Tradicionalmente, Júpiter y
Sagitario se encuentren asociados a la jovialidad y a la alegría. Sin embargo,
son Saturno y Capricornio, los que simbolizan estos estados del alma en su más
profunda significación.
En principio, Júpiter y
Sagitario, simbolizan la jovialidad o la alegría, fruto de un estado de
confianza y optimismo pero que muchas veces surge como resultado de
la negación de la realidad. Es más fácil sentirse alegre y optimista cuando se
niega la realidad. Pero… ¿podemos llamar a eso genuina alegría?
Saturno y Capricornio, en cambio,
son difíciles –en principio- de asociar a estos dos estados de conciencia. Me imagino
la reacción de algunos lectores ante estas palabras !!
Sin embargo, creo que la diferencia
radica en la actitud que cada uno asume ante la realidad. ¿Soy capaz de vivir
en aceptación de la realidad o mi relación con la misma es mediante la
negación? Dos actitudes polarizadas frente a una misma cuestión.
Cuando estas cualidades están
asociadas a Júpiter y Sagitario, podemos pensar que negar la realidad puede
conducir a un estado de alegría o jovialidad pero, evaluando en profundidad,
terminamos descubriendo que se trata de un espejismo.
El Zodíaco, en su inmensa
sabiduría, nos recuerda el orden de signos y planetas. Sagitario, regido por Júpiter, se ubica antes de Capricornio, regido por Saturno. El círculo
zodiacal simboliza el proceso de la vida y de todos los procesos humanos, desarrollado en doce etapas.
La madurez se asocia a un Saturno
vibrado en luz, al que se llega aprendiendo a vivir en armonía con la realidad,
no negándola.
Sagitario y Júpiter, simbolizan solo
un estado emocional pasajero parecido a la alegría o la jovialidad que, ante la
primera prueba de confrontación con la realidad, puede hacerse trizas. No existe aquí la madurez que otorga la aceptación a menos que ya se haya conquistado la sabiduría por haber afrontado la adversidad.
Saturno y Capricornio, plantean
el desafío de vivir en armonía con la realidad, independientemente de lo que
ésta nos proporcione, lo cual requiere el desarrollo consciente de la
jovialidad o alegría, como herramienta para conservar la entereza frente a la
adversidad.
Sabemos, seguramente por
experiencia directa, que es un trabajo el poder afrontar la realidad con
alegría, cuando la adversidad nos visita. El resultado es la frustración, la
insatisfacción, la vivencia de que somos impedidos de lograr aquello a lo que
aspiramos y que la vida nos niega lo que anhelamos. Caemos en un estado de
amargura y decepción. ¿Cómo elevarnos hacia la alegría o la jovialidad ante
semejante drama?
La alegría –una cualidad del
alma- construída mediante un
entrenamiento elegido conscientemente y sostenido en respuesta ante la
adversidad, puede conducirnos a otro nivel de Sagitario y Júpiter: el que
simboliza la sabiduría adquirida a través de la experiencia, en donde ya no
existe la negación de la realidad. Esa
alegría es genuina y constante y nos permite experimentar esos estados de
conciencia que conocemos como prosperidad y abundancia.