jueves, 29 de marzo de 2012

Las Cuatro Fuentes de Poder

Un texto para la reflexión, perteneciente al libro “El Camino del Poder”, de Lena Stevens y José Stevens, (Ediciones Gaia, Colección Gaia Perenne).


En cualquier momento puedes acceder a muchas de las fuentes de poder que te rodean. Podemos agruparlas en estas cuatro categorías:  inspiración, simplicidad, intercambio y concepción. Descubrirás que cualquier persona, proyecto o negocio con poder y éxito accede con regularidad a estos cuatro recursos.

Inspiración

El significado que damos a la palabra “inspiración” es “elevar y hacer accesible”. Elevarse y acceder a nuevos niveles de conciencia es una de las actividades más importantes para los chamanes, que dedican buena parte de su tiempo a ascender por encima de la confusión, del caos, de la disfuncion y de la falta de poder para descubrir la claridad, la comprensión, el conocimiento y el poder. Naturalmente, ellos deben elevarse primero para poder ayudar a otros a acceder a los poderes superiores.

Las fuentes de poder incluídas bajo el epígrafe inspiración son las siguientes: belleza, verdad, coraje, humor, potencial, completitud y cambio.

La falta de inspiración  puede causar depresión, letargo, falta de motivación y de visión, y, por supuesto, un sentimiento de impotencia que constituye una sentencia de muerte para cualquier posibilidad de logro. La imposibilidad de elevarse para acceder a la sabiduría y al poder hace que nos estanquemos en el cenagal de los problemas sin resolver.

Simplicidad

Ser simples significa “estar libres de complejidad y engaño”. En el mundo chamánico, cuanto más simple es algo, más poderoso. Simplicidad significa ir directo al grano en cada sunto, dejar de lado lo no esencial y prestar atención a la calidad de la información más que a su cantidad.

Las fuentes de poder incluídas en el grupo de la simplicidad son: silencio, enfoque, claridad, inocencia, presencia, decisión y, curiosamente, muerte, porque morir por algo implica que no estás apegado a ello y que no te lo llevas contigo.

La falta de simplicidad tiende a producir caos, confusión y ambivalencia. Cuando algo se complica demasiado, ya se trate de planes, objetivos, metodologías o procesos, el resultado, más que una ganancia, es una pérdida de poder.

Intercambio

Intercambiar significa “dar y tomar recíprocamente, comerciar, hacer trueques o canjear”. Todos estos procesos están orientados hacia la acción y exigen mantenerse en contacto con el mundo. Los chamanes valoran el intercambio porque sin él no puede haber aprendizaje, enseñanza ni acceso al poder que está disponible por doquier en nuestro entorno. No puedes conseguir poder ni ejercitarlo sin que se produzca algún tipo de intercambio.

Algunas fuentes de poder importantes dentro de esta categoría son: el servicio, las configuraciones de trabajo adecuadas o grupos de poder, y todo tipo de relaciones, desde las parejas hasta los acuerdos profesor-alumno, las amistades protectoras e incluso las enemistades. El área de las relaciones incluye los aspectos siguientes: atención, reconocimiento, generosidad, confianza, vulnerabilidad, amor y expresión.

Una falta de intercambio en tu vida puede llevarte a un lugar oscuro, solitario y sin poder, caracterizado por la desesperación, la inercia y la retirada.

Concepción

Los chamanes nos enseñan que, cuando somos concebidos, se produce una explosión, un cegador destello de luz que se convierte en el fundamento, en el depósito básico de poder con el que hemos de trabajar para desarrollarnos y llegar a ser personas plenamente maduras.

Así, hablando en términos chamánicos, algunas personas empiezan con más poder y otras con menos, dependiendo de las circunstancias que rodean cada concepción.

La cualidad de la concepción de cualquier cosa – un ser humano, un proyecto, un negocio o una comunidad – determina la cantidad de poder que esa cosa generará. Las fuentes de poder incluídas en esta categoría son: nacimiento, origen, imaginación e idea.


domingo, 25 de marzo de 2012

Las Metáforas


Sumando reflexiones que ayudan a comprender la vida, comparto el siguiente  fragmento perteneciente al libro "La Medicina del Alma", de Eric Rolf. 

La clave del idioma creativo es que se compone de todas las imágenes o símbolos que tienen algún sentido para ti y que suelen venir a través de lo que aparentan ser, simplemente, memorias. Cuando uno quiere saber algo, la vida responde a sus preguntas; le responde a través de esa forma creativa que conocemos como metáfora. La respuesta que buscas está en la metáfora de la memoria completa que te ha venido a través de ese símbolo o imagen.

Cuando alguien nos habla, lo importante no son las palabras, sino lo que está detrás, que es lo que realmente nos quiere decir, conciente o inconcientemente. Las palabras que escuchamos son una metáfora del significado profundo que está detrás. Cuando la vida nos habla a través de las circunstancias físicas, lo importante no son los hechos, sino la metáfora que representan.

Todo lo visible tiene más sentido como metáfora que como realidad física; todo lo que ves o tocas y todas las cosas que te ocurren tienen un significado profundo por encima de la realidad aparente.

Este hecho, desde el punto de vista social o científico actual, es completamente absurdo y carece de base alguna; no obstante, la experiencia me ha demostrado una y otra vez que detrás de cada hecho físico, ya sea un acontecimiento aparentemente fortuito o una enfermedad, hay un significado que le da sentido en un marco más amplio, un marco que incluye toda la vida de la persona: el valor del hecho está en la metáfora que representa.

No menciono esto para que me creas, lo digo para que lo pruebes; no se trata de fe, sino de tu propia experiencia. No sólo en términos de enfermedad, sino en términos de vida hay muchas cosas que juzgamos que no van bien. Nos parece que nuestra vida no funciona porque no le encontramos sentido; el sentido no está en los hechos, sino en lo que representan. Darle sentido a la vida no significa quitarle misterio;  siempre lo hay, sólo que transforma su naturaleza.

Si realmente aceptas que la vida es amistosa sólo te dará regalos. La vida siempre te está apoyando aún cuando parece que no lo hace, pues te trae regalos en todo momento; cada objeto trae su metáfora y la respuesta a tus preguntas está en lo que tienes justo delante, está allí donde se dirige tu atención en cada instante. Cada experiencia que vives tiene su mensaje: puedes almacenarla en el inmenso paquete de lo cotidiano y sin sentido o puedes encontrar su significado por encima de lo aparente.

No se trata de obsesionarte y empezar a buscar las metáforas de todas y cada una de las cosas que suceden en tu vida, esto sería una nueva locura que te separaría del presente. Se trata de relajarse, escuchar, aceptar y disfrutar lo que la vida nos trae a cada momento. Imagina que estás haciendo la compra en un supermercado; aunque hay montones de productos en las estanterías y eres incapaz de asimilar todos los mensajes que contienen, no te vuelves loco, pues sólo un producto te llama la atención cada vez. Lo mismo ocurre con los mensajes de la vida: una sola cosa te llama la atención a cada instante; síguela, entrégate totalmente a ella. Haz como el niño que en la orilla de la playa encuentra una caracola. En ese momento, es lo más maravilloso que existe en el universo: se la acerca al oído y escucha el sonido del mar, entregado totalmente, con toda su atención enfocada en la caracola.

Escucha y si aparece alguna metáfora, está bien y si no, también; quizás te des cuenta más tarde. En el momento en que se produce ese darse cuenta, lo acompaña una sensación corporal de saber que es así, que no hay duda. No es simplemente una interpretación de una casualidad.  Hay una sensación de certeza, porque las piezas encajan perfectamente y sientes algo en tu cuerpo que dice “Sí”, como una especie de revelación.

miércoles, 21 de marzo de 2012

El Enfrentamiento con las Cuestiones Ultimas


Fragmento del libro “Los dioses del cambio”(El dolor, las crisis y los tránsitos de Urano, Neptuno y Plutón), de Howard Sasportas. 


Ya hemos hablado de cómo algunos de nuestros impulsos infantiles dan origen a la angustia y  al empleo de mecanismos de defensa que la sofoquen (ver en este blog el post  “El tesoro escondido).

Sin embargo, los pensadores existencialistas creen que lo que nos hace sentir incómodos no son sólo los impulsos inaceptables, y nos hablan de ciertas “cuestiones últimas” – hechos básicos de la vida que tenemos que afrontar en virtud de nuestra misma existencia – que también provocan angustia y, por lo tanto, ponen en acción los mecanismos de defensa. Los tránsitos de Plutón pueden despojarnos también de estas defensas y pedirnos que encaremos directamente las cuestiones últimas de la vida.

¿Cuáles son estas cuestiones últimas, estos “datos” ineludibles de la existencia? En su libro “Existential Psychoterapy” (Psicoterapia Existencial), Irvin Yalom las enumera agrupándolas en cuatro categorías principales: la muerte, la libertad, el aislamiento y la falta de sentido.

Las consideraremos una por una.

Cualquier cosa que nace habrá de morir un día. Ahora estamos vivos, pero un día dejaremos de existir y aunque no hay escapatoria de la muerte, nos construímos defensas de todas clases para no enfrentarnos a este hecho. El cristianismo sugiere una vida después de la muerte, los filósofos esotéricos creen en la reencarnación y en la inmortalidad esencial del alma. Estos conceptos bien pueden ser verdad, pero muchos existencialistas afirmarían que tales creencias son maneras de eludir el reconocimiento del carácter definitivo de la muerte. Una parte de nosotros tiene conciencia de la inevitabilidad de la muerte, pero hay otra que está aterrorizada ante la perspectiva del no ser y que desea seguir existiendo. Para calmar nuestra angustia de muerte, nos buscamos maneras de “inmortalizarnos”. La idea de hacerse famoso y de vivir eternamente en la memoria de la gente ayuda a aliviar la angustia que provoca en el ego el carácter finito de la existencia. Escribir libros o crear obras de arte que nos sobrevivan es también satisfactorio para la parte de nosotros que está ávida de inmortalidad. Tener hijos es otra manera simbólica de asegurar la continuidad de nuestra existencia: aunque nos muramos, una parte de nosotros seguirá viviendo cuando hayamos desaparecido. Sin embargo, un tránsito de Plutón puede obligarnos a encarar la muerte, ya sea confrontándonos con la inevitabilidad de la propia o con la muerte de alguien próximo a nosotros.

De acuerdo con la teoría existencialista, otra cuestión principal es la libertad. Somos los únicos responsables de lo que hacemos y el estado de nuestra vida es el resultado de las decisiones que hemos tomado, conciente o inconcientemente. Sólo nosotros somos responsables de nuestros actos. Si nuestra vida no es como nos gustaría que fuera, no podemos culpar a nadie más que a nosotros mismos. Podríamos haber elegido otras cosas; podríamos haberlas hecho de otra manera. Nadie más que nosotros es responsable. El hecho de que seamos responsables de nuestra propia vida es aterrador, porque ¿qué pasa si nos equivocamos en nuestras opciones? En su libro “Escape from freedom” (El miedo a la libertad), Erich Fromm postula que algunas personas preferirían vivir en un estado totalitario que tomara todas las decisiones en nombre de ellas, antes que soportar continuamente la angustia de tomar decisiones. Intentamos coaccionar a otros para que las tomen por nosotros. Atribuímos la responsabilidad final de nuestra vida al destino, a los dioses, a nuestro inconciente o a cualquier cosa… salvo a nosotros mismos. Bajo la influencia de los tránsitos de Plutón es probable que tengamos que afrontar el hecho de que a nadie más que a nosotros mismos podemos hacer responsable de las decisiones que tomamos en la vida.

Otro dato básico de la existencia que nos llena de temor es el hecho de que por más intimidad que tengamos con otras personas, siguen existiendo algunas brechas infranqueables. Nadie puede jamás conocernos del todo, ni nosotros podemos conocer completamente a otra persona. Nacemos solos y morimos solos. Intentamos defendernos de la sensación de nuestro aislamiento existencial buscando el amor y las relaciones y, en especial, las uniones simbióticas en que nos fundimos o mezclamos con otra persona.  Existimos solos y sin embargo anhelamos ser parte de algo mayor. Bajo la influencia de un tránsito de Plutón puede sucedernos que perdamos a personas que pensábamos que jamás nos abandonarían y, como resultado de ello, que tengamos que afrontar nuestra soledad básica en la vida.

Finalmente, está la cuestión del sinsentido. La mayoría de los existencialistas creen que no hay verdades definitivas, que el universo no tiene ningún significado, a no ser el que nosotros le atribuyamos. “La única verdad absoluta es que no hay nada absoluto”. Si tal es el caso, ¿por qué estamos aquí y cómo debemos vivir? Aunque pueda no haber verdades preexistentes, en cuanto seres humanos necesitamos algún significado que dé propósito y dirección a nuestra vida. Necesitamos algo por lo cual vivir, líneas referenciales que nos permitan trazarnos un derrotero en la vida. Los tránsitos de Plutón pueden hacernos descubrir que la forma en que hemos dado sentido a nuestra vida ya no nos sirve: un sistema de creencias, una religión, una filosofía o un conjunto de ideales puede desmoronársenos por completo. Es probable que tengamos que afrontar la posibilidad de que el universo no tenga ningún significado preestablecido o que nos veamos forzados a reevaluar y redefinir la forma en que damos sentido y orientación a nuestra existencia.


domingo, 11 de marzo de 2012

Problemas claves de la Astrología actual



El siguiente es un texto de Stephen Arroyo.


Los astrólogos son consejeros de facto, puesto que casi todos sus clientes quieren ser aconsejados o que por lo menos se les brinde otra perspectiva, aunque esos clientes proclamen que “meramente sienten curiosidad”. Por tanto, los astrólogos tienen muchas ocasiones para aconsejar, pero si no saben qué hacer al respecto, pierden estas oportunidades para usar la que juzgo es la herramienta más valiosa de todas para comprender los problemas de la gente y darle a ésta un sentido de orden y direcciónen la vida: eso es la astrología.

En la astrología tenemos un mapa de todo el territorio psíquico del individuo, pautas permanentes y tendencias corrientes. Es importante que los astrólogos no abusen de la confianza que la gente tiene en ellos, incluso la de aquellos que declaran no tener confianza en la astrología.

Pienso que a veces los astrólogos tienen en sus mentes demasiada instrucción o demasiados criterios y eso les impide concentrarse en tratar de comprender a las personas y sus respuestas. Por ejemplo, jamás tendremos la idea o el tema principal de la vida de alguien si nos fijamos demasiado en los pormenores insignificantes de un mapa. Ustedes tienen que dejar que el mapa se abra y esté abierto para ustedes, y dejar que la persona se abra a ustedes y ustedes tienen que estar abiertos a la realidad de esa persona, aunque esa realidad no “encaje” siempre en las preconcebidas teorías astrológicas que ustedes tengan.

Los consejeros, psicólogos, psiquiatras y otros terapeutas, en su mayoría y por su educación, hacen excesivo hincapié en el análisis prolijísimo, hacen excesivo hincapié en la perspicacia. La aptitud de muchas de esas personas para reaccionar simplemente desde el nivel visceral a menudo se ha perjudicado. No digo que muchos consejeros y terapeutas no sean realmente buenos; muchos de ellos son excelentes y muy eficaces.  Mis principales críticas a la psicología moderna se dirigen más bien hacia la instrucción y la teoría que domina en esa disciplina que hacia las personas que en ella participan. Empero, en la psicología moderna falta claramente una teoría veraz y válida sobre el funcionamiento psicológico y la naturaleza de la psiquis misma. Por supuesto, la astrología es, precisamente, la teoría que tan desesperadamente se necesita. Si practicamos el asesoramiento o la terapia, no teniendo un sistema válido que nos permita comprender, entonces sólo estamos conjeturando y andando a tientas en la oscuridad, siempre.

También creo que los astrólogos, igual que los psicólogos, deben guardarse de estar demasiado orientados hacia los problemas. Si nos especializamos en identificar y rotular “problemas”, que por definición abarcan tensión, estamos acrecentando el nivel de tensión del cliente. Es mucho mejor usar el mapa para concentrarse en la pauta de toda una vida y estimular a la gente a que en ella encuentre un significado: una referencia más amplia para las situaciones y conflictos de la propia vida. Esta clase de enfoque totalizador, holístico, tiene un efecto mucho más terapéutico que las sesiones interminables que se encuentran en la rotulación y la disección de los componentes de la psiquis de la persona.

“Clasificar las motivaciones” involucradas en diversas luchas íntimas, interiores, es precisamente uno de los máximos usos de la astrología. Especialmente, en el ámbito de la motivación, la astrología es una herramienta tan fuerte y poderosa. Ningún otro método, ninguna otra técnica, ninguna otra teoría puede entrar en contacto con ese ámbito. Hay toda clase de pruebas: pruebas de inventario de la personalidad, pruebas motivacionales, de aptitud vocacional; disponemos de todas ellas pero ninguna llega tan rápidamente al meollo de la motivación individual. Y si empezamos a comprender la motivación, llegamos a las raíces de la naturaleza psíquica de la persona: llegamos a ver detrás de qué están realmente, qué quieren en realidad, o hacia qué son impulsadas. Y muy a menudo eso es inconsciente, pero la astrología lo muestra claramente.

En consecuencia, el tipo y la calidad de la motivación es, con frecuencia, accesible a la intelección de un astrólogo experimentado, de un modo que ni siquiera lo es para los consejeros experimentados que no cuentan con la ayuda de un sistema cósmico como es la astrología. Y la calidad de la experiencia humana en general puede aclararse mejor a través de la astrología que de cualquier otro método que yo conozca. Y muy frecuentemente podremos alcanzar esa claridad sin usar un millón de técnicas abstractas diferentes: basta mirar el énfasis de los signos básicos y los elementos dominantes, y allí tendremos tanto para trabajar con lo que a la mente la hace vacilar.

Si nos ocupamos de las energías básicas y, de esta manera, de las motivaciones básicas de la persona, podremos hacer otro tanto; muy a menudo, podremos efectuar una eficaz sesión de consejo con sólo remitirnos a las posiciones de los signos y a los elementos de los planetas. Muy a menudo, los problemas de alguien se relacionan principalmente con el signo del Sol, por ejemplo, esa persona nunca aceptó enteramente esa parte de su naturaleza. Por ejemplo, si alguien nació con Saturno en oposición al Sol o algo parecido, tal vez jamás se aceptó relmente. Y quizás se beneficie muchísimo con un diálogo útil que aclare sus necesidades de identidad y las motivaciones de su ego. Por supuesto, esto no sería una “lectura amplia”, pero podría ser extremadamente adecuada en algunos casos. Aquí hablo de lo que es eficaz en los intercambios de uno-con-otro, mantenidos con los clientes.

Debo aclarar que mi principal propósito al formular tantas afirmaciones críticas sobre las teorías y las pretensiones psicológicas circulantes no es humillarlas como un alegre ejercicio de negarlo todo. Lo que en gran medida trato es de ayudarnos a todos los que estamos en el campo de la astrología a tener más confianza en lo que hacemos. Creo que una práctica astrológica puede ser mucho más valiosa que la mayoría de las clases de prácticas psicológicas, y son muchos los que, entre el público en general, están de acuerdo con esto. En consecuencia, si no sólo nos damos cuenta de nuestros defectos y necesidades para mejorar nuestras actitudes y nuestro enfoque sino también de las limitaciones de las demás profesiones que sirven de ayuda, tal vez empecemos a valorizar más nuestros propios servicios y aptitudes. Y tal vez estemos todos un poco menos a la defensiva.

Muchos terapeutas y consejeros experimentados admitirán que su función es, a menudo, dar solamente a las personas el derecho a tener las sensaciones que sienten y ¡a ser lo que ellas son!  Con frecuencia, nada saben y nada hacen, pero, porque son una autoridad en la sociedad, pueden limitarse a decir: “Está muy bien sentirse así”. Y la otra persona a menudo se sorprende al oír eso. Por ejemplo, personas que tienen fuertes cuadraturas de Saturno con planetas personales, quizá nunca recibieron permiso para ser lo que son. Muchos terapeutas también admitirán que su terapia realmente consiste, con frecuencia, en juegos de suposiciones, partidas en falso, puntos muertos, y que, de hecho, andan a tientas en la oscuridad. En la actualidad, haya una enorme brecha en la teoría de la psicología y la psicoterapia; virtualmente, no conocen las diferencias, sintonías y motivaciones individuales, y esta brecha es llenada luego por la gimnasia y la especulación intelectuales. A causa de que siempre se necesita alguna teoría predominante al prestar asesoramiento o terapia de alguna índole, y porque muchos profesionales no pueden aceptar la validez de la astrología –que es una verdadera ciencia de la singularidad individual- queda un vacío que tironea en toda clase de especulaciones. Esa es una razón de por qué cada pocos minutos se populariza un nuevo método o una nueva teoría de carácter psicológico que rápidamente cuenta con un enorme número de seguidores y, a los pocos años, resulta ser un fiasco. Numerosos estudios demostraron que los sistemas terapéuticos son, en su mayoría, mucho más eficaces, en sus escasos primeros años, y luego su eficacia parece declinar.

En un artículo titulado “Recientes descubrimientos norteamericanos en psiquiatría”, publicado en el Manual Norteamericano de Psiquiatría, George Mora expresaba lo siguiente: “Advertimos que cada vez se reconoce más el hecho de que los resultados psicoterapeúticos son notablemente parecidos, independientemente del sistema teórico seguido por cada terapeuta, y que la personalidad del terapeuta es más importante que la adhesión de éste a una particular escuela de pensamiento.”

¿Creen ustedes que esto sería cierto si los terapeutas trabajaran con una verdadera ciencia de la psiquis, dotada de una inherente fuerza curativa, sintonizada con el mismo cosmos? Esta cita es idéntica a lo que Jung declaró hace muchos años: que la personalidad del médico, del terapeuta o del consejero es la dueña del impacto curativo sobre su cliente. Tal vez sólo alrededor de un tercio de cualquier grupo de consejeros o terapeutas (incluídos astrólogos) tiene mucha aptitud real para relacionarse eficazmente con las personas. O quizás, sólo una tercera parte de las personas que acuden a ver  consejeros o terapeutas sean capaces de ser ayudadas por cualquier medio. ¡Y para que los astrólogos no se ufanen de estos hechos, debo decir que un examen de los clientes de los astrólogos bien puede revelar resultados parecidos!  La diferencia entre cómo el astrólogo usa la astrología y cómo el psicólogo o el psiquiatra usa alguna teoría es, según creo, que la astrología misma tiene un poder curativo inherente si se la puede comunicar eficazmente al cliente. En otras palabras, el astrólogo tiene que ser capaz de salirse del camino, de hacer que su ego salga del diálogo curativo, a fin de permitir que afluya la real eficacia de la astrología: la aptitud de volver a sintonizar la consciencia de la persona con la verdadera naturaleza de ésta.