domingo, 1 de abril de 2012

El Mundo del Futuro y la Persona del Mañana


Fragmentos del libro “El Camino del Ser”, de Carl R. Rogers (Ediciones Kairós Psicología, de Editorial Troquel). Este libro fue escrito en 1980.


En la actualidad existen muchos avances que alteran por completo nuestra concepción del potencial del individuo, que cambian nuestra percepción de la “realidad”, que modifican nuestra forma de ser y de comportarnos, que alteran nuestros sistemas de creencias. Me gustaría enumerar, sin entrar en detalles, algunas de dichas direcciones, muchas de las cuales les serán familiares mientras que otras les parecerán extrañas.

En primer lugar, algunos de los avances que amplían nuestra visión del potencial de la persona. (Las categorías que utilizo, en gran parte se sobreponen, pero las separo por conveniencia mental.)

Existe un creciente interés en todas las formas de la meditación, es decir, el reconocimiento y uso de las fuentes de energía interna.

Existe un creciente respeto por la intuición y su uso como instrumento poderoso.

Multitud de personas han experimentado estados alterados de la conciencia, en muchos casos con la ayuda de drogas, pero en creciente número por medio de disciplinas psicológicas. Nuestra capacidad en este sentido abre nuevos mundos.

La investigación en biofeedback muestra que nuestra mente no-consciente es capaz de aprender en pocos momentos, sin que se le enseñe, a controlar la actividad en una sola célula. Con una imagen visual de la acción de algunos de sus grupos de músculos, una persona normal puede cambiar la acción de un grupo de músculos controlado por una célula en la médula espinal (Brown, 1980). Las inferencias de su potencial son portentosas.

Los fenónemos paranormales tales como la telepatía, la precognición y la clarividencia han sido sometidos a suficientes pruebas como para ser aceptados por la ciencia. Además, existen pruebas de que la mayoría de la gente es capaz de descubrir o desarrollar dichas habilidades por cuenta propia.

Estamos aprendiendo que con frecuencia podemos curar o aliviar muchas de nuestras enfermedades con el uso intencionado de nuestra mente consciente y no-consciente. El concepto totalitario de salud está ampliando nuestra comprensión de las capacidades internas de la persona.

Existe un interés creciente en los poderes espirituales y trascendentales del individuo.

Los más destacados científicos que estudian el cerebro comparten la opinión de que existe una potente mente, con una enorme capacidad de acción inteligente, cuya existencia es independiente de la estructura del cerebro (Brown, 1980).

Es posible que la evolución nos conduzca a un supraconsciente y una supermente, con un poder inmensamente superior al de la mente y consciente que poseemos en la actualidad (Brown, 1980).

Examinemos ahora otros avances que alteran nuestra percepción de la realidad. Algunos de ellos están relacionados con la ciencia.

Existe una convergencia entre la física teórica y el misticismo, en especial el oriental: el reconocimiento de que el universo en su conjunto, incluídos los seres humanos, es “una danza cósmica”. Desde este punto de vista, la materia, el tiempo y el espacio desaparecen como conceptos significativos; sólo existen oscilaciones. Este cambio de visión de nuestro mundo conceptual es revolucionario.

La teoría holográfica de la función del cerebro, desarrollada por el neurocientífico de Stanford, Karl Pribram, no sólo revoluciona nuestro concepto  de la operación del cerebro, sino que sugiere que el cerebro es capaz de crear nuestra “realidad”.

Las nuevas epistemologías y filosofías de la ciencia consideran nuestro concepto lineal actual de causa y efecto como una insignificante muestra de los muchos modos de saber. En la ciencia biológica en particular, ahora se considera que las relaciones recíprobas de causa y efecto constituyen las únicas bases de una ciencia racional. Los nuevos métodos científicos revolucionarán nuestra forma de estudiar y percibir el mundo, especialmente el biológico y humano.

Fuera del mundo de la ciencia, también percibimos la realidad por nuevos caminos. Esto es particularmente cierto en lo que hace referencia a la muerte y al morir. Tenemos una aceptación mucho mayor de la muerte como realidad y estamos aprendiendo muchísimo sobre el proceso de morir como culminación del de vivir.

Otros avances están relacionados con la forma en que se realiza el cambio en el individuo. Una buena parte del material de este libro se ocupa de dichos cambios, pero los enumeraré a continuación:

El movimiento feminista es tan sólo un ejemplo de los varios tipos de actividades acrecentadoras del concienciamiento. Otros ejemplos los constituyen el movimiento de los homosexuales y el de los negros, que están cambiando la conducta de la gente, llamando poderosamente la atención a los prejuicios, suposiciones y estereotipos que nos han dado forma.

“Enfocar”, o ser plenamente consciente del momento de una experiencia antes negada, en psicoterapia provoca un cambio psicológico y fisiológico, que produce como resultado un cambio de la conducta.

Existe una nueva comprensión de que la persona es un proceso, en lugar de un conjunto inamovible de hábitos. Esto evoca modos alterados de conducta, incrementa las opciones.

Hay cada vez una mayor tendencia al uso de la psicoterapia individual y un creciente número de pruebas de que dicha experiencia provoca un cambio en el sí-mismo y en la conducta.

Hay multitud de gente que ha experimentado cambios personales y colectivos duraderos, en diversas experiencias de grupos intensivos.

La tendencia a adoptar actitudes más humanas en la educación produce efectos fundamentales en el aprendizaje y en otros aspectos de la conducta.

Otro grupo de tendencias modernas está relacionado con cambios en nuestros sistemas de creencias. A continuación menciono algunas de ellas:

Hay una insistencia creciente en la libertad individual de elección y una correspondiente resistencia a la conformidad y a la aceptación de la autoridad.

Existe una creciente oposición, acompañada del consiguiente desagrado, a las grandes instituciones, las corporaciones y las burocracias, así como un enorme interés y esfuerzos para organizarse en forma reducida, de cooperativas y pequeños grupos.

Se cree cada vez menos en la ciencia reduccionista y crece el interés por la sabiduría antigua de las culturas primitivas e incluso por las “ciencias” de antaño.

EL SIGNIFICADO DE ESTAS TENDENCIAS

¿Cuál es el sentido, o significado, de todas estas tendencias en la vida moderna?

Tomadas en su conjunto, estas tendencias transforman fundamentalmente nuestro concepto de la persona y del mundo que ésta percibe. La persona cuenta con un potencial hasta ahora inimaginado. Su inteligencia no-consciente está dotada de una capacidad vastísima. Puede controlar muchas funciones corporales, curar enfermedades y crear nuevas realidades. Es capaz de penetrar en el futuro, ver en la distancia y comunicar pensamientos directamente. Está dotada de un nuevo concienciamiento de sí misma como proceso de cambio. Esta persona vive en un universo nuevo, del que han desparecido todos los conceptos familiares como el tiempo, espacio, objeto, materia, causa y efecto, quedando sólo vibraciones de energía.

A mi juicio, estas tendencias constituyen una “masa crítica” que producirá cambios sociales drásticos. Para desarrollar la bomba atómica, aumentaron gradualmente la temperatura y otras condiciones, hasta alcanzar cierta masa. Al llegar a esta masa crítica, se produce un proceso de explosión expansivo. Estas tendencias son de un género semejante, con la diferencia de que tienen lugar en las personas y en los sistemas sociales.

Otra analogía científica la constituye el “cambio de paradigma”. Nuestra visión científica del mundo, en cualquier momento dado, encaja en una pauta general. También es cierto que hay sucesos y fenómenos que no se ajustan a dicha pauta, que se dejan de lado hasta que se acumulan y resulta imposible ignorarlos. Entonces un Copérnico o un Einstein nos ofrecen una pauta enteramente nueva, una nueva visión del mundo. No se trata de una modificación del antiguo paradigma, sino de algo que lo incorpora. Es una nueva conceptualización. No se puede pasar gradualmente de la antigua a la nueva, hay que adoptar la una o la otra, he ahí el cambio de paradigma. Se ha hecho hincapié en que en el mundo de la ciencia, la mayoría de los científicos viejos mueren creyendo en el paradigma antiguo, mientras que la nueva generación se desarrolla y vive a gusto con el nuevo.

Lo que afirmo es que las numerosas tendencias convergentes que he mencionado constituyen un cambio de paradigma. Procuraremos, por supuesto, seguir viviendo en nuestro mundo familiar, al igual que lo hicieron en un mundo plano, hasta mucho después de saber que era redondo. Pero cuando vayamos digiriendo estas nuevas formas de conceptualizar la persona y el mundo, convirtiéndolas gradualmente en la base de nuestro pensamiento y de nuestras vidas, la transformación será inevitable. Ilya Prigogine (1980), químico belga ganador del premio Nobel en 1977, que ha contribuído considerablemente a los nuevos conceptos de la ciencia, dice, hablando en nombre de los científicos: “Vemos un nuevo mundo a nuestro alrededor. Tenemos la impresión de que somos la aurora de un nuevo período, con toda la emoción, la esperanza y el riesgo inherentes a todo nuevo principio”.

LA PERSONA DEL MAÑANA

¿Quién será capaz de vivir en ese mundo tan extraño? Creo que serán los que tengan una mente y un espíritu joven, que generalmente significa que también tienen un cuerpo joven. Nuestra juventud, al crecer en un mundo donde imperan las tendencias que he descrito, en su mayoría se convierten en nuevas personas, preparadas para vivir en el mundo del mañana y a ellos se unirán las personas mayores que hayan absorbido los conceptos de transformación.

Evidentemente, esto no ocurrirá con todos los jóvenes. Tengo entendido que muchos jóvenes en la actualidad, sólo se interesan por el trabajo y la seguridad, no están dispuestos a arriesgarse ni a innovar, son meros conservadores a la caza del “número uno”. Posiblemente sea cierto, pero éste no es el caso de los jóvenes con que yo entro en contacto. Sin embargo, estoy convencido de que si bien algunos seguirán viviendo en el mundo actual, muchos otros lo harán en el nuevo del mañana.

¿Cuál será su procedencia? Mi observación me indica que ya existen. ¿Dónde se encuentran? Me los encuentro entre los ejecutivos de las corporaciones, que han abandonado la lucha competitiva de su clase, el aliciente de los grandes salarios y las posibilidades de la bolsa, para practicar una nueva vida más simple; entre los jóvenes de pantalón tejano que desafían la mayor parte de los valores de la cultura actual, para hallar nuevas formas de vida; entre sacerdotes, monjas y religiosos que han dejado atrás los dogmas de sus institutiones, para vivir de un modo más significativo; entre las mujeres que se alzan vigorosamente por encima de las limitaciones que la sociedad les ha impuesto; entre negros, chicanos y otros grupos minoritarios, que abandonan la pasividad de muchas generaciones para afirmarse en una vida positiva; entre los que han participado en grupos de encuentro, que hallan lugar para los sentimientos, además de los pensamientos, en su vida; entre escolares marginados creativos que aspiran a metas más altas que las permitidas en sus estériles escuelas. También me doy cuenta de que vislumbré esta nueva persona, durante mis muchos años como psicoterapeuta, en los clientes que elegían para sí mismos un estilo de vida más libre, más rico y más autodirigido. Éstos son algunos de los lugares donde he encontrado personas capaces de vivir en este mundo transformado.

LAS CUALIDADES DE LA PERSONA DEL MAÑANA

En mi experiencia, estos individuos tienen algunas características en común. Puede que nadie posea la totalidad de estas cualidades, pero estoy convencido de que la habilidad de vivir en este mundo totalmente revolucionado del mañana se manifiesta por ciertas características. Mencionaré brevemente algunas de ellas, en la forma en que las he visto y experimentado:

  • Sinceridad. Estas personas son sinceras para con el mundo, tanto en el interior como el exterior. Se abren a la experiencia, a nuevas formas de ver, nuevos modos de ser, nuevas ideas y nuevos conceptos.
  • Deseo de autenticidad. Encuentro que estas personas valoran la comunicación como medio para expresar las cosas como son. Rechazan la hipocresía, el engaño y los dobles sentidos propios de nuestra cultura. Son abiertos, por ejemplo, en sus relaciones sexuales, en lugar de llevar una doble vida o actividades secretas.
  • Escepticismo en cuanto a la ciencia y a la tecnología. Sienten una profunda desconfianza de la ciencia y tecnología actual, utilizada para conquistar el mundo de la naturaleza y controlar a sus habitantes. Por otra parte, cuando la ciencia – como por ejemplo en el caso del biofeedback – se usa para enriquecer el autoconcienciamiento y el control de la persona por sí misma, son ardientes entusiastas de la misma.
  • Aspiración a la totalidad. Estas personas no gustan de vivir en un mundo de compartimientos: cuerpo y mente, salud y enfermedad, intelecto y sentimientos, ciencia y sentido común, individual y colectivo, cuerdo y loco, trabajo y diversión. Aspiran a alcanzar una totalidad en la vida, con pensamientos, sentimientos, energía física, energía psíquica, energía curativa, todo ello integrado en la experiencia.
  • El deseo de intimidad. Buscan nuevas formas de acercamiento, de intimidad, de fines compartidos. Desean hallar nuevas formas de comunicación en la comunidad, tanto verbal como no-verbal, sentimental como intelectual.
  • Personas-proceso. Son claramente conscientes de que lo que es cierto en la vida es el cambio, de que forman siempre parte de un proceso, siempre cambiando. Aceptan gustosos esta forma de ser arriesgada y se enfrentan al camino del cambio con vitalidad.
  • Cariño. Estas personas son cariñosas, dispuestas a ayudar a los demás si la necesidad es real. Su cariño es tierno, sutil, ni moralista ni propenso al juicio. Los que “prestan ayuda” profesionalmente les parecen sospechosos.
  • Actitud hacia la naturaleza. Sienten afinidad y cariño por los elementos de la naturaleza. su actitud es ecológica y el relacionarse con las fuerzas de la naturaleza les produce placer, en lugar de querer conquistarlas.
  • Antiinstitucionales. Estos individuos sienten antipatía por las instituciones altamente estructuradas, inflexibles y burocráticas. Creen que las instituciones deberían estar al servicio de la gente, no a la inversa.
  • La autoridad interna. Creen en su propia experiencia y desconfían fundamentalmente de la autoridad externa. Elaboran sus propios juicios morales, llegando a desobedecer abiertamente las leyes que les parecen injustas.
  • Las cosas materiales carecen de importancia. A estos individuos les son fundamentalmente indiferentes las comodidades y premios materiales. Ni el dinero ni los símbolos materiales de poder constituyen su objetivo. Pueden vivir en la abundancia, pero también pueden prescindir de ella.
  • El anhelo de lo espiritual. Las personas del mañana son inquiridoras. Intentan hallarle un significado y un sentido a la vida, más allá del individuo. Algunas se abocan a ciertos cultos, pero en su mayoría examinan todos los medios por los que la humanidad ha hallado valores y fuerzas que se extienden más allá del individuo. Quieren vivir con paz interna. Sus héroes son personajes espirituales como Mahatma Gandhi, Martin Luther King y Teilhard de Chardin. Algunas veces, en estados alterados de consciencia, experimentan la unidad y armonía del universo.
Estas son algunas de las características que veo en la persona del mañana. Soy perfectamente consciente de que son pocas las personas que posean todas estas características y sé que lo que describo es una pequeña minoría del conjunto de la población.

Lo interesante es que las personas dotadas de dichas características se sentirán perfectamente a gusto en un mundo consistente sólo de energía de vibración, sin base sólida, un mundo de proceso y cambio en el que la mente, en su sentido más amplio, es al mismo tiempo consciente y creadora de la nueva realidad. Ellos lograrán hacer cambiar el paradigma.

A pesar de la oposición que habrá ante la aparición de esta nueva persona, estoy cada vez más convencido de que estas personas del mañana, no sólo sobrevivirán, sino que constituirán un fermento importantísimo en nuestra cultura.

La razón de mi optimismo se basa en el desarrollo y aparición persistentes de todos los cambios en las perspectivas científicas, sociales y personales. La física teórica no volverá a ser encajonada en ninguno de los antiguos compartimientos. El biofeedback sólo puede progresar, no retroceder, y continuar desplegando poderes insospechados de nuestra inteligencia interior y no-consciente. En otras palabras, la presion crecerá hasta forzar un cambio de paradigma.

Las personas del mañana son precisamente las que están capacitadas para comprender y absorber el cambio de paradigma. Serán las que lograrán vivir en este nuevo mundo, cuyo contorno todavía es sólo difusamente visible. Pero si no estalla el planeta, ese nuevo mundo llegará inexorablemente, transformando nuestra cultura.

Este nuevo mundo será más humano y más humanitario. Explorará y desarrollará la riqueza y capacidad de la mente y del espíritu humano. Producirá individuos más integrados en la totalidad. Será un mundo que premiará a la persona individual, el mayor de nuestros recursos. Será un mundo más natural, con un nuevo amor y respeto por la naturaleza. desarrollará una ciencia más humana, basada en conceptos de menor rigidez. El objeto de su tecnología será el de enriquecer las personas y la naturaleza, en lugar de explotarlas. Desencadenará creatividad, cuando los individuos pasen a ser conscientes de su poder, su capacidad y su libertad.

Las fuerzas del cambio en los campos científico, social y cultural arremeten con ímpetu; y acabarán por envolvernos en este nuevo mundo, el mundo del mañana, que he procurado esbozar. En el centro de este nuevo mundo estarán las personas, las personas del mañana de las que hemos hablado.

Ésta es la perspectiva personalizada del futuro. Podemos elegirla, pero tanto si lo hacemos como si no, parece que hasta cierto punto avanza inexorablemente hacia el cambio de nuestra cultura. Y los cambios serán favorables a la humanidad.


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