Texto del libro
“Ayudar de forma efectiva” (Counseling), de Barbara F. Okun, Ed. Paidós.
Una crisis es un
estado que aparece cuando se rompe por completo el equilibrio emocional de una
persona a causa de un acontecimiento inesperado y potencialmente peligroso o
una transición vital difícil. La principal diferencia entre el estrés y las
crisis es que una crisis es un acontecimiento puntual, mientras que el estrés
puede presentarse de manera continuada.
Las crisis no suelen
ser prededibles ni esperadas, y es el hecho de que son inesperadas lo que
intensifica las reacciones que provocan. Cuando experimentamos una crisis,
perdemos el control y el dominio que tenemos sobre nosotros mismos y sobre el
curso de nuestras vidas. Algunos de los términos que suelen utilizarse para
describir los resultados de una crisis son desequilibrio, desorientación y
disrupción. Es la intensa experiencia emocional de estos estados lo que genera
la crisis. Algunas de las respuestas que más suelen presentarse son la apatía,
la depresión, los sentimientos de culpa y la pérdida de la autoestima. Las
personas que pasan por algún tipo de crisis se encuentran con que las formas
que han tenido hasta entonces de resolver sus problemas y enfrentarse a sus
dificultades ya no les funcionan, y se asustan y trastornan cada vez más.
Cuando hablamos de
crisis, estamos haciendo referencia a las reacciones emocionales que las
personas tienen ante una situación determinada, y no a la situación en sí
misma. Por lo tanto, las personas que intervienen en las crisis trabajan con
las percepciones y valoraciones de los individuos, pero no con los
acontecimientos en sí mismos. Si una persona acude a nosotros presentando una
crisis provocada por un accidente, debemos centrarnos en los sentimientos y
pensamientos que el accidente ha despertado en ella, y no en el accidente en
sí. La forma que tenemos de responder y reaccionar ante las crisis depende de
nuestros aprendizajes y experiencias pasadas (de cómo hemos reaccionado cuando
nos hemos enfrentado a crisis menos importantes a lo largo de nuestra infancia
y adolescencia), y de nuestro estilo y filosofía de vida. Las variables
socioculturales también influyen en el significado que damos a las crisis y a
las reacciones que tenemos ante ellas.
TIPOS DE CRISIS
Hay seis tipos
comúnmente aceptados de crisis emocionales:
1.- Crisis
disposicionales: este tipo de crisis suelen ser la consecuencia de la falta de
información; por ejemplo, no saber qué trabajo escoger, a qué especialista
médico acudir para el tratamiento de un síntoma en particular, a qué planes de
vida puede optar uno, o a quién pedirle qué.
2.- Transiciones
vitales anticipadas: son crisis normativas, asociadas al desarrollo, que están
muy extendidas en nuestra sociedad. Puede provocarlas un cambio de trabajo en
una edad ya avanzada, el matrimonio, la paternidad, el divorcio, el inicio de
una enfermedad crónica o terminal o un cambio de escuela.
3.- Estrés
traumático: estas crisis son el resultado de situaciones estresantes de origen
externo, imposibles de controlar, que superan emocionalmente a la persona.
Algunos ejemplos serían las violaciones, las agresiones, la muerte repentina de
un ser querido, la pérdida repentina del trabajo o del estatus social, el incio
repentino de una enfermedad, los accidentes o las guerras.
4.- Crisis
madurativas /del desarrollo: la mayor parte de nosotros pasamos por este tipo
de crisis a medida que vamos avanzando por las etapas de nuestro ciclo vital.
Pueden reflejar temas que tengan que ver con la dependencia, con los conflictos
de valores o con la identidad sexual, o evidenciar nuestra incapacidad para
establecer relaciones emocionales de intimidad, responder ante la autoridad o
seguir una disciplina. Normalmente, este tipo de crisis surgen ante determinados
patrones relacionales o en momentos de transiciones cruciales para nuestro
desarrollo. algunos ejemplos serían la pérdida repetida de empleos provocada
por la incapacidad para llevarse bien con los supervisores, los intensos
sentimientos de nostalgia o las depresiones de los estudiantes universitarios
que se alejan de sus casas por primera vez y las crisis de la mediana edad.
5.- Crisis
psicopatológicas: son crisis emocionales precipitadas por psicopatologías
preexistentes. En otras palabras, en este tipo de crisis la psicopatología
subyacente dificulta o complica significativamente la forma que tenemos de
afrontar una situación determinada, exagerándola hasta que alcanza las
dimensiones de una crisis.
6.- Emergencias
psiquiátricas: son situaciones de crisis en las que el funcionamiento general
de la persona está gravemente trastornado y ésta no puede responder de sí
misma; en otras palabras, se convierte en un peligro para sí misma y para los
demás.
Observando este
esquema, podemos ver que las crisis se dividen en dos categorías fundamentales:
crisis propias del desarrollo, que tiene que ver con el crecimiento y con la
superación de las diversas etapas vitales, y crisis situacionales, que son el
resultado de situaciones estresantes de origen interno o externo. Además de
ayudarnos a entender la naturaleza de las crisis, este esquema también puede
ayudarnos a ver las crisis con cierta perspectiva para poder establecer cuáles
de las posibles intervenciones inmediatas son las mejores.
Según Gerald Caplan,
se pueden describir cuatro fases de las reacciones a las crisis:
Fase 1: fase inicial
en la que la persona experimenta el inicio de la tensión e intenta poner en
práctica los métodos de resolución de problemas que ha venido utilizando hasta
entonces para recuperar su equilibrio emocional.
Fase 2: fase que se
caracteriza por el aumento de la tensión, que provoca disfunciones y fallos en
el funcionamiento de la persona tras el fracaso de las estrategias habituales
de resolución de problemas; en esta fase, la persona pone en práctica
estrategias de ensayo y error para intentar encontrar una solución.
Fase 3: fase que se
caracteriza por una tensión aún mayor, que exige la búsqueda de recursos
adicionales como estrategias de emergencia o nuevas estrategias de resolución
de problemas; si la persona tiene éxito en esta fase, podrá redefinir el
problema y resolverlo o resignarse a vivir con él.
Fase 4: esta fase
aparece cuando no se ha resuelto el problema en las fases anteriores y puede
dar lugar a la aparición de trastornos emocionales y a la desorganización de la
personalidad del individuo.