Fragmentos del libro “El Camino del Ser”, de
Carl R. Rogers (Ediciones Kairós Psicología, de Editorial Troquel). Este libro
fue escrito en 1980.
En la actualidad existen muchos avances que
alteran por completo nuestra concepción del potencial del individuo, que
cambian nuestra percepción de la “realidad”, que modifican nuestra forma de ser
y de comportarnos, que alteran nuestros sistemas de creencias. Me gustaría
enumerar, sin entrar en detalles, algunas de dichas direcciones, muchas de las
cuales les serán familiares mientras que otras les parecerán extrañas.
En primer lugar, algunos de los avances que
amplían nuestra visión del potencial de la persona. (Las categorías que
utilizo, en gran parte se sobreponen, pero las separo por conveniencia mental.)
Existe un creciente interés en todas las formas
de la meditación, es decir, el reconocimiento y uso de las fuentes de energía
interna.
Existe un creciente respeto por la intuición y
su uso como instrumento poderoso.
Multitud de personas han experimentado estados
alterados de la conciencia, en muchos casos con la ayuda de drogas, pero en
creciente número por medio de disciplinas psicológicas. Nuestra capacidad en
este sentido abre nuevos mundos.
La investigación en biofeedback muestra que
nuestra mente no-consciente es capaz de aprender en pocos momentos, sin que se
le enseñe, a controlar la actividad en una sola
célula. Con una imagen visual de la acción de algunos de sus grupos de
músculos, una persona normal puede cambiar la acción de un grupo de músculos
controlado por una célula en la
médula espinal (Brown, 1980). Las inferencias de su potencial son portentosas.
Los fenónemos paranormales tales como la
telepatía, la precognición y la clarividencia han sido sometidos a suficientes
pruebas como para ser aceptados por la ciencia. Además, existen pruebas de que
la mayoría de la gente es capaz de descubrir o desarrollar dichas habilidades
por cuenta propia.
Estamos aprendiendo que con frecuencia podemos
curar o aliviar muchas de nuestras enfermedades con el uso intencionado de
nuestra mente consciente y no-consciente. El concepto totalitario de salud está
ampliando nuestra comprensión de las capacidades internas de la persona.
Existe un interés creciente en los poderes
espirituales y trascendentales del individuo.
Los más destacados científicos que estudian el
cerebro comparten la opinión de que existe una potente mente, con una enorme
capacidad de acción inteligente, cuya existencia es independiente de la
estructura del cerebro (Brown, 1980).
Es posible que la evolución nos conduzca a un
supraconsciente y una supermente, con un poder inmensamente superior al de la
mente y consciente que poseemos en la actualidad (Brown, 1980).
Examinemos ahora otros avances que alteran
nuestra percepción de la realidad. Algunos de ellos están relacionados con la
ciencia.
Existe una convergencia entre la física teórica
y el misticismo, en especial el oriental: el reconocimiento de que el universo
en su conjunto, incluídos los seres humanos, es “una danza cósmica”. Desde este
punto de vista, la materia, el tiempo y el espacio desaparecen como conceptos
significativos; sólo existen oscilaciones. Este cambio de visión de nuestro
mundo conceptual es revolucionario.
La teoría holográfica de la función del
cerebro, desarrollada por el neurocientífico de Stanford, Karl Pribram, no sólo
revoluciona nuestro concepto de la operación
del cerebro, sino que sugiere que el cerebro es capaz de crear nuestra
“realidad”.
Las nuevas epistemologías y filosofías de la
ciencia consideran nuestro concepto lineal actual de causa y efecto como una
insignificante muestra de los muchos modos de saber. En la ciencia biológica en
particular, ahora se considera que las relaciones recíprobas de causa y efecto
constituyen las únicas bases de una ciencia racional. Los nuevos métodos
científicos revolucionarán nuestra forma de estudiar y percibir el mundo,
especialmente el biológico y humano.
Fuera del mundo de la ciencia, también
percibimos la realidad por nuevos caminos. Esto es particularmente cierto en lo
que hace referencia a la muerte y al morir. Tenemos una aceptación mucho mayor
de la muerte como realidad y estamos aprendiendo muchísimo sobre el proceso de
morir como culminación del de vivir.
Otros avances están relacionados con la forma
en que se realiza el cambio en el individuo. Una buena parte del material de
este libro se ocupa de dichos cambios, pero los enumeraré a continuación:
El movimiento feminista es tan sólo un ejemplo
de los varios tipos de actividades acrecentadoras del concienciamiento. Otros
ejemplos los constituyen el movimiento de los homosexuales y el de los negros,
que están cambiando la conducta de la gente, llamando poderosamente la atención
a los prejuicios, suposiciones y estereotipos que nos han dado forma.
“Enfocar”, o ser plenamente consciente del
momento de una experiencia antes negada, en psicoterapia provoca un cambio
psicológico y fisiológico, que produce como resultado un cambio de la conducta.
Existe una nueva comprensión de que la persona
es un proceso, en lugar de un
conjunto inamovible de hábitos. Esto evoca modos alterados de conducta,
incrementa las opciones.
Hay cada vez una mayor tendencia al uso de la
psicoterapia individual y un creciente número de pruebas de que dicha
experiencia provoca un cambio en el sí-mismo y en la conducta.
Hay multitud de gente que ha experimentado
cambios personales y colectivos duraderos, en diversas experiencias de grupos
intensivos.
La tendencia a adoptar actitudes más humanas en
la educación produce efectos fundamentales en el aprendizaje y en otros
aspectos de la conducta.
Otro grupo de tendencias modernas está relacionado
con cambios en nuestros sistemas de creencias. A continuación menciono algunas
de ellas:
Hay una insistencia creciente en la libertad
individual de elección y una correspondiente resistencia a la conformidad y a
la aceptación de la autoridad.
Existe una creciente oposición, acompañada del
consiguiente desagrado, a las grandes instituciones, las corporaciones y las
burocracias, así como un enorme interés y esfuerzos para organizarse en forma
reducida, de cooperativas y pequeños grupos.
Se cree cada vez menos en la ciencia
reduccionista y crece el interés por la sabiduría antigua de las culturas
primitivas e incluso por las “ciencias” de antaño.
EL SIGNIFICADO DE ESTAS TENDENCIAS
¿Cuál es el sentido, o significado, de todas
estas tendencias en la vida moderna?
Tomadas en su conjunto, estas tendencias
transforman fundamentalmente nuestro concepto de la persona y del mundo que
ésta percibe. La persona cuenta con un potencial hasta ahora inimaginado. Su
inteligencia no-consciente está dotada de una capacidad vastísima. Puede
controlar muchas funciones corporales, curar enfermedades y crear nuevas
realidades. Es capaz de penetrar en el futuro, ver en la distancia y comunicar
pensamientos directamente. Está dotada de un nuevo concienciamiento de sí misma
como proceso de cambio. Esta persona vive en un universo nuevo, del que han
desparecido todos los conceptos familiares como el tiempo, espacio, objeto,
materia, causa y efecto, quedando sólo vibraciones de energía.
A mi juicio, estas tendencias constituyen una
“masa crítica” que producirá cambios sociales drásticos. Para desarrollar la
bomba atómica, aumentaron gradualmente la temperatura y otras condiciones,
hasta alcanzar cierta masa. Al llegar a esta masa crítica, se produce un
proceso de explosión expansivo. Estas tendencias son de un género semejante,
con la diferencia de que tienen lugar en las personas y en los sistemas
sociales.
Otra analogía científica la constituye el
“cambio de paradigma”. Nuestra visión científica del mundo, en cualquier momento
dado, encaja en una pauta general. También es cierto que hay sucesos y
fenómenos que no se ajustan a dicha pauta, que se dejan de lado hasta que se
acumulan y resulta imposible ignorarlos. Entonces un Copérnico o un Einstein
nos ofrecen una pauta enteramente nueva, una nueva visión del mundo. No se
trata de una modificación del antiguo paradigma, sino de algo que lo incorpora.
Es una nueva conceptualización. No se puede pasar gradualmente de la antigua a
la nueva, hay que adoptar la una o la otra, he ahí el cambio de paradigma. Se
ha hecho hincapié en que en el mundo de la ciencia, la mayoría de los
científicos viejos mueren creyendo en el paradigma antiguo, mientras que la
nueva generación se desarrolla y vive a gusto con el nuevo.
Lo que afirmo es que las numerosas tendencias
convergentes que he mencionado constituyen un cambio de paradigma.
Procuraremos, por supuesto, seguir viviendo en nuestro mundo familiar, al igual
que lo hicieron en un mundo plano, hasta mucho después de saber que era
redondo. Pero cuando vayamos digiriendo estas nuevas formas de conceptualizar
la persona y el mundo, convirtiéndolas gradualmente en la base de nuestro
pensamiento y de nuestras vidas, la transformación será inevitable. Ilya
Prigogine (1980), químico belga ganador del premio Nobel en 1977, que ha
contribuído considerablemente a los nuevos conceptos de la ciencia, dice,
hablando en nombre de los científicos: “Vemos un nuevo mundo a nuestro alrededor. Tenemos la impresión de que
somos la aurora de un nuevo período, con toda la emoción, la esperanza y el
riesgo inherentes a todo nuevo principio”.
LA PERSONA DEL MAÑANA
¿Quién será capaz de vivir en ese mundo tan
extraño? Creo que serán los que tengan una mente y un espíritu joven, que
generalmente significa que también tienen un cuerpo joven. Nuestra juventud, al
crecer en un mundo donde imperan las tendencias que he descrito, en su mayoría
se convierten en nuevas personas, preparadas para vivir en el mundo del mañana
y a ellos se unirán las personas mayores que hayan absorbido los conceptos de
transformación.
Evidentemente, esto no ocurrirá con todos los
jóvenes. Tengo entendido que muchos jóvenes en la actualidad, sólo se interesan
por el trabajo y la seguridad, no están dispuestos a arriesgarse ni a innovar,
son meros conservadores a la caza del “número uno”. Posiblemente sea cierto,
pero éste no es el caso de los jóvenes con que yo entro en contacto. Sin
embargo, estoy convencido de que si bien algunos seguirán viviendo en el mundo
actual, muchos otros lo harán en el nuevo del mañana.
¿Cuál será su procedencia? Mi observación me
indica que ya existen. ¿Dónde se encuentran? Me los encuentro entre los
ejecutivos de las corporaciones, que han abandonado la lucha competitiva de su
clase, el aliciente de los grandes salarios y las posibilidades de la bolsa,
para practicar una nueva vida más simple; entre los jóvenes de pantalón tejano
que desafían la mayor parte de los valores de la cultura actual, para hallar
nuevas formas de vida; entre sacerdotes, monjas y religiosos que han dejado
atrás los dogmas de sus institutiones, para vivir de un modo más significativo;
entre las mujeres que se alzan vigorosamente por encima de las limitaciones que
la sociedad les ha impuesto; entre negros, chicanos y otros grupos
minoritarios, que abandonan la pasividad de muchas generaciones para afirmarse
en una vida positiva; entre los que han participado en grupos de encuentro, que
hallan lugar para los sentimientos, además de los pensamientos, en su vida;
entre escolares marginados creativos que aspiran a metas más altas que las
permitidas en sus estériles escuelas. También me doy cuenta de que vislumbré
esta nueva persona, durante mis muchos años como psicoterapeuta, en los
clientes que elegían para sí mismos un estilo de vida más libre, más rico y más
autodirigido. Éstos son algunos de los lugares donde he encontrado personas
capaces de vivir en este mundo transformado.
LAS CUALIDADES DE LA PERSONA DEL MAÑANA
En mi experiencia, estos individuos tienen
algunas características en común. Puede que nadie posea la totalidad de estas
cualidades, pero estoy convencido de que la habilidad de vivir en este mundo
totalmente revolucionado del mañana se manifiesta por ciertas características.
Mencionaré brevemente algunas de ellas, en la forma en que las he visto y
experimentado:
- Sinceridad. Estas personas son sinceras
para con el mundo, tanto en el interior como el exterior. Se abren a la
experiencia, a nuevas formas de ver, nuevos modos de ser, nuevas ideas y
nuevos conceptos.
- Deseo de autenticidad. Encuentro que estas personas
valoran la comunicación como medio para expresar las cosas como son.
Rechazan la hipocresía, el engaño y los dobles sentidos propios de nuestra
cultura. Son abiertos, por ejemplo, en sus relaciones sexuales, en lugar
de llevar una doble vida o actividades secretas.
- Escepticismo en cuanto a la
ciencia y a la tecnología. Sienten una profunda desconfianza de la ciencia y tecnología
actual, utilizada para conquistar el mundo de la naturaleza y controlar a
sus habitantes. Por otra parte, cuando la ciencia – como por ejemplo en el
caso del biofeedback – se usa para enriquecer el autoconcienciamiento y el
control de la persona por sí misma, son ardientes entusiastas de la misma.
- Aspiración a la totalidad. Estas personas no gustan de
vivir en un mundo de compartimientos: cuerpo y mente, salud y enfermedad,
intelecto y sentimientos, ciencia y sentido común, individual y colectivo,
cuerdo y loco, trabajo y diversión. Aspiran a alcanzar una totalidad en la
vida, con pensamientos, sentimientos, energía física, energía psíquica,
energía curativa, todo ello integrado en la experiencia.
- El deseo de intimidad. Buscan nuevas formas de
acercamiento, de intimidad, de fines compartidos. Desean hallar nuevas
formas de comunicación en la comunidad, tanto verbal como no-verbal,
sentimental como intelectual.
- Personas-proceso. Son claramente conscientes de
que lo que es cierto en la vida es el cambio, de que forman siempre parte
de un proceso, siempre cambiando. Aceptan gustosos esta forma de ser
arriesgada y se enfrentan al camino del cambio con vitalidad.
- Cariño. Estas personas son cariñosas,
dispuestas a ayudar a los demás si la necesidad es real. Su cariño es
tierno, sutil, ni moralista ni propenso al juicio. Los que “prestan ayuda”
profesionalmente les parecen sospechosos.
- Actitud hacia la naturaleza. Sienten afinidad y cariño por
los elementos de la naturaleza. su actitud es ecológica y el relacionarse
con las fuerzas de la naturaleza les produce placer, en lugar de querer
conquistarlas.
- Antiinstitucionales. Estos individuos sienten
antipatía por las instituciones altamente estructuradas, inflexibles y
burocráticas. Creen que las instituciones deberían estar al servicio de la
gente, no a la inversa.
- La autoridad interna. Creen en su propia
experiencia y desconfían fundamentalmente de la autoridad externa.
Elaboran sus propios juicios morales, llegando a desobedecer abiertamente
las leyes que les parecen injustas.
- Las cosas materiales carecen de
importancia. A
estos individuos les son fundamentalmente indiferentes las comodidades y
premios materiales. Ni el dinero ni los símbolos materiales de poder
constituyen su objetivo. Pueden vivir en la abundancia, pero también
pueden prescindir de ella.
- El anhelo de lo espiritual. Las personas del mañana son
inquiridoras. Intentan hallarle un significado y un sentido a la vida, más
allá del individuo. Algunas se abocan a ciertos cultos, pero en su mayoría
examinan todos los medios por los que la humanidad ha hallado valores y
fuerzas que se extienden más allá del individuo. Quieren vivir con paz
interna. Sus héroes son personajes espirituales como Mahatma Gandhi,
Martin Luther King y Teilhard de Chardin. Algunas veces, en estados
alterados de consciencia, experimentan la unidad y armonía del universo.
Estas son algunas de las características que
veo en la persona del mañana. Soy perfectamente consciente de que son pocas las
personas que posean todas estas características y sé que lo que describo es una
pequeña minoría del conjunto de la población.
Lo interesante es que las personas dotadas de
dichas características se sentirán perfectamente a gusto en un mundo
consistente sólo de energía de vibración, sin base sólida, un mundo de proceso
y cambio en el que la mente, en su sentido más amplio, es al mismo tiempo
consciente y creadora de la nueva realidad. Ellos lograrán hacer cambiar el
paradigma.
A pesar de la oposición que habrá ante la
aparición de esta nueva persona, estoy cada vez más convencido de que estas
personas del mañana, no sólo sobrevivirán, sino que constituirán un fermento
importantísimo en nuestra cultura.
La razón de mi optimismo se basa en el
desarrollo y aparición persistentes de todos los cambios en las perspectivas
científicas, sociales y personales. La física teórica no volverá a ser
encajonada en ninguno de los antiguos compartimientos. El biofeedback sólo
puede progresar, no retroceder, y continuar desplegando poderes insospechados
de nuestra inteligencia interior y no-consciente. En otras palabras, la presion
crecerá hasta forzar un cambio de paradigma.
Las personas del mañana son precisamente las
que están capacitadas para comprender y absorber el cambio de paradigma. Serán
las que lograrán vivir en este nuevo mundo, cuyo contorno todavía es sólo
difusamente visible. Pero si no estalla el planeta, ese nuevo mundo llegará
inexorablemente, transformando nuestra cultura.
Este nuevo mundo será más humano y más
humanitario. Explorará y desarrollará la riqueza y capacidad de la mente y del
espíritu humano. Producirá individuos más integrados en la totalidad. Será un
mundo que premiará a la persona individual, el mayor de nuestros recursos. Será
un mundo más natural, con un nuevo amor y respeto por la naturaleza.
desarrollará una ciencia más humana, basada en conceptos de menor rigidez. El
objeto de su tecnología será el de enriquecer las personas y la naturaleza, en
lugar de explotarlas. Desencadenará creatividad, cuando los individuos pasen a
ser conscientes de su poder, su capacidad y su libertad.
Las fuerzas del cambio en los campos
científico, social y cultural arremeten con ímpetu; y acabarán por envolvernos
en este nuevo mundo, el mundo del mañana, que he procurado esbozar. En el
centro de este nuevo mundo estarán las personas, las personas del mañana de las
que hemos hablado.
Ésta es la perspectiva personalizada del
futuro. Podemos elegirla, pero tanto si lo hacemos como si no, parece que hasta
cierto punto avanza inexorablemente hacia el cambio de nuestra cultura. Y los
cambios serán favorables a la humanidad.