martes, 9 de diciembre de 2014

Aspectos Disociados

Capítulo 3 del libro "Dinámica y análisis de los aspectos", de Bil Tierney


La Luna a 1° de Acuario está claramente en aspecto de oposición al Sol a 1° de Leo. Sin embargo, si la misma Luna a 1° de Acuario estuviese aspectando al Sol a 2° de Cáncer, el aspecto seguiría siendo una oposición válida, con un orbe casi exacto. Pero, este tipo de oposición es llamada «fuera de signo» o aspecto disociado. ¿Un aspecto disociado se diferencia en algo a un aspecto normal? Quizá sí, porque representa una variación definida de la relación de signo inherente al aspecto normal. Idealmente, la oposición ocurre cuando dos planetas se hallan exactamente a 180° de distancia, lo que significa que ocupan signos de la misma cualidad y de elementos compatibles. Además, ambos signos son polares naturales opuestos. Sin embargo, en una oposición disociada (como en el ejemplo anterior), el cambio en la posición del signo del Sol altera la relación natural entre signos de este aspecto, puesto que Acuario y Cáncer establecen un patrón de quincuncio. Acuario es un signo fijo, mientras que Cáncer es cardinal. Aquí un signo de aire se opone aun signo de agua, en vez de a un signo de fuego y obviamente, Acuario y Cáncer no son opuestos polares. Todas las variaciones que se encuentren en tal aspecto disociado son así determinadas por las ubicaciones por signo de los planetas aspectantes.

Los trígonos disociados suceden entre signos que normalmente cuadran o hacen quincuncio entre sí. Las cuadraturas disociadas implican signos que comúnmente hacen trígono o sextil entre sí. Las oposiciones fuera de signo relacionan signos que naturalmente están en quincuncio entre sí, mientras que los sextiles fuera de signo pueden ocurrir entre signos que se hacen cuadratura o semi-sextil. ¿Cómo podríamos interpretar estos aspectos fuera de signo? En principio, un aspecto disociado se expresará todavía según la naturaleza del ángulo que se forme entre los planetas. Una cuadratura disociada atraerá las mismas situaciones desafiantes que una cuadratura normal. Pero en un nivel psicológico un aspecto disociado reaccionará de otro modo, ya que la variación relación entre signos modificará la actitud y la motivación. Así es como los aspectos fuera de signo tendrán un impacto mayor a nivel de carácter que de circunstancias.

LA CONJUNCION DISOCIADA

La conjunción fuera de signo implica a signos que naturalmente se hallan en semi-sextil. Mientras que las conjunciones normales señalan una concentración y focalización de energías unidireccionales, las conjunciones disociadas tienen una unidad y dirección única menos marcadas en el plano psicológico. Dado que ahora hay dos signos diferentes con motivaciones distintas, los estímulos mostrados por los planetas no se funden o fusionan con tanta facilidad (especialmente si los planetas poseen temperamentos contrastantes). Vemos entonces que las conjunciones disociadas se expresan con menos coordinación o fuerza de propósito. El individuo podría sentirse menos motivado para afirmarse según los modos directos, espontáneos, y obstinados de la conjunción normal. La persona se siente inclinada a actuar con menos intensidad, o puede sentirse torpe e incómoda cuando debe expresarse en este terreno, aunque siga sintiendo la necesidad de actuar. Al poseer una determinación menor sobre cómo debe dirigir sus impulsos (dado que la influencia subyacente del semi-sextil lo lleva a evaluar), el individuo será propenso a dudar antes de lanzarse de lleno a la actividad. Sin embargo, el matiz del semi-sextil podría sugerir que es capaz de extraer recursos internos de naturaleza menos aparente: imaginación, magnetismo físico, instintos de supervivencia fuertes, sensibilidad psíquica, que podrá utilizar para mejorar su posición cuando inicie una acción personal. En este aspecto, la conjunción fuera de signo puede aportar más recursos que la normal, y estar menos limitada en los modos en que se sirve de los impulsos planetarios en juego. Pero comúnmente, hay una tendencia a volverse confuso sobre cuál es la mejor manera de sintetizar los diversos rasgos de comportamiento, resultando de ello una cierta frustración. El individuo deberá realizar actividades que satisfagan las necesidades de ambos signos.


EL SEMI-SEXTIL DISOCIADO

El semi-sextil fuera de signo abarca la influencia subyacente de la conjunción o el sextil. Cuando los dos planetas del semi-sextil disociado se encuentran en el mismo signo, podría existir una reluctancia psicológica a aventurarse más allá del propio mundo subjetivo hacia experiencias enriquecedoras que podrían nutrir el crecimiento de los recursos personales. La influencia del semi-sextil (en principio un aspecto sutil) es quizá todavía menos notoria cuando se halla en aspecto disociado. Los potenciales podrían ser aún más latentes. El matiz de la conjunción sugeriría que la persona no está todavía madura y preparada para trabajar con sus recursos internos o externos, debe antes establecer un sentido de la identidad o de la autoimagen más acabado. Positivamente, este tipo de semi-sextil disociado podría suministrar más impulso y empuje hacia la manifestación de las cualidades potenciales mientras uno aprende a implicarse más consigo mismo. Cuando el semi-sextil disociado comprende signos que normalmente hacen sextil, el individuo será psicológicamente más curioso acerca de cómo aplicar sus recursos potenciales. Tendrá aspiraciones de futuro, que serán aplicaciones idealistas de beneficios con que cuenta en el presente. De alguna forma, encontrará una manera inteligente y original de atraer tales recursos. La estimulación del sextil subyacente en el aspecto impide que el semi-sextil disociado caiga en la inercia, debido a que el individuo es más inquieto psicológicamente y desea hacer algo con su potencial. Su percepción del valor de sus recursos está más desarrollada.

EL SEXTIL DISOCIADO

El sextil fuera de signo relaciona signos que se encuentran naturalmente en semi-sextil o en cuadratura entre sí. En ambos casos, estas influencias subyacentes sugieren que carecen de la facilidad típica del sextil normal. El sextil disociado, que relaciona signos habitualmente en aspecto de semi-sextil, es el menos molesto de los dos. Aunque el individuo no tenga dificultades en atraer oportunidades constructivas, se sentirá menos estimulado por ellas y puede no reconocerlas y dejarlas pasar. La pasividad implícita en el semi-sextil desalienta psicológicamente la expresión abierta. Existe una cierta resistencia interna a aprender cosas nuevas, y por esa razón el individuo deberá realizar un esfuerzo consciente para volverse más flexible en sus actitudes si desea beneficiarse plenamente de las experiencias que atrae. Sin embargo, las oportunidades personales serán más fáciles de conseguir ya que este tipo de sextil disociado es menos propenso a la distracción y a la dispersión de intereses. Es menos inquieto que el sextil normal. Posee una capacidad de concentración más fuerte, aunque disminuye la versatilidad (limitando la variedad de nuestra expresión). Hay un conocimiento más visceral e instintivo en lo que respecta al uso positivo de los impulsos, además de una capacidad mayor para nutrirlos.

Los beneficios se manifestarán con más lentitud en la vida, pero tienden a ser más valorados y apreciados. Cuando el sextil disociado relaciona signos que hacen cuadratura entre sí, la tensión psicológica es mayor. Las experiencias que el individuo atrae no suelen satisfacer su necesidad interior de confrontación, y son menos estimulantes y atrayentes de lo esperado. O actuará con más impulso y energía de la requerida por la situación. El individuo podría crear obstáculos innecesarios e inadecuados para la clase de situaciones que atrae. En pocas palabras, intenta con demasiado celo lograr cosas que normalmente se obtienen sin tanto esfuerzo, o quizás se retraiga a nuevas experiencias beneficiosas debido a un sentido interno de inseguridad o inadecuación (inhibición). Necesitará desarrollar una mayor objetividad. Sin embargo, la influencia subyacente de la cuadratura puede presionar al individuo a controlarse mejor y a disciplinar las energías inquietas de este aspecto (ya que todos los sextiles requieren un cierto esfuerzo para volverse productivos). La clave consiste en saber cuánto esfuerzo se necesita para lograr los mejores resultados.

LA CUADRATURA DISOCIADA

La cuadratura fuera de signo relaciona signos que están en trígono o sextil mutuo. Aunque la persona atrae situaciones desafiantes que lo obligan a confrontar los problemas de manera directa, carece, sin embargo, de la determinación interna para hacer frente a circunstancias tan exigentes (ya que tanto los trígonos como los sextiles buscan las soluciones más fáciles y fluidas y no soportan el esfuerzo continuado demasiado bien). El impulso interno para resolver estos problemáticos obstáculos externos es generalmente insuficiente. Por lo tanto, ambos tipos de cuadraturas disociadas están menos inclinadas a la realización a través de la lucha y del esfuerzo. Las cuadraturas normales son mucho más poderosas debido a que los signos implicados se desafían mutuamente, la marcada fricción resultante ayuda a que se desarrolle un sentido vital de energías encontradas y de fuerza. En las cuadraturas disociadas, los signos implicados no crean la suficiente tensión, y como resultado poseen menos ímpetu para llevar a cabo acciones decisivas que resuelvan las dificultades que el aspecto atrae. Cuando funcionan bien, las cuadraturas disociadas, implicando a signos que normalmente hacen sextil, muestran una tensión muy estimulante, ya que la influencia del sextil capacitará al individuo para reconocer objetivamente el motivo de sus conflictos internos, en vez de continuar actuándolos de manera inconsciente. Quizás indiquen que necesita aprender por qué sus impulsos luchan entre sí. Estará más abierto a las ideas que le enseñen a manejar mejor sus energías en este punto (a diferencia de la cuadratura normal que es más vindicativa). Desde mi punto de vista, cualquier aspecto de sextil o sub-influencia de ese tenor puede actuar como antídoto ideal para cualquier aspecto de cuadratura. Estimula la disolución de los esquemas rígidos de una manera atrayente y poco amenazadora. Por la tanto, en vez de contar con la que a menudo se ha llamado una cuadratura «más débil», nos enfrentamos a un aspecto que posee el potencial de iluminar el camino una vez que el individuo comprende que usando su inteligencia podrá abordar los problemas. La influencia añadida del sextil dará también estímulo y optimismo.

Las cuadraturas disociadas que relacionan signos normalmente en trígono, si funcionan bien, sugerirán que el sentido personal de la armonía y del bienestar permitirá al individuo aceptar los desafíos con una fe y una confianza mayores. Sin importar lo difícil que sea una situación, la persona pensará interiormente que las cosas mejorarán gracias a sus esfuerzos persistentes. Negativamente, el individuo intentará evitar las responsabilidades y obligaciones que le presenta la cuadratura, las que en esencia no se pueden ignorar. Los problemas no mejorarán o desaparecerán a menos que se relacionen con la cuadratura de manera realista. En vez de esperar interiormente tropezar con una solución instantánea y mágica, debería dejar que la influencia del trígono le proveyese de las percepciones creativas y de la visión necesaria para resolver sus conflictos. Debería cultivar la autodisciplina y el control y resistir la tentación de caer en la dilación.

EL TRIGONO DISOCIADO

El trígono fuera de signo relaciona signos que se hallan en quincuncio o cuadratura entre sí. Al igual que los sextiles disociados, los trígonos disociados comprenden influencias que tienden a disparar la disonancia psicológica y la ansiedad, aunque los asuntos externos que atrae el trígono son por naturaleza carentes de conflicto e inquietud. El individuo generalmente se siente peor de lo que sería de esperar, dado que las condiciones externas asociadas con el trígono son fluidas y agradables. Cuando el trígono disociado ocurre entre signos que hacen quincuncio entre sí, el individuo no se acomoda psicológicamente con facilidad a los beneficios que atrae a pesar de todo. No sintoniza bien con alguno de sus niveles internos, por ello, siente una sutil insatisfacción que interfiere con su capacidad para relajarse y para disfrutar de lo que le ofrece el trígono. Los quincuncios nos obligan a analizar con cuidado las energías y a realizar las correcciones necesarias a través de una reorganización de dichas fuerzas, por lo que el individuo hará una serie de ajustes menores innecesarios en áreas que no los necesitan, y que el trígono nos indica que las energías fluyen armoniosamente. La persona con este aspecto no interpreta las cosas de esta manera, aun cuando parezcan muy obvias para los demás. Aunque los trígonos estimulan la expresión generosa y creativa, esta clase de trígono disociado señala una carencia de aufoconfianza y de serenidad interior. El individuo no está seguro de los talentos que señala el trígono, e incluso se siente levemente irritado acerca de la forma en que expresa sus habilidades, buscará la perfección absoluta. Tal vez sea demasiado desorganizado interiormente e incapaz de utilizar de manera eficaz sus cualidades, buena fortuna, o tiempo libre (los quincuncios estimulan la pasividad cuando no se manejan bien). Por otra parte, un trígono disociado que funciona bien incita a la persona a mejorar sus habilidades. Rara vez las da por seguras, tiende a buscar conscientemente su desarrollo (a diferencia del trígono normal). Cuando el trígono disociado ocurre en signos que cuadran entre sí, las situaciones externas marchan demasiado suavemente como para satisfacer los impulsos internos del individuo. Psicológicamente esperará algún elemento de lucha o desafío, en vez de ello experimentará un conflicto interno cuando vea que las condiciones  que atrae no se acomodan a su necesidad de intensidad. Esto lo llevará a sentirse insatisfecho, al punto de crear obstáculos sólo para generar el nivel de tensión que le gusta sentir, es decir, introduce factores inarmónicos en situaciones naturalmente pacíficas. Debido a la naturaleza vindicativa de la cuadratura, este aspecto disociado puede señalar talentos y habilidades que pueden ser objeto de abuso o utilización agresiva. Todas estas manifestaciones representan el lado impulsivo de la cuadratura. Pero dado que las cuadraturas pueden bloquearnos, el individuo puede también abrigar actitudes represivas que dificultan su habilidad para sentirse autosatisfecho por las actividades indicadas. Aunque superficialmente parecerá que se expresa con fluidez, interiormente sentirá tensión y un sentimiento de ansiedad. Inhibiciones y falta de seguridad en sí mismo le impedirán desplegar sus talentos creativos de manera confiada. Positivamente, el matiz de la cuadratura brindará al trígono, normalmente indulgente y pacífico, un impulso y un ímpetu añadidos que le ayudarán a centrarse dinámicamente en la actividad creativa.

EL QUINCUNCIO DISOCIADO

El quincuncio fuera de signo puede ocurrir en signos que hacen trígono o bien se oponen entre sí. El orbe debe ser de pocos grados (3° o menos). Cuando el quincuncio disociado opera a través de signos que hacen trígono, el individuo tendrá una actitud optimista o positiva en su acercamiento a los ajustes requeridos. Mostrará un interés vital en reorganizar esas partes de sí mismo que le impiden funcionar al  máximo de su potencial (puede sentir o visualizar el ideal al desarrollar y esa visión lo inspira). Estará psicológicamente dispuesto a mejorar de manera significativa, a veces, los ajustes serán incluso placenteros. Quizás buscará canales creativos para sus necesidades de autocorrección. La quejosa irritabilidad de este aspecto se sentirá menos debido a la naturaleza fluida y libre de tensiones del trígonon y, sin embargo, esta cualidad puede ser negativa en cierta forma ya que puede estimular el ajuste al problema en sí (los trígonos promueven la pereza y la dilación) en vez de realizar un ajuste trabajando diligentemente para hallar una solución adecuada (el trígono espera confiadamente que todo saldrá bien sin tener que esforzarse). Este aspecto indica una confianza mayor para hacer frente a los sutiles desafíos del quincuncio, además del idealismo necesario como para desear mejorar las condiciones.
Cuando el quincuncio disociado opera a través de los signos que hacen oposición entre sí, brindará una perspectiva mayor y potencialmente más clara que los quincuncios normales. El individuo siente de manera innata que necesita establecer un equilibrio interno a través de los ajustes exteriores que realiza. Sin embargo, estará menos motivado para llevar a cabo esos ajustes sin el apoyo psicológico y el estímulo de los demás. Quizás uno de los más importantes es aprender a ser menos dependiente y a estar más dispuesto a poner a prueba su confianza en sí mismo. Necesita reafirmarse en sus relaciones. El matiz que brinda la oposición refuerza la tendencia del quincuncio a separar y a sacar del medio lo que obstaculiza al crecimiento (las oposiciones sugieren impulsos separativos). El equilibrio psicológico será de primerísima importancia si el individuo desea trabajar de manera constructiva en su mejoramiento sin perder de vista cuál es el propósito de tales esfuerzos. Los ajustes serán más fáciles una vez que el individuo esté dispuesto a cooperar con otros y a mostrar más consideración por las necesidades ajenas. Negativamente, puede perder el sentido del equilibrio, mientras dos fuerzas opuestas luchan en su interior, las que a su vez lo fragmentan psicológicamente; este proceso puede manifestarse externamente a través de serios disturbios mentales o físicos. Deberá confrontar objetivamente esas actitudes internas que tienden a sofocar su capacidad de desarrollo y le impiden vivir ordenada y productivamente.

LA OPOSICION DISOCIADA

La oposición fuera de signo relaciona signos que hacen quincuncio entre sí. Indica la necesidad de hacer importantes correcciones o ajustes en las relaciones. Usualmente una oposición nos brinda una perspectiva más amplia de ambos lados de la situación, o bien aprendemos a reconciliar las diferencias o nos enredamos en constantes conflictos y antagonismos. Una persona con una oposición disociada no percibirá las situaciones tan clara o ajustadamente (los quincuncios producen una visión alterada que puede crear muchas distorsiones menores o la incapacidad para captar los detalles más sutiles). Así, los factores contrastantes que operan en las relaciones no son fácilmente percibidos por el individuo.
Cuando descubre su ceguera psicológica se irrita. Este aspecto tiende a generar incertidumbre y ansiedad en el manejo de las relaciones, dado que los signos implicados carecen del poder de coordinación típico de la polaridad opuesta. Debido a ello, el aspecto disociado atrae pero no puede sostener el magnetismo a la manera de la oposición normal, y produce inquietud psicológica en el individuo. Los conflictos externos serán menos aparentes, pero los internos serán más agudos.
Necesitará una reorganización mental o emocional de los propios procesos de percepción del otro. El individuo deberá trabajar más duramente para recibir correctamente los mensajes que la gente le da, si desea resolver su desasosiego interior.