jueves, 29 de marzo de 2018

El Gran Trígono ( Parte II )


Fragmento perteneciente al Capítulo 4 del libro “Dinámica y análisis de los aspectos”, de Bil Tierney.


EL GRAN TRIGONO DE FUEGO

Con el Gran Trígono de Fuego, el poder creativo e inspiracional del trígono se hace más evidente ya que el elemento fuego es vital, auto expresivo, y espontáneo en la acción. Busca la experiencia a través de la exhibición directa de su potencial. La visión se verá enfatizada, pero también el sentido de poder e importancia personal, que se manifestarán como egotismo y excesivo orgullo. Los demás lo consideran una persona afortunada porque es capaz de entregarse con toda su alma a actividades excitantes y temerarias con poco temor, inseguridad o frustración. Será una persona de acción, constantemente en movimiento, incapaz de quedarse quieta ni un minuto. Posee una vena aventurera y un atrayente aire de inocencia, lo que le permite correr riesgos y aventurarse sin tomar precauciones. No es una persona calculadora, prefiere actuar según los impulsos del momento y libremente, pues sus acciones sólo le atañen a él, y considera que posee privilegios individuales. Lucha por ser independiente y autónomo; espera expresarse siempre sin interferencias de los demás. Sólo exige que el medio ambiente le suministre lo que necesita sin demoras ni resistencia. La fe en sí mismo y su sentido de estar protegido de todo peligro está tan fijada en su interior que estará dispuesto y ansioso por intentarlo todo, sin preocuparse por las desventajas, y seguro de alcanzar sus metas y objetivos. La humildad no es una de sus virtudes. Una vez que se compromete con un objetivo, será valiente, confiado, entusiasta y tendrá fuerza interior. Inconscientemente, exigirá mucha atención, lealtad, e incluso servicio de parte de los demás (el fuego es el elemento de la realeza), mientras él permanece emocionalmente distante o incluso despreocupado de las necesidades personales de los demás, especialmente si las expresan de manera sutil o, indirecta. No quiero decir que alguien con el Gran Trígono de Fuego sea frío e insensible, dado que el fuego es cálido y generoso (en especial Leo). Simplemente sugiero que primero se debe atraer su atención y alejarla de sus intereses personales por un momento, entonces será capaz de poner toda su abundante energía en ayudar al bienestar del otro. No sucede instintivamente, como ocurre con el agua. Si este tipo de individuo responde personalmente a las necesidades de otro, éste deberá demostrarle abiertamente su sincero aprecio por sus esfuerzos. Florece con los cumplidos. El Gran Trígono operando a través de este energético elemento da una enorme vitalidad (que se manifestará como vigor físico o gran resistencia a los gérmenes más que como brío, ya que los trígonos no se expresan abiertamente). El individuo tiende a ser afortunado con sus impulsos momentáneos pero necesita aplicar los frenos a su ilimitado impulso de disfrutar al máximo de la vida. Sin un descanso adecuado, acabará muy pronto con sus energías, además de consumir la vida de otros. He observado que un énfasis muy fuerte en el elemento fuego se manifiesta a veces como un interés único en la propia persona, y por lo tanto el individuo es incapaz de actuar socialmente, en esas ocasiones es distante y reservado en vez de ser vivaz y alegre como uno hubiese esperado. En vez de vivir una existencia dedicada exclusivamente a sí mismo, es aconsejable que alguien con este Gran Trígono busque activamente papeles de liderazgo en la vida o uno que le exija un alto grado de energías físicas o creativas. Los desafíos que producen una interacción dinámica mantienen a este trígono productivo en vez de pasivo.

EL GRAN TRIGONO DE TIERRA

Con el Gran Trígono de Tierra, el poder tranquilo, confortable, y atractivo del trígono se realza. La tierra, al igual que el trígono, busca preservar el statu quo de las condiciones existentes que le brindan seguridad. Tanto el elemento como el aspecto no responden bien a los cambios drásticos y críticos de la vida. El individuo que posee este Gran Trígono sentirá un profundo sentido de seguridad interior y estabilidad en el mundo físico. Debido al poderoso magnetismo de esta configuración, será ayudado con facilidad en el nivel material, tendrá muchísimas oportunidades de recibir un apoyo tangible y una posición mundana si lo desea. En este aspecto, el Gran Trígono de Tierra es el que brinda más ventajas físicas.

La capacidad de atraer, acumular, y manejar hábilmente los recursos está muy desarrollada. Pero el impulso para aventurarse en el mundo externo y esforzarse agresivamente para obtener tales recursos a menudo falta. En la carta de una persona menos ambiciosa, este Gran Trígono expresará una influencia muy indulgente y materialista que mantiene al individuo firmemente arraigado y centrado en el limitado mundo de la materia (lo que no resulta conveniente a la larga para el crecimiento interior). Entre los rasgos constructivos de un Gran Trígono de Tierra bien administrado encontramos: la resistencia y la perseverancia, que permiten al individuo concentrar su atención de manera constante sobre objetivos concretos sin distracciones o cambio de rumbo. Una vez comprometido con una meta, trabajará dura y largamente para lograr lo que desea. Tiene éxito porque sabe consolidar hábilmente su vasta reserva de energía y tranquilamente trabaja con ahínco en el proyecto hasta que alcanza los resultados que busca. Sin embargo, a diferencia del mero énfasis en el elemento tierra, la dinámica del Gran Trígono sugiere que la persona es inspirada, perceptiva, y visionaria. El individuo poseerá una enorme habilidad organizativa y un gran sentido práctico, ya que los trígonos de tierra permiten visualizar estructuras y formas perfectas o ideales. El sentido común será notorio. La vastedad de recursos creativos es uno de los rasgos sobresalientes de este Gran Trígono.

Las personas que poseen un Gran Trígono de Tierra son los grandes constructores de la vida, aquellos que perciben mejor su propio poder y fuerza creativa cuando pueden dar testimonio, a través de logros materiales duraderos o metas mundanas. Dado que la necesidad de seguridad y el sentido de los valores están tan enraizados en su conciencia, rara vez corren riesgos, y casi nunca se aventuran en la vida a la manera temeraria y segura de los poseedores del Gran Trígono de Fuego. En cambio, tienden a deliberar ya evaluar astutamente las condiciones antes de realizar ningún movimiento importante. Usualmente, su elección del momento es siempre correcta. A pesar de ello, tanta tierra produce un temperamento convencional y conservador que suele carecer de imaginación y olfato. Aunque la fuerza interior y la determinación del individuo sean aterradoras para los demás, generalmente le falta carisma. Negativamente, el individuo estará tan aferrado a la rutina y al sistema que resistirá los cambios en la vida, a veces puede quedar atrapado en una situación que le resulta cómoda porque sostiene sus puntos débiles, aunque su vida sea superficial y mundana. La búsqueda de gratificación sensorial puede superar el cuestionamiento de percepciones más profundas. El trabajo y la productividad son a menudo sobrevaluados a expensas del desarrollo interno, aun cuando estas personas gravitan usualmente hacia posiciones de administración organizativa en las que delegan el trabajo en otros (ya que los poseedores de Trígonos no son aptos para trabajar de manera extenuante). Es aconsejable que quien posea un Gran Trígono de este tipo busque activamente ambiciones materiales que le permitan una utilización creativa de los recursos prácticos para evitar que esas energías se congestionen, y se estanquen.

Continuará…

sábado, 24 de marzo de 2018

El Gran Trígono ( Parte I )


Fragmento perteneciente al Capítulo 4 del libro “Dinámica y análisis de los aspectos”, de Bil Tierney 

Cuando al menos tres planetas ubicados en distintos puntos del horóscopo y en el mismo elemento hacen trígono entre sí, la configuración resultante se denomina Gran Trígono. El prototipo del Gran Trígono en el zodíaco natural relaciona a los tres signos de fuego, ya que el primer ángulo de 120 grados a partir del grado 0° de Aries cae a 0° de Leo en el sentido contrario a las agujas del reloj y a 0° de Sagitario moviéndonos en el sentido de las agujas del reloj. Por lo tanto el Gran Trígono crea visualmente un gran esquema triangular. Esta configuración promueve un idealismo, percepción y visión elevados, al igual que autoexpresión creativa y bienestar. El Gran Trígono puede indicar potencialmente confianza y seguridad en uno mismo, optimismo, sentido del placer, fluidez, inspiración, expansión del poder creativo y un sentido general de estar amparado debido a la fe interna ya la esperanza. Por estos motivos, la astrología tradicional ha considerado al Gran Trígono como una influencia altamente beneficiosa. Sin embargo la astrología moderna es consciente de los problemas potenciales de un Gran Trígono mal administrado.

En principio debemos recordar que un Gran Trígono está compuesto por tres trígonos separados. Como dijimos antes el aspecto de trígono es fluido, reduce la presión y el esfuerzo. Tiene que ver con el ocio y la gratificación personal, no nos impulsa a luchar y a crecer a través de la aceptación de los grandes desafíos. A veces incluso parece estático e inoperante cuando no encuentra canales placenteros para expresarse. Los trígonos no son capaces de hacer frente a la frustración o la restricción, desean disfrutar libremente en un estado de relajación interna y armonía, libres de las interferencias externas. El trígono se centra poco realísticamente en su satisfacción personal evitando desarrollar la fuerza del carácter (lo que normalmente se logra a través del esfuerzo y del conflicto). Demasiados trígonos en el horóscopo pueden reflejar un temperamento auto indulgente que evita la disciplina o intenta ignorar las responsabilidades de la vida. El efecto ablandará al individuo, reduciendo su impulso potencial y su fuerza de voluntad para actuar de manera dinámica.

Los trígonos mal administrados producen un falso sentido de seguridad, una forma no productiva de pasividad que impide que uno intente mejorar los talentos o habilidades existentes. Se contenta con lo que le brinda la vida espontáneamente y no ve la razón para alterar ese esquema.

Esta situación se amplifica más todavía cuando encontramos un Gran Trígono. Tal configuración puede convertirse en una fuente de inercia y estancamiento aún mayores si el individuo no posee un sentido apropiado del equilibrio (simbolizado por un número suficiente de cuadraturas y oposiciones en la carta y, especialmente, si algunos de esos aspectos se relacionan con los planetas que forman el Gran Trígono). Este aspecto múltiple puede ocasionar una gran «suerte» en la vida. Dependerá del perfil general de la carta que esa «suerte» beneficie y fortalezca al individuo o por el contrario, retarde y debilite su desarrollo interno. Según Barbara Watters, en su libro “The Astrologer Looks At Murder”, muchos criminales (incluso asesinos) poseen un Gran Trígono en sus cartas natales, son personas a las que los rigores de la vida derrotan muy pronto y que se vuelcan entonces a ciertas adicciones o estilos de vida antisociales. En la carta del criminal, el Gran Trígono sirve para minimizar cualquier incentivo de lucha contra las condiciones limitadoras del medio ambiente, de manera realista que nos permite superar con éxito tales limitaciones. La criminología ha observado que los criminales crónicos tienen una perspectiva del mundo poco realista e infantil, esperan o exigen que el medio ambiente se someta a sus necesidades personales, de lo contrario lo castigan. Están motivados por un sentimiento ilusorio de poder y control sobre las condiciones sociales, y por lo tanto, no creen que ellos deban someterse a las leyes que sus víctimas «más débiles» obedecen. Escribe Watters que en los horóscopos de algunos criminales que ella estudió, la presencia del Gran Trígono sólo sirvió para que las egoístas e inhumanas actividades de estos individuos tuviesen éxito (en algunos casos liberándose incluso de ser atrapados) durante un período de tiempo más largo de lo esperado. Evidentemente, esto representa solamente un empleo distorsionado y primario del Gran Trígono y, por lo tanto, sólo se aplica a un muy pequeño porcentaje de individuos.

En lo que respecta a la interpretación, mucho dependerá de la cantidad de planetas relacionados con el Gran Trígono, además de la naturaleza básica de los mismos. Cuantos más planetas estén implicados, más crecerá la probabilidad de desequilibrio en el horóscopo y más débil será el carácter de la persona. La autoindulgencia excesiva, los excesos personales y la pasividad, tienden a enfatizarse más, por ejemplo, cuando la Luna, Venus, Júpiter, o Neptuno están implicados o cuando los signos de Tauro, Cáncer, Leo, Escorpio, o Piscis están fuertemente representados en el horóscopo. Observe que estos signos comparten una característica: la sensualidad. Por otra parte, los planetas Marte, Saturno, y Urano (a veces también Plutón), son por esencia demasiado activos y enérgicos como para permitir la autocomplacencia o el estancamiento. De igual modo, los signos de Virgo, Capricornio y Aries necesitan estar siempre activos y ocupados para funcionar con normalidad.

Un individuo con un Gran Trígono encontrará que muchas de sus necesidades personales le son suplidas por las personas o las situaciones cuando es aún muy joven. Es posible que viva aislado de las realidades más duras de la vida, al menos en ciertas áreas. Quienes poseen un Gran Trígono crecen esperando de manera inconsciente un tratamiento especial, privilegios únicos, y apoyo y comprensión del medio ambiente, pero rara vez se esfuerzan por conseguir estos beneficios. Se corre el riesgo de adoptar una aproximación cómoda y egoísta a la vida, sin tener en cuenta si hemos ganado o no lo que queremos conseguir. Nuestra idea esperanzada de que la vida siempre suplirá nuestras necesidades, simplemente porque es nuestro deseo que así sea, se ve reforzada, por nuestras tempranas experiencias de índole positiva y placentera. Ciertamente la vida puede ser muy dichosa si tiene un Gran Trígono. El inconveniente que presenta esta configuración es que el individuo quizás no desarrolle los recursos psicológicos necesarios para resolver con efectividad las crisis mayores de la vida cuando éstas hagan su aparición.

Aunque normalmente la vida fluya a su favor, inevitablemente encontrará obstáculos externos en algún momento si, en vez de crecer está estancado y cuando esto ocurre, no será capaz de hacer frente a los problemas que deba confrontar directamente. Especialmente en aquellas Casas dónde se ubican los planetas del Gran Trígono.

En este punto crítico, cualquier dificultad mayor lo abrumará o lo paralizará, se sentirá impotente para cambiar de forma dinámica estas incómodas condiciones. Debido al condicionamiento previo, el individuo volverá a su modo habitual de comportamiento: se convertirá en ultradependiente del esfuerzo de otra persona o situación, consiguiendo así un alivio temporal. Esto estimulará las actitudes escapistas (especialmente en el caso del Gran Trígono de Agua), se dejará llevar por el sendero de menor resistencia en un intento por amortiguar los conflictos externos que amenazan las cómodas estructuras de su mundo (interno), y si no tiene éxito con esta actitud, se evadirá a su interior y no hará absolutamente nada; ésta es una reacción extrema un tanto patológica, que no será la que adopten la mayoría de los individuos. Sólo la menciono para mostrar el increíble poder del Gran Trígono a la hora de proteger la psiquis humana de lo que considera peligroso o dañino.

Cuando hay más de un Gran Trígono (lo que es muy poco común) la configuración debilita aún más la capacidad de respuesta del individuo, ya que habrá más planetas en juego. Mucho dependerá de los aspectos que un Gran Trígono haga al otro. Por ejemplo, si un Gran Trígono de Fuego se conecta con un Gran Trígono de Aire, se formará un Gran Sextil, que puede ser dinámico debido a que también se generan tres oposiciones y seis sextiles. Sería una configuración muy estimulante. Pero si estos dos Grandes Trígonos no se conectan entre sí debido a que los orbes son demasiado amplios, el individuo tendrá muchas dificultades para integrar sus diferentes partes. Esta condición poco corriente señalará a una persona que flota sin rumbo, tropieza, hace las cosas en el momento inadecuado y carece del ímpetu para llevar acabo algo relevante. Aunque los talentos y las habilidades estén presentes, es muy probable que sean desperdiciados debido a la falta de motivación o de espíritu práctico. Lo que empeora aún más las cosas es que a este individuo no le preocupa si vive al máximo de su potencial o no, debido al sentido ilusorio de armonía interna y bienestar que le aportan la multitud de trígonos.

En general, cuántos más aspectos difíciles reciba el Gran Trígono de otros planetas, mayor será la capacidad de modificar su influencia y expresión. Esta es la situación más común. Un Gran Trígono aislado (o que no hace aspectos mayores con otros planetas, específicamente cuadraturas y oposiciones) mantendrá su identidad completa, para bien o para mal. No será afectado fácilmente por otras partes de la carta, y tiende a operar de manera autónoma, como si fuese un planeta sin aspectos. Se expresará en toda su pureza. Este tipo de Gran Trígono no se da casi nunca. E incluso si llegase a encontrar uno, los planetas transitantes continuamente formarían aspectos desfavorables. Nada en la carta permanece estático y autónomo durante mucho tiempo. Si una Cuadratura en T o una Gran Cuadratura se conectan con el Gran Trígono, entonces éste brindará la energía positiva necesaria para ayudar al individuo a resolver sus esquemas dinámicos difíciles, mientras que las cuadraturas le darán energía e impulso para convertirlo en una fuente de poder creativo o espiritual altamente productivo.

En los cientos de cartas estudiadas, encontré relativamente pocos Grandes Trígonos en los horóscopos de personas famosas. Obviamente en aquellas pocas que presentaban esta configuración, las personas fueron capaces de trabajarlos y desperdiciaron sus beneficios. La mayoría de individuos prominentes parece que debieron luchar, persistir y vencer grandes obstáculos antes de llegar al éxito por el que se los recuerda y conoce. Quizás esa es la explicación a su carencia de Grandes Trígonos.

Continuará…

jueves, 22 de marzo de 2018

El odio y la ira

Fragmento del capítulo "Sí a los sentimientos", del libro "Los cinco hechos que no podemos cambiar", de David Richo.

El odio se puede confundir con la ira. El odio tiene cinco rasgos: ira intensa, una necesidad maliciosa de herir a la otra persona, un deseo insaciable de venganza, una incapacidad de perdonar, no importa lo arrepentida que pueda estar la otra persona, y perder todas las esperanzas con respecto a ella. 

El odio es una defensa contra nuestra ira, dolor e impotencia.

No podemos soportar esos sentimientos, así que los proyectamos en otros como odio. Es un cometido peligroso y frustrante que las personas evolucionadas han dejado atrás.

¿Significa esto que no existe la ira justa? La diferencia entre la ira y el odio es que la ira trata de eliminar una injusticia. El odio, en cambio, trata de destruir al injusto. La ira involucra a alguien. El odio nos distancia. La ira se expresa y se suelta. El odio nunca se puede satisfacer o consumar, sino que permanece como resentimiento. En ese sentido, el odio es una rabia impotente. 

El odio es al lado oscuro de un individuo lo que la guerra es al lado oscuro de la colectividad. La desesperación es el origen del odio, ya que el que odia ha perdido todas las esperanzas respecto al otro. La desesperación es el origen de la guerra, ya que uno o ambos bandos han perdido la esperanza de alcanzar soluciones pacíficas.

domingo, 18 de marzo de 2018

El control

Fragmento del capítulo "Todo Cambia y Acaba", del libro "Las cinco cosas que no podemos cambiar", de David Richo.

Lo opuesto al sí no es el no: es el control.

Detrás de ese impulso controlador está el miedo, el miedo a que tendremos que sentir algo doloroso. Cada hecho de la vida insulta al ego que quiere creer que tiene todo el control. El sí es aceptación; el control es repudio. Podemos aprender a aceptar el hecho de que a veces no podemos evitar un cambio que no deseamos en nuestra vida. Paradójicamente, esa aceptación nos trae serenidad. Tratar de controlar íntegramente lo que nos sucederá nos hace antagonistas a los hechos de la vida y mantiene el estrés. Nuestra vida es un vaivén titubeante entre el terror y el control mientras seguimos reacios a la palabra sí.

Dejar el control significará que no podemos protegernos de ninguno de los hechos de la vida. El control es una de las maneras favoritas de escapar de la vida tal como es. El control es una ilusión tan profundamente arraigada que incluso pensamos que podemos abandonarlo simplemente si lo deseamos. No abandonamos el control; abandonamos la creencia de que podemos controlar. El resto es cuestión de la gracia. Los hechos de la vida son las herramientas que nos provee el universo para esa lección.

¿Por qué el control es tan importante para la mayoría de nosotros? Quizá controlando estamos tratando de prevenir pérdidas. No tendremos que acongojarnos si todo sale como queremos. No controlamos porque somos egoístas o exigentes; controlamos porque le tenemos miedo al dolor. 

Mientras luchemos contra las reglas de la vida, nos asustará el contacto directo con la realidad, que constituye la esencia del verdadero crecimiento. Cuando analizamos a conciencia nuestros miedos, vemos que todo miedo es, en su base,, un miedo a no tener el control.

Puede que no advirtamos el tema del control en algunas de las experiencias que nos incomodan diariamente. El control sigue siendo el oponente de un si sano y robusto a la realidad tal como es. No es que estemos en contra de la realidad; estamos en contra de no poder controlarla. Si miramos con atención, quizá veamos una dimensión de control en contrariedades como estas:

  • Queremos ser diferentes de como somos.
  • Queremos que otros sean diferentes.
  • Queremos que alguien nos llame o nos invite.
  • No nos gustan las pruebas o esperar los resultados.
  • La casa no está tan limpia y ordenada como nos gustaría.
  • No podemos librarnos de una vez por todas de las hormigas o de las cucarachas.
  • No podemos perder peso o hacer bajar la tensión arterial.
  • Nos obsesionamos con lo que sucedió o lo que podría suceder.
  • Tenemos sentimientos, humores y hábitos que no nos gustan.
  • No dormimos tanto como quisiéramos.
  • Nuestra pareja o nuestros padres, hijos o amigos no actúan como nos gustaría que lo hicieran.
  • Nos sentimos impelidos a anticipar todas las posibilidades.
  • No conseguimos caerles bien a ciertas personas, por mucho que lo intentemos.
  • No tuvimos éxito en un trabajo, en una relación o en planes financieros.
  • Pensamos qué decir solo después de una discusión.
  • Nos falta pericia en las matemáticas, el fútbol o la jardinería.

Subyacente a cada una de estas cosas está la creencia de que deberíamos controlarlo todo en todo momento. Esta irónica esclavitud lleva a la ansiedad. Es lo opuesto a la serenidad que promete su alternativa, un sí incondicional a lo que ES y a nosotros mismos y a otros tal como somos.

Necesitar tener el control, ¿cómo nos ayuda o nos entorpece a la hora de afrontar los hechos de la vida, las condiciones de vida aquí en la tierra? En un mundo en el que las cosas cambian y acaban, tiene sentido una actitud de aceptación y confianza. Esto es imposible sin soltar el control. 

En un mundo en el que el control no es fiable, necesitamos otra cosa: la capacidad de estar satisfechos haciendo lo mejor que podemos y dejando que los dados caigan como caigan. Entonces la labor es ocuparse de lo que suceda, no importa lo confuso o indescifrable que pueda ser. Poner el foco en tener el control entorpece nuestras probabilidades de encontrar las nuevas posibilidades que surgen cuando aparecen rumbos sorprendentes en nuestro camino. La impredecibilidad se vuelve menos temible y más atractiva cuando encontramos en ella una nueva frontera.

miércoles, 14 de marzo de 2018

El Significado de los Colores

Fragmento del libro "La Misión de tu Alma", de Linda Brady

Nuestro universo contiene energía que emite un brillante espectro de colores. Cada color vibra en un nivel que corresponde a una parte del cuerpo y a la emoción que se aloja allí y, en consecuencia, se corresponde también con un signo del zodiaco. Los colores pueden provocar un cambio en nuestras emociones, proporcionarnos paz y serenidad, reconfortarnos el alma o impulsarnos a la acción. Los colores estimulan, electrizan,, relajan, alivian e incluso curan. Dadas nuestras asociaciones subjetivas, los colores pueden dar forma a nuestra experiencia. En la meditación, el color es un vehículo importante para potenciar y sanar nuestro mundo interior, mientras a nuestro alrededor nos ayuda a crear ambientes que nos resulten apropiados desde el punto de vista energético.

Los colores tienen, además de una importancia simbólica, un potencial emocional específico. En la siguiente tabla se detallan sus correspondientes signos del zodíaco y sus propiedades emocionales.

ROJO - ARIES 
Simboliza la voluntad, la autoafirmación, la fuerza, la ira.
Características: estimula, alegra, entusiasma y alienta; proporciona una rápida energía; es un antídoto contra la depresión; fomenta la ira constructiva; aumenta la fuerza física.

VERDE - TAURO
Simboliza el crecimiento, la primavera, el amor, la prosperidad.
Características: promueve la serenidad; aumenta el deseo de evolucionar; proporciona armonía y equilibrio interior; fomenta la prosperidad; incrementa la fertilidad.

AMARILLO - GÉMINIS   
Simboliza el estímulo intelectual, la claridad.
Características: estimula el potencial creativo; fomenta el enfoque cerebral; favorece la comunicación; potencia la comprensión; promueve el enriquecimiento educativo; aumenta la capacidad de estar libre de prejuicios.

AZUL PLATEADO - CÁNCER
Simboliza los sentimientos profundos, la calma, la serenidad.
Características: fomenta la relajación; estimula la expresión creativa; ayuda a acceder a las emociones; calma la ira y la agitación; protege de las influencias emocionales negativas.

DORADO - LEO
Simboliza las verdaderas relaciones desde el corazón.
Características: crea confianza en uno mismo; desarrolla el amor y el respeto por uno mismo; proporciona cálidas relaciones con los demás; estimula el coraje.

NARANJA - VIRGO
Simboliza: la curación, la energía.
Características: produce una sensación de bienestar; reduce la depresión; disminuye los miedos; aumenta la curación física cuando las emociones han creado dolor; inspira confianza en uno mismo.

ROSA - LIBRA
Simboliza el equilibrio, la armonía y la cooperación.
Características: fomenta la cooperación; favorece la comprensión en nuestras relaciones; estimula la creatividad; crea una atmósfera de refinamiento; aumenta la armonía y el equilibrio.

ROJO OSCURO - ESCORPIO
Simboliza la fuerza, la sexualidad, la pasión.
Características: libera los antiguos miedos kármicos; fomenta la intensidad; potencia la pasión sexual; aumenta la determinación y el impulso; proporciona un incremento de energía duradera.

PÚRPURA - SAGITARIO
Simboliza la experiencia trascendental.
Características: aumenta la expansión filosófica; potencia la conciencia espiritual; propicia un aumento de la intuición; aumenta la comunicación con el alma; fomenta el optimismo.

MARRÓN - CAPRICORNIO
Simboliza el pragmatismo y la fiabilidad.
Características: favorece la concentración en la realidad, fomenta la disciplina y la responsabilidad; mantiene el foco puesto en los objetivos; promueve la conexión con el cuerpo para que tenga lugar la curación.

AZUL ELÉCTRICO - ACUARIO
Simboliza la individualidad y la originalidad.
Características: fomenta la unicidad; estimula la necesidad de humanismo; favorece la innovación; potencia la capacidad de estar libre de prejuicios; fomenta la racionalidad.

LAVANDA - PISCIS
Simboliza el espíritu, la conexión con Dios.
Características: aumenta la conciencia espiritual; fomenta la armonización con niveles de conciencia superiores; limpia los canales psíquicos; favorece el perdón; promueve la comunicación con el alma; crea estados meditativos que fomentan el descanso y la curación.

sábado, 10 de marzo de 2018

Reflexión sobre los Sentimientos

Fragmento del capítulo "Sí a los sentimientos", extraído del libro "Las cinco cosas que no podemos cambiar", de David Richo.

La palabra "sentir" proviene de una raíz indoeuropea que significa "tocar". En la ciencia hay un término, "perturbación", que se refiere a la habilidad de las cosas naturales de experimentar cambio y movimiento. Esto es lo que propicia la evolución y el flujo de la vida. Sentir es activar nuestra capacidad  de ser afectados, conmovidos o cambiados por los sucesos, la naturaleza y la gente: por los hechos de nuestra existencia.

Las presiones de la vida nos pueden arrastrar y aplastar o podemos volvernos testigos justos y alertas de ellas y entonces decidir qué es lo mejor que podemos hacer a continuación. Ser testigos de nuestros sentimientos acerca de las circunstancias y nuestras reacciones ante ellas significa no quedar atrapado en ellas, no tomárnoslas demasiado personal o seriamente, no ser poseídos por ellas, no quedar devastados por ellas, no ser refrenados o dominados por ellas. Nuestro propósito espiritual no es reprimir nuestras emociones ni entregarnos a ellas, sino permitirlas de una manera tan completa que pasen por nosotros hasta el suelo, es decir, que se resuelvan..., o incluso que vuelvan a la tierra, si queremos.

Cuando vivimos con un sí incondicional, desarrollamos la ecuanimidad. Pero ésta no debe interpretarse como imperturbabilidad. 

La ecuanimidad es la virtud de volver a la base, volviendo a estabilizarnos, después de sentir la perturbación incitada por nuestros sentimientos. Las personas que son sanas tanto psicológica como espiritualmente se ven afectadas por lo que les sucede a ellas mismas y a los demás. Los sucesos les hacen mella. Sienten profundamente y lo muestran. No son inamovibles o estoicas con respecto a lo que hacen los demás o respecto a lo que sucede. Son penetrables. Si fuese de otra forma, ¿cómo podría pasar la luz a través de ellas?

El carácter, la profundidad y la compasión florecen en nosotros porque nos puede afectar lo que nos sucede. Pero los sucesos no tienen que impactar en nuestra vida de maneras peligrosas.

Cuando los sucesos afectan, una persona:
  • Siente sus sentimientos a salvo, permaneciendo sólida y centrada.
  • Pasa por la experiencia conscientemente y al mismo tiempo busca apoyos sanos.
  • Se da cuenta de que su sueño y su apetito se ven afectados moderadamente.
  • Se ocupa de la dificultad, la procesa y la resuelve.
  • Se siente triste, pero en un nivel apropiado para la situación.
  • Conserva la salud física.

Cuando los sucesos impactan,, una persona:
  • Se siente abrumada por los sentimientos, quedándose desestabilizada y desolada.
  • Usa drogas o alguna adicción para escapar de la realidad o evitarla.
  • Se da cuenta de que su sueño y su apetito se ven seriamente afectados.
  • Se estanca en pensamientos sin salida y continúa sintiendo el golpe de los sucesos.
  • Se siente deprimida o desesperada.
  • Daña su salud física.
Los sentimientos son reacciones físicas que son las sanas tecnologías inherentes para afrontar las sacudidas de la vida. Nuestros sentimientos son los mecanismos sanos que nos ha dado la naturaleza para que podamos lanzarnos a resolver los problemas, creando soluciones nuevas, e inventando alternativas útiles. En otras palabras, la naturaleza nos hizo sentir para que pudiéramos evolucionar.

Frente a los hechos de la vida, el sí suena más de esta manera: "¿Cómo puedo pasar por  esto con los ojos bien abiertos? ¿Cómo puedo pasar por esto con todos mis sentimientos? Entonces estaré en la mejor posición para crecer con estos eventos". Este es el sí con el que hemos nacido. No está condicionado por tópicos o análisis mentales antiquísimos. Un sí a los sentimientos es la parada antes de llegar a las explicaciones filosóficas, los consuelos teológicos o las máximas alentadoras. En esa parada están nuestras raíces terrenales, nuestra pasión natural y nuestra cordura.

Muchos de nosotros hemos vivido durante años en nuestra cabeza o en egos resguardados, nuestras cabañas provisionales. Hacemos esto porque tenemos miedo de nuestros propios sentimientos y de la intimidad que crean cuando otros los ven y los comparten. Los sentimientos son la vía rápida a la intimidad. Nos revelan no como personas tensas contra el impacto y mordazmente en control, sino como vulnerables y suaves. Nos volvemos encantadores y atractivos. ¿Evitamos los sentimientos porque tememos la intimidad que podría resultar?

jueves, 8 de marzo de 2018

El Discernimiento

Fragmento del capitulo "Prepararse para las posibilidades", extraído del libro "Ser Generosos", de Lucinda Vardey y John Dalla Costa.

Cuanto más seriamente uno abraza la generosidad como una actitud o acercamiento a la vida, más deliberativo debe uno volverse acerca de dónde invertir el esfuerzo creativo y el compromiso generativo. El discernimiento es una forma de evaluación y juicio personal mediante el cual uno mira más allá de los factores normales de toma de decisión para considerar motivos más auténticos e implicancias más significativas.

Por ejemplo, mientras uno elige qué hacer, uno discierne el porqué, los principios subyacentes y las creencias que se expresan no simplemente en las propias acciones sino también, de forma más reveladora, en los propios hábitos.

Con discernimiento también discriminamos, de modo que nos abrimos a la verdad de una situación más que meramente evaluar sus hechos o su realidad aparente. De muchas formas, las decisiones se toman sobre las cosas exteriores, mientras que el discernimiento revela más acerca de los motivos interiores. A menudo, las decisiones incluyen sopesar y contrastar los méritos relativos de las opciones. Uno discierne al buscar una comprensión más rica de los criterios evaluativos y honestos del corazón.

La generosidad puede derrocharse muy fácilmente o ser abusada si se la practica solo en reacción a lo que se nos pida. El discernimiento es central para la capacidad de establecer prioridades. Esto significa no elegir entre lo bueno y lo malo, lo cual es todavía bastante directo, sino más bien ayudar a que uno diferencie entre aquellas elecciones más difíciles que incluyen un bien mayor o menor o entre un mal mayor o menor.

Practicar el discernimiento como virtud requiere desarrollar y confiar en la propia intuición, de modo de saber cuál es la manera correcta de ser, la cosa correcta para hacer (o no hacer). La intuición, en cambio, es la inteligencia visceral disponible para todos nosotros, que reacciona ante una situación antes que las ideas o los pensamientos impongan sus razones.  

El discernimiento se necesita no solo para la comprensión de uno mismo sino también para apreciar lo que el mundo necesita más y para dirigir efectivamente el talento particular, las habilidades y el tiempo propios. El discernimiento conecta en el momento las acciones a los principios y deseos básicos de uno. Nos induce a ser creativos, a sumergirnos en las posibilidades expansivas de la generosidad.

lunes, 5 de marzo de 2018

La Consulta Astrológica


Texto extraído del libro El Arte de la Interpretación del Horóscopo, de Tracy Marks. En el mismo, la autora describe cómo es una sesión desarrollada por ella.

Cada astrólogo tiene un método diferente para llevar a cabo una sesión. Cada uno de nosotros tiene una personalidad dinámica que es única, su estilo de comunicación, sus habilidades y su talento que decide emplear al máximo. Por esta razón, no es posible ofrecer pautas claras y absolutas en relación con el aspecto interpersonal del asesoramiento astrológico. Usted desarrollará con el tiempo su propio estilo que esté de acuerdo con su propia naturaleza. Las sugerencias que se ofrecen en este capítulo deben ser adaptadas a cada situación individual.

Dice Tracy Marks:

Mi propio procedimiento, cuando las personas me llaman para decirme que les interesa consultarme, consiste en preguntarles sobre su experiencia en lo que atañe a la astrología y qué propósitos específicos creen que cumple una sesión. ¿Por qué quieren una cita y por qué en ese momento? ¿Cuáles son sus asuntos y problemas del momento? ¿Qué se imaginan que la astrología puede hacer en su favor? Y también les hago unas pocas preguntas sobre el conteto de sus vidas: edad, ocupación, nivel de sus relaciones y preocupaciones principales en el presente y en el futuro inmediato.

A esta altura, les describo cuál es mi filosofía y cómo uso la astrología y, si lo considero apropiado, cuáles son mis títulos y cuál es mi experiencia. Luego les explico y pormenorizo en qué consisten las consultas que me harán, y les digo que realizo tres coases de sesiones (además de una práctica privada como consejera-terapeuta): 1.- Natal, 2.- Tránsitos y progresiones, 3.- Interés especial (un vívido enfoque, que incluye la carta natal y los tránsitos pertenecientes a un solo tema, como podría serlo el de las relaciones amorosas), y que primeramente suelo requerir una sesión natal. Aclaro cuáles son mis honorarios, indicando que deseo un depósito del 50 por ciento una semana antes de la consulta, y cómo deben saldar el resto; y solo cambio ideas sobre cuáles son mis posibilidades en cuanto a honorarios, sobre la base habitual de unos 90 minutos de sesiones grabadas magnetofónicamente. Una vez que nos ponemos de acuerdo respecto de la hora de la sesión, anoto en mi agenda de consultantes (en la que ya anoté la otra información que me habían dado) su nombre y apellido, dirección, número de teléfono y fecha de nacimiento. A fin de ser muy exacta, les repito siempre los datos de nacimiento que me dijeron, preguntándoles sobre el origen de sus datos y si están seguros de que la hora que tienen registrada es la de la luz del día o la estándar. La conversación suele terminar con una confirmación de la hora y de los honorarios, la dirección de mi consultorio y un recordatorio: que traigan una cinta magnetofónica de 90 minutos. A menudo les sugiero que si desean anticiparme algo antes de que yo efectúe el trabajo preliminar con su carta, me adjunten una esquela cuando me envíen por correo su depósito. Esta conversación inicial variará, por supuesto, y tal vez sea innecesaria si el consultante es una persona amiga o conocida, en vez de ser una extraña. Después de esta conversación telefónica que precede a la sesión, yo despacho por correo mi volante o folleto en el que describo de modo más completo mis servicios y honorarios, y confirmo la cita.

La siguiente etapa de contacto consiste en iniciar la sesión real, después que calculé y completé mi síntesis preliminar de la carta y preparé notas que me permitirán utilizar más eficazmente el material. Personalmente considero que tomar esas notas es esencial a fin de captar los problemas fundamentales de la carta y no tener que lidiar con las primeras etapas de la interpretación mientras, al mismo tiempo, estoy dialogando con el consultante.

Al llegar el consultante, suele ser necesaria una breve plática social a fin de establecer un neo entre ambos y ayudarlo a que se sienta cómodo. Después de hablar sobre el tiempo o el tránsito, o de ofrecerle café o té, puede haber temas más personales, como por ejemplo: ¿cómo se siente en mi consultorio? Muchos consultantes están inquietos y sienten temor por lo que yo les diga. ¿Tiene el consultante ciertos temores o inquietudes, y sería útil considerarlos? ¿Pensó en alguna otra cosa que le gustaría tratar en esta sesión? Si al consultante nunca se le interpretó una carta, le doy una copia de ésta, habitualmente delineada con palabras clave para describir sus factores principales y explicarle con términos rudimentarios la naturaleza y la interacción de los planetas, signos, casas y aspectos. Luego vuelvo a resumir sucintamente mi enfoque astrológico y le muestro cómo procedo a llevar a cabo la sesión: este procedimiento suele incluir breves monólogos de mi parte, un tiempo dedicado a preguntas y respuestas, otro lapso en el que esbozo el tema, preguntas y respuestas, etc. Este procedimiento es variable, pues aliento al consultante para que me interrumpa cuando no entienda lo que le estoy diciendo, o tenga preguntas para hacerme o antecedentes que pedirme. A veces, esas interrupciones hacen que se enfoque a fondo un problema en especial, o que haya lapsos en los que el consultante exprese prolijamente sus inquietudes o desfogue sus emociones. Ese tiempo en el que expresa sus emociones es esencial, especialmente si el consultante atraviesa una crisis y es incapaz de evaluar intelectualmente su situación o de captar nuevos conocimientos hasta haber descargado los sentimientos y tensiones que tenía encerrados en su interior.

Cada sesión es de distinta naturaleza, según el temperamento y las necesidades del consultante, y a menudo según mi estado de ánimo de ese día en particular. Algunos consultantes hablan continuamente y, como resultado de esto, abarco mucho menos material que el que yo tengo planeado; a veces opto por interrogarlos, con el mayor tacto posible, sobre cómo prefieren usar el tiempo de su consulta. Otros consultantes se inhiben, se muestran reservados y vacilan en brindar su información o en formular preguntas; tal vez necesiten que se les sonsaquen las cosas o que se les permite conservar su reserva.

sábado, 3 de marzo de 2018

Lo que no Podemos Cambiar

Fragmento del libro "Las Cinco Cosas que no Podemos Cambiar", de David Richo

Hay cinco realidades inevitables, cinco hechos inmutables que nos visitan a todos un sinfín de veces:
  • Todo cambia y todo acaba.
  • Las cosas no siempre suceden como las habíamos planeado.
  • La vida no siempre es justa.
  • El dolor forma parte de la vida.
  • La gente no es siempre amorosa y leal.
Estos son los desafíos básicos que todos afrontamos, aunque con demasiada frecuencia vivamos negándolos y nos comportemos como si de alguna manera estas realidades no estuvieran siempre vigentes o no fueran aplicables a todos nosotros. Sin embargo, cuando nos oponemos a estas cinco verdades básicas nos estamos resistiendo a la realidad, y entonces la vida se convierte en una serie interminable de desilusiones, frustraciones y congojas.

Una realidad es un hecho de la vida ante el que estamos impotentes. Es algo que no podemos cambiar, algo inherente a la naturaleza misma de las cosas. Desde cierto punto de vista, hay muchos hechos dados. Además de las cinco inquietantes realidades que he señalado, hay también realidades placenteras: experimentamos gozo, a veces nuestras esperanzas se cumplen con creces, descubrimos dones internos únicos, las cosas tienden a solucionarse por sí mismas, a veces nos sonríe la suerte, suceden milagros de sanación.

Hay también realidades que solo son aplicables a nosotros como individuos: la forma de nuestro cuerpo y nuestra personalidad, nuestros dones o limitaciones psicológicos o espirituales únicos, nuestro temperamento, nuestra constitución genética, nuestro coeficiente intelectual, nuestro estilo de vida convencional o poco convencional, si somos introvertidos o extrovertidos, y así sucesivamente.

La expresión hecho dado tiene dos significados. Es una condición que no se puede cambiar, pero es también algo que nos ha sido concedido. Cuando decimos SI, los hechos dados de la vida de pronto se revelan domo dones, los medios hábiles para la evolución. Los hechos dados son implacables, pero también son ricos en sabiduría. Solo entre semejantes condiciones severas y desafiantes podríamos evolucionar. Los hechos dados de la vida son dones porque son los ingredientes del carácter, la profundidad y la compasión.

Estos son  ejemplos de las paradojas que podemos aceptar alegremente cuando reconocemos el valor de los hechos dados de la vida:

Aunque todo cambia y acaba, las cosas se renuevan y pasan por ciclos que fomentan evolución.

Aunque las cosas no siempre suceden como las habíamos planeado, a veces sentimos que hay un plan mayor, a través de la sincronicidad, que abre posibilidades asombrosas.

Aunque la vida no siempre es justa, algo dentro de nosotros permanece comprometido con la justicia y rehúsa a ser injusto o vengativo.

Aunque el dolor forma parte de la vida, tenemos maneras de afrontarlo y por ello expandimos nuestros poderes para afrontar el dolor futuro y ayudar a otros con su dolor.

Aunque la gente no es siempre amorosa y leal, nada tiene que obstaculizar que actuemos con bondad y no nos desencantemos de los demás. Ninguna acción humana puede eliminar la capacidad de amar de otro ser humano.

El amor siempre es incondicional en el sentido de que no es bloqueado o refrenado por ninguna de las condiciones de la existencia. Ni los cambios, los finales, los planes alterados, la injusticia, el sufrimiento, la deslealtad, la falta de amor... nos pueden impedir que amemos.

jueves, 1 de marzo de 2018

Signos Zodiacales y Símbolos

Extraído del libro "La Misión de tu Alma", de Linda Brady

Los signos del Zodíaco y las cosas, personas y lugares que simbolizan:

ARIES
Los cuchillos y otros objetos afilados, el desierto, el carnero, los bomberos, los soldados, el amanecer, las batallas, Moisés, el fuego, las cerillas, los mecheros, el karate y demás artes marciales, la dirección Este, la primavera, el número 1.

TAURO
Los jardines, Buda, el toro, los escultores, los banqueros, el dinero, la tierra las hojas, los cantantes y compositores de canciones, las inversiones, las carteras, los depósitos bancarios, las poltronas, cualquier materia suave (como el terciopelo o la seda, el número 2.

GÉMINIS
El viento, los automóviles, los periódicos y los periodistas, los libros, los pájaros, las señales de tránsito, los hermanos gemelos, los relojes de pulsera, el material de escritura, las bibliotecas, los timadores, los terapeutas de la respiración, los logopedas, los escritores, el número 3.

CÁNCER
Los lagos, las madres, los recipientes para líquidos, el hogar, los productos lácteos, los barcos, los cocineros, la comida, los historiadores, los marineros, los restaurantes, los campesinos, la dirección Norte, las charcas, el verano, el número 4.

LEO
Los actores, los teatros, las coronas, la televisión, los juegos, los niños, el sol, las vacaciones, las fiestas, el cine, los reyes, los tronos, los regalos, las diversiones, la lotería, todas las cosas con encanto, los días festivos, el número 5.-

VIRGO
Los alimentos sanos, los médicos, las enfermeras, los nutricionistas, las listas de cosas, cualquier programa que instaure el orden, el trabajo organizado, el jabón, las vírgenes, el trigo, los elementos de limpieza, las recetas, los animales pequeños, las tareas domésticas, el trabajo rutinario, las pruebas, el número 6.

LIBRA
Los jueces, los tribunales, la dirección Oeste, los socios, los contratos, los diseñadores de moda de otoño, el color, la armonía, las balanzas, la ropa elegante, los marchantes de arte, las bodas, todas las cosas bellas y refinadas, la mediación y los mediadores, los objetos que están en equilibrio, el número 7.

ESCORPIO
Las cosas ocultas, los lugares oscuros, los secretos, los investigadores, los tornados, la muerte, los funerales, los seguros, las armas nucleares, el hielo, los psiquiatras, los préstamos, la basura, los enredos sexuales, la mafia, los patólogos, los callejones oscuros, las ciencias ocultas, el número 8.

SAGITARIO
Los caballos, el juego, las montañas, los viajes, los agentes de viaje, los deportes, los profesores universitarios, el clero, la ley, los abogados, los asuntos jurídicos, las universidades, las publicaciones, las flechas, los rituales religiosos, el espacio, todo lo relacionado con la expansión, la suerte, el futuro, el numero 9.

CAPRICORNIO
El padre, las figuras de autoridad, los mayores, las personas sabias, los relojes de caja, la dirección Sur, el invierno, las licencias, el Gobierno y los funcionarios gubernamentales, los presidentes y directores de empresa, los calendarios, los límites, los cimientos, los grandes negocios, las recompensas de reconocimiento, los objetos antiguos, el número 10.

ACUARIO
Los aviones, los ordenadores, la astrología, la política, el trabajo voluntario, Internet, las causas, las ideas revolucionarias, las nuevas tecnologías, el genio, los inventores, la rebelión, el trabajo en equipo, los grupos de mentalidad afín, los médicos holísticos, la tecnología espacial, el número 11.

PISCIS
Los océanos, las ballenas y los delfines, la anestesia, el alcohol, las drogas, los sueños, las capacidades y experiencias psíquicas, las cárceles, los hospitales, los mártires, los músicos, el ballet y los bailarines, las adicciones y los adictos, los lugares de retiro, las ilusiones, los enemigos secretos, el número 12.