martes, 17 de febrero de 2015

¿Qué es una Crisis?

Texto del libro “Ayudar de forma efectiva” (Counseling), de Barbara F. Okun, Ed. Paidós.

Una crisis es un estado que aparece cuando se rompe por completo el equilibrio emocional de una persona a causa de un acontecimiento inesperado y potencialmente peligroso o una transición vital difícil. La principal diferencia entre el estrés y las crisis es que una crisis es un acontecimiento puntual, mientras que el estrés puede presentarse de manera continuada.

Las crisis no suelen ser prededibles ni esperadas, y es el hecho de que son inesperadas lo que intensifica las reacciones que provocan. Cuando experimentamos una crisis, perdemos el control y el dominio que tenemos sobre nosotros mismos y sobre el curso de nuestras vidas. Algunos de los términos que suelen utilizarse para describir los resultados de una crisis son desequilibrio, desorientación y disrupción. Es la intensa experiencia emocional de estos estados lo que genera la crisis. Algunas de las respuestas que más suelen presentarse son la apatía, la depresión, los sentimientos de culpa y la pérdida de la autoestima. Las personas que pasan por algún tipo de crisis se encuentran con que las formas que han tenido hasta entonces de resolver sus problemas y enfrentarse a sus dificultades ya no les funcionan, y se asustan y trastornan cada vez más.

Cuando hablamos de crisis, estamos haciendo referencia a las reacciones emocionales que las personas tienen ante una situación determinada, y no a la situación en sí misma. Por lo tanto, las personas que intervienen en las crisis trabajan con las percepciones y valoraciones de los individuos, pero no con los acontecimientos en sí mismos. Si una persona acude a nosotros presentando una crisis provocada por un accidente, debemos centrarnos en los sentimientos y pensamientos que el accidente ha despertado en ella, y no en el accidente en sí. La forma que tenemos de responder y reaccionar ante las crisis depende de nuestros aprendizajes y experiencias pasadas (de cómo hemos reaccionado cuando nos hemos enfrentado a crisis menos importantes a lo largo de nuestra infancia y adolescencia), y de nuestro estilo y filosofía de vida. Las variables socioculturales también influyen en el significado que damos a las crisis y a las reacciones que tenemos ante ellas.

TIPOS DE CRISIS

Hay seis tipos comúnmente aceptados de crisis emocionales:

1.- Crisis disposicionales: este tipo de crisis suelen ser la consecuencia de la falta de información; por ejemplo, no saber qué trabajo escoger, a qué especialista médico acudir para el tratamiento de un síntoma en particular, a qué planes de vida puede optar uno, o a quién pedirle qué.

2.- Transiciones vitales anticipadas: son crisis normativas, asociadas al desarrollo, que están muy extendidas en nuestra sociedad. Puede provocarlas un cambio de trabajo en una edad ya avanzada, el matrimonio, la paternidad, el divorcio, el inicio de una enfermedad crónica o terminal o un cambio de escuela.

3.- Estrés traumático: estas crisis son el resultado de situaciones estresantes de origen externo, imposibles de controlar, que superan emocionalmente a la persona. Algunos ejemplos serían las violaciones, las agresiones, la muerte repentina de un ser querido, la pérdida repentina del trabajo o del estatus social, el incio repentino de una enfermedad, los accidentes o las guerras.

4.- Crisis madurativas /del desarrollo: la mayor parte de nosotros pasamos por este tipo de crisis a medida que vamos avanzando por las etapas de nuestro ciclo vital. Pueden reflejar temas que tengan que ver con la dependencia, con los conflictos de valores o con la identidad sexual, o evidenciar nuestra incapacidad para establecer relaciones emocionales de intimidad, responder ante la autoridad o seguir una disciplina. Normalmente, este tipo de crisis surgen ante determinados patrones relacionales o en momentos de transiciones cruciales para nuestro desarrollo. algunos ejemplos serían la pérdida repetida de empleos provocada por la incapacidad para llevarse bien con los supervisores, los intensos sentimientos de nostalgia o las depresiones de los estudiantes universitarios que se alejan de sus casas por primera vez y las crisis de la mediana edad.

5.- Crisis psicopatológicas: son crisis emocionales precipitadas por psicopatologías preexistentes. En otras palabras, en este tipo de crisis la psicopatología subyacente dificulta o complica significativamente la forma que tenemos de afrontar una situación determinada, exagerándola hasta que alcanza las dimensiones de una crisis.

6.- Emergencias psiquiátricas: son situaciones de crisis en las que el funcionamiento general de la persona está gravemente trastornado y ésta no puede responder de sí misma; en otras palabras, se convierte en un peligro para sí misma y para los demás.

Observando este esquema, podemos ver que las crisis se dividen en dos categorías fundamentales: crisis propias del desarrollo, que tiene que ver con el crecimiento y con la superación de las diversas etapas vitales, y crisis situacionales, que son el resultado de situaciones estresantes de origen interno o externo. Además de ayudarnos a entender la naturaleza de las crisis, este esquema también puede ayudarnos a ver las crisis con cierta perspectiva para poder establecer cuáles de las posibles intervenciones inmediatas son las mejores.

Según Gerald Caplan, se pueden describir cuatro fases de las reacciones a las crisis:

Fase 1: fase inicial en la que la persona experimenta el inicio de la tensión e intenta poner en práctica los métodos de resolución de problemas que ha venido utilizando hasta entonces para recuperar su equilibrio emocional.

Fase 2: fase que se caracteriza por el aumento de la tensión, que provoca disfunciones y fallos en el funcionamiento de la persona tras el fracaso de las estrategias habituales de resolución de problemas; en esta fase, la persona pone en práctica estrategias de ensayo y error para intentar encontrar una solución.

Fase 3: fase que se caracteriza por una tensión aún mayor, que exige la búsqueda de recursos adicionales como estrategias de emergencia o nuevas estrategias de resolución de problemas; si la persona tiene éxito en esta fase, podrá redefinir el problema y resolverlo o resignarse a vivir con él.

Fase 4: esta fase aparece cuando no se ha resuelto el problema en las fases anteriores y puede dar lugar a la aparición de trastornos emocionales y a la desorganización de la personalidad del individuo. 

sábado, 7 de febrero de 2015

La cuadratura en T – Interpretación

Texto perteneciente al libro “Aspectos planetarios”, de Tracy Marks, Ed. Urano.


Cuando se interpreta una cuadratura en T, se han de considerar los siguientes puntos:

1.- El modo o cuadruplicidad de la cuadratura en T (cardinal, fija o mutable). ¿Todos los planetas que la integran están en el mismo modo? El modo de la configuración describe la forma en que el nativo experimenta y expresa su energía. La cuadratura en T cardinal es la más dinámica, activa y orientada a las crisis; la fija es la más poderosa, decidida y voluntariosa; la mutable es la más inquieta, dispersa y cambiante.

2.- El planeta focal, su movimiento directo o retrógrado, su emplazamiento por signo y casa, y la casa o casas que rige en la carta natal. (Estas casas también experimentarán la tensión y la motivación generadas por la cuadratura en T). El planeta focal puede ser el más dominante de la carta, y la fuente de un gran porcentaje de la energía del individuo. Debe usarse y hacerlo sabiamente. Un secreto para utilizar con eficacia la cuadratura en T es aprender a expresar el planeta focal de manera positiva, en lugar de dejarse llevar por su tención a una actividad compulsiva, al exceso y la sobrecompensación.

3.- Los planetas opuestos, su movimiento directo o retrógrado, su emplazamiento por signo y casa, y las casas que rigen en la carta natal. Cada uno de estos planetas contribuye a la expresión del planeta focal, sea interfiriendo en su funcionamiento o incitándolo a expresarse de manera más provechosa.

4.- La naturaleza de la oposición y las cuadraturas que forman la T cuadrada. ¿Hasta qué punto son compatibles los planetas que intervienen en cada aspecto? ¿Qué grado de proximidad y, por lo tanto, qué fuerza tienen los aspectos? Los más cercanos a la exactitud indican la mayor tensión experimentada por la cuadratura en T, así como los medios para aliviarla.

5.-  El espacio vacío de la cuadratura en T: el grado, el signo y la casa opuestos al planeta focal. Si hay dos planetas focales en conjunción, el grado vacío será su punto medio más alejado. El espacio vacío necesita que se lo desarrolle conscientemente de manera positiva, de modo que la persona no necesite sobrecompensar sus incapacidades arrojando a ciegas más energía incontrolada hacia el planeta focal, y no rehúya las tensiones de éste volviendo a las manifestaciones más negativas del espacio vacío. El símbolo sabiano para el grado vacío es a menudo una clave de la cualidad que más se necesita desarrollar.

6.- El regente del signo del espacio vacío, y su posición por signo y casa en la carta natal (por ejemplo, si el signo del espacio vacío es Cancer, el regente es la Luna). Con frecuencia, este planeta es una clave de cómo se puede expresar más fácilmente este signo. Como el signo ya está expresado indirectamente en la casa de su regente, su influencia puede ser aplicada a otros ámbitos de la carta, en especial a la casa vacía. Si el regente es uno de los planetas de la cuadratura en T, entonces necesitará de un modo particular ser expresado constructivamente.

7.- Los trígonos y sextiles que se producen en la carta natal entre los planetas de la cuadratura en T y los que no forman parte de ella. Estos trígonos y sextiles pueden proporcionar canales constructivos para la expresión de la energía liberada por la cuadratura en T, o pueden servir como un medio de escapar del conflicto. Esto es particularmente válido si un gran trígono se conecta con la cuadratura en T, en cuyo caso el planeta que une ambas configuraciones se convierte en un medio no sólo para escapar, sino también para utilizar la energía del gran trígono. Los trígonos o sextiles que forme el planeta focal son muy importantes. Es probable que el trígono o el sextil más próximo a la exactitud sea un agente alquímico que proporcione un medio para transmutar la energía desenfocada de la cuadratura en T en acción creativa y productiva.

8.- Los aspectos menores favorables (como el quintil, el semisextil y el novil) formados por los planetas de la cuadratura en T, particularmente por el planeta focal. Estos aspectos menores sólo son canales significativos si son casi exactos (menos de 1° de orbe) o si los planetas de la cuadratura en T forman pocos trígonos o sextiles.

9.- Cualquier combinación de puntos medios directos formada por los planetas de la cuadratura en T, particularmente por el planeta focal (Por ejemplo, si Marte como planeta focal está a 16° de Leo, Mercurio a 8° de Geminis y Saturno a 24° de Libra, entonces Marte es el punto medio de Mercurio y Saturno, al estar emplazado 68° después de Mercurio y 68° antes de Saturno.) Si el planeta focal está emplazado en el punto medio de dos planetas que no forman parte de la cuadratura en T, aprender a expresar armoniosamente estos planetas juntos ayudará al planeta focal a funcionar con más eficacia.

10.- Un planeta que esté en el punto medio de alguna de las cuadraturas que intervienen en la cuadratura en T. (Por ejemplo, si Júpiter como planeta focal a 24° de Libra está en cuadratura con Saturno a 22° de Cancer, un planeta equidistante de Júpiter y de Saturno, a 8° de Virgo u 8° de Piscis, estaría emplazado en el punto medio entre Júpiter y Saturno.) Este planeta puede ser una ayuda para integrar armoniosamente los planetas en cuadratura.

De todas las consideraciones enumeradas, probablemente las más importantes y que merecen una especial atención sean el modo o cuadruplicidad, las cuadraturas y la oposición que forman la cuadratura en T, la naturaleza del planeta focal y del espacio vacío, y los aspectos favorables, en particular trígonos y sextiles, formados por la cuadratura en T.


domingo, 1 de febrero de 2015

La cuadratura en T – Significado general

Texto perteneciente al libro “Aspectos planetarios”, de Tracy Marks, Ed. Urano.


Una cuadratura en T es una configuración desequilibrada, pero dinámica. Las dos cuadraturas, en las que está implicado el planeta focal, crean frustración y tensión que interfieren en la expresión natural y constructiva del planeta de acuerdo con el signo y la casa donde está emplazado. Este planeta parece estar tironeado por la oposición en dos direcciones. Como los planetas en oposición, con sus respectivos signos y casas, no están integrados y se encuentran desequilibrados, están en conflicto, lo cual incrementa la presión experimentada por el planeta focal. Los intentos del planeta focal de hacer frente a esta presión, recuperar el equilibrio y expresarse libremente, suelen dar como resultado una poderosa liberación de energías (expresada con frecuencia de manera compulsiva, excesiva o extrema) y una llamada a la acción.

La cuadratura en T exige acción. Dado que proporciona su propia fuente de motivación, indica un potencial de logro considerable. La naturaleza de este logro se relaciona generalmente con la naturaleza del planeta focal, su signo, su casa y los aspectos que forma en la carta natal.

Una persona con una cuadratura en T frecuentemente desperdicia una considerable cantidad de energía acentuando en exceso el planeta focal sin prestar la debida consideración a otros lados de su personalidad. El signo y la casa opuestos al planeta focal, en el área que se suele llamar espacio vacío, indican los huecos o carencias en su evolución personal: características y áreas de la vida que, si las cultiva, pueden permitirle expresar su planeta focal de una manera moderada, equilibrada y constructiva.

En ocasiones, una persona con una cuadratura en T escapa de los problemas generados por el planeta focal poniendo demasiado énfasis en el signo y la casa del espacio vacío. Se inclina excesivamente en una única dirección, hasta que los problemas se vuelven abrumadores, y entonces cambia por completo de marcha y se inclina demasiado en la dirección opuesta, sin entender bien el verdadero significado de ese signo y esa casa. Esta tendencia a oscilar compulsivamente de un extremo a otro no suele funcionar, y eso es una ventaja para el nativo, porque la evolución del espacio vacío y la expresión constructiva del planeta focal están vinculadas y se las ha de abordar simultáneamente.


martes, 13 de enero de 2015

El Regente del Ascendente

Fragmento del libro “Astrología, karma y transformación” (Las dimensiones interiores del mapa natal), de Stephen Arroyo.

El planeta regente del Ascendente, junto con su posición de casa y signo, es otro factor que debe considerarse simultáneamente con cualquier análisis del signo ascendente un individuo. De hecho, podríamos decir que, por ejemplo, hay doce tipos básicos de Aries ascendente (dependiendo de la posición del signo de Marte), doce tipos de Tauro ascendente (dependiendo de la posición del signo de Venus), etc.

Tanto la posición del signo como la de la casa del planeta regente son factores extremadamente importantes en cualquier mapa, aunque la posición de la casa es mucho más importante que la posición del signo si el regente considerado es Urano, Neptuno o Plutón.

La posición del planeta regente significa la energía y el sector primordiales de experiencia de vida que nos motiva para que actuemos en el mundo. Además, el elemento de la posición de signo del planeta regente es índice, a menudo, del nivel de experiencia que obtiene nuestra corriente de energía física. Y, puesto que el Ascendente mismo representa la experiencia generalizada de ser nosotros mismos y comprender muy espontáneamente nuestra naturaleza individual, la posición de casa del planeta regente puede decirse que representa el campo específico de la actividad de vida en el que podemos experimentar muy inmediatamente nuestra naturaleza esencial.

Una vez armonizados en el campo de experiencia y el tipo de energía representada por el planeta regente y su casa y signo, empezamos a sentirnos más vivos, más motivados para expresarnos y más interiormente seguros y auténticos.

Los aspectos que incluyen al regente del Ascendente son también especialmente importantes, a la par de los aspectos que incluyen al Sol o a la Luna o al Ascendente mismo. Tales aspectos son tan significativos porque indican una dinámica específica que afecta la corriente total o la inhibición total de nuestra expresión personal. La conexión del regente del Ascendente con la corriente de energía física y con nuestro estado de salud difícilmente puede sobreestimarse, y su importancia a este respecto puede fácilmente verse observando los tránsitos al planeta regente. Tan a menudo, tales tránsitos se correlacionan con marcados cambios en nuestra salud, vitalidad o apariencia. Por ejemplo, una clienta (mujer de 34 años con Virgo ascendente) experimentó una crisis nerviosa total cuando Urano estuvo en cuadratura con su Mercurio natal. Concedido que Urano en tránsito, estando en cuadratura con Mercurio natal de alguien, pudiera correlacionarse con un período de tensión nerviosa, tal tránsito, no obstante, no sería una fuerza tan dominante para quienes no tienen a Mercurio como el regente del Ascendente.

Podría preguntarse por qué el regente del Ascendente es tan importante, más importante en las vidas de la mayoría que el regente del signo del Sol en términos de experiencias inmediatas profundas y cambios completos en nuestra actitud hacia la vida. Para responder esta pregunta, me parece que es necesario volver a un concepto muy antiguo: a saber, la idea del planeta regente que es el “Señor” que preside no sólo nuestro nacimiento sino también toda nuestra vida. En varios conceptos antiguos de factores astrológicos, el planeta regente del Ascendente se consideraba la deidad o el poder cósmico designado por el Señor Supremo para que presidiera toda la encarnación de un individuo. En términos más modernos, podríamos decir que la naturaleza del planeta regente presta un tono total a toda la vida de la persona, tanto a sus experiencias como a su enfoque para interactuar con el mundo externo. La posición específica del signo de este planeta regente es, por tanto, de gran importancia como símbolo de la cualidad de la experiencia, de la corriente de energía, y de la orientación general de la vida que dominará el modo de ser del individuo durante esta encarnación.

Aunque no puedo afirmar que yo tenga bastante experiencia directa que me permita confirmar de algún modo específico el antiguo concepto antes mencionado, efectué una experiencia que me impresionó poderosamente y que podría ser significativa a este respecto. Hace pocos años, estuve presente en un nacimiento en una casa, y yo había dado instrucciones específicas a otra persona de allí para que tomara constancia de la hora exacta del nacimiento. En consecuencia, sé que el niño que a la sazón nació tiene un mapa natal extremadamente preciso. Cuando pareció que el parto era inminente, mentalmente calculé un Ascendente aproximado y supuse que la criatura tendría a Acuario ascendente. Cuando nació el bebé, la habitación se llenó con una presencia poderosa y casi tangible. La intensidad de la presión que se sentía en esa habitación en ese momento sólo podía describirse como una energía y una vibración saturninas, y a uno de los otros presentes le observé que la atmósfera estaba cargada con esta fuerza poderosa. Esa noche, más tarde, luego de que las cosas se calmaron y el bebé recién nacido se durmió, calculé su mapa con precisión y descubrí, para mi asombro, que tenía 28° de Capricornio ascendente. Por tanto, su planeta regente era Saturno, y yo no podía haber imaginado una experiencia natal más saturnina ni una vibración más saturnina en el aire que la que acompañó a la llegada de la criatura.

Puesto que el nacimiento en el mundo material es, por supuesto, un acontecimiento más bien saturnino, no puedo decir si la misma experiencia habría ocurrido o no si la criatura, por ejemplo, hubiera sido regida por Venus o Júpiter. Pero creo que este ejemplo es digno de mención para animar a la gente a que preste atención a las vibraciones que pueden sentirse durante el nacimiento de otras almas en el plano físico.

Ahora debería ser evidente que ninguna consideración del Ascendente es completa sin incluir simultáneamente toda la suma de factores que se relacionan estrechamente con el Ascendente. En otras palabras, las cualidades del signo ascendente y de su planeta regente (incluído su signo y casa), lo mismo que cualquier planeta de la casa uno, todos muestran deseos, necesidades y orientaciones que forman una de las más cruciales combinaciones de energía de nuestra vida. Todos estos factores juntos constituyen un punto de apoyo clave sobre el cual se equilibra toda la estructura de la personalidad, y revelan un tema que matiza cómo se proyecta la totalidad de nuestro yo. Si no podemos expresar estas energías con facilidad, se desarrolla una tensión generalizada y, en muchos casos, un sentimiento de estar aburrido, sin vida y carente de dirección y finalidad.

Para dar un ejemplo de cuántos factores podrían combinarse en la interpretación, tomemos el caso de la criatura antes mencionada cuyo “complejo Ascendente” contiene los siguientes factores:

1)      Capricornio Ascendente
2)      Planeta regente: Saturno en Géminis y en la casa cinco, en conjunción con Venus y Mercurio.
3)      Júpiter en Acuario en la casa uno.

Esta combinación la podríamos describir así:

Necesidad de enfocar la vida con cautela (Capricornio Ascendente) y con creatividad profunda (Saturno en casa cinco), tanto mental como emocionalmente (Mercurio y Venus en conjunción con Saturno); necesidad de pensar profundamente y comunicar sus pensamientos de modo serio (Saturno en Geminis, en conjunción con Mercurio); necesidad de ver resultados tangibles de sus esfuerzos organizados y autodisciplinados (Capricornio Ascendente y Saturno en casa cinco), imbuído todo de fe independiente y generosidad expansiva y optimista hacia los demás (Júpiter en Acuario).