir, personas ajenas a la relación. También podremos encontrar en esta casa los conflictos y los procesos de transformación de la relación.

CASA 9 COMPUESTA: Muestra la visión del mundo y de la vida que tiene la relación como también la comunicación más elevada que puede alcanzar. La compatibilidad (o no) en cuanto a creencias y filosofía de vida.

CASA 10 COMPUESTA: Esta casa es relevante, ya que indica el propósito evolutivo de la relación – en un sentido espiritual – y la reputación de la relación y sus logros – en un sentido más mundano -.

CASA 11 COMPUESTA: La casa de los deseos y aspiraciones de la relación, de los ideales compartidos, también la manera en que la relación hace amistades y se desenvuelve en actividades grupales o comunitarias.

CASA 12 COMPUESTA: Aquí podemos encontrar información no observable a simple vista sobre la relación, conductas reprimidas o inconcientes que pueden dañarla provocando situaciones que, por su carácter de inconciente, podrían generar destrucción en la relación o la disolución de la misma. En otro orden de cosas, la vinculación que la relación establece con realidades trascendentales.