miércoles, 4 de julio de 2007

La Carta Natal: El Ascendente

Hoy es frecuente que muchas personas conozcan su Ascendente aunque nunca se hayan hecho una carta natal, ya que existe mucha información para realizar su cálculo.

Se suele decir que el Ascendente indica el yo que los otros ven, a diferencia del signo solar, que indica el yo esencial o identidad. Sería entonces una especie de personalidad o el aspecto más exterior y menos profundo de nuestro yo. Personalmente, no comparto en absoluto esta mirada, que considero superficial.




Existen autores que se han ocupado de investigar más a fondo el simbolismo y la riqueza del Ascendente, describiendo magistralmente su dinámica a partir del concepto de “Matriz del Ascendente”, constituída por las casas de agua de la carta natal - que son la 4, 8 y 12 -, siendo la casa 12 la que se encuentra especialmente vinculada al surgimiento de la cualidad representada por el signo del Ascendente.



Tomemos, por ejemplo, una carta natal con Ascendente en Geminis y la casa 12 en Tauro. De no existir signos interceptados, las casas 4 y 8 se encontrarán en Virgo y Capricornio respectivamente.



Como indicación general, pensaremos que debemos dejar atrás Tauro para que surja Geminis. Como la casa 12 simboliza el inconciente y el cierre de un ciclo, la energía que se encuentre en dicha casa será difícil de disolver a menos que trabajemos concientemente para lograrlo y, a la vez, cultivemos voluntariamente la cualidad del signo del Ascendente. Somos expertos en la cualidad del signo ubicado en la casa 12.

La matriz del Ascendente, simbolizada en el ejemplo citado por los signos Virgo y Capricornio en las casas 4 y 8, demandará realizar un aprendizaje en donde un proceso permanente de limpieza y purificación tendrá que ser efectuado en relación con las cualidades representadas por Virgo y Capricornio, además de lo mencionado para Tauro en 12. (*)

Es necesario recordar que las casas de agua de la carta natal - 4, 8 y 12 - implican limpieza, transformación, reorientación y disolución, por tratarse de casas que simbolizan finales y comienzos.

Efectuando este aprendizaje evolutivo, la cualidad del Ascendente Geminis podrá ser llevada en la conciencia al mismo nivel que la cualidad simbolizada por el signo solar, quedando ambas a nuestra disposición. Mientras no la reconozcamos como nuestra, la vida se encargará de “traernos” la cualidad del signo Ascendente mediante escenas de destino –mediante las circunstancias de nuestra vida como también por las personas que lleguen a nuestro encuentro – para que la vayamos incorporando.

Finalmente me gustaría destacar que existe otra manera de considerar el Ascendente y es verlo como el propósito del alma en la presente encarnación o, dicho en otros términos, la ruta que posibilita la expresión del alma. (Al decir “alma” me refiero a esa entidad también conocida como Yo Superior o Ego).

Para interpretar el Ascendente como el propósito del alma, se deberán considerar los regentes esotéricos de los signos zodiacales, que difieren de los regentes exotéricos indicados por la astrología convencional. Continuando con el ejemplo citado, para el Ascendente Geminis se tendrá como regente a Venus en lugar de Mercurio. (**)


Para los interesados en profundizar en estos temas, sugiero la lectura de los libros:
(*) “Ascendentes 1 y 2”, de Eugenio Carutti.
(**) “Astrología Esotérica”, de Alice Bailey.