domingo, 25 de marzo de 2012

Las Metáforas


Sumando reflexiones que ayudan a comprender la vida, comparto el siguiente  fragmento perteneciente al libro "La Medicina del Alma", de Eric Rolf. 

La clave del idioma creativo es que se compone de todas las imágenes o símbolos que tienen algún sentido para ti y que suelen venir a través de lo que aparentan ser, simplemente, memorias. Cuando uno quiere saber algo, la vida responde a sus preguntas; le responde a través de esa forma creativa que conocemos como metáfora. La respuesta que buscas está en la metáfora de la memoria completa que te ha venido a través de ese símbolo o imagen.

Cuando alguien nos habla, lo importante no son las palabras, sino lo que está detrás, que es lo que realmente nos quiere decir, conciente o inconcientemente. Las palabras que escuchamos son una metáfora del significado profundo que está detrás. Cuando la vida nos habla a través de las circunstancias físicas, lo importante no son los hechos, sino la metáfora que representan.

Todo lo visible tiene más sentido como metáfora que como realidad física; todo lo que ves o tocas y todas las cosas que te ocurren tienen un significado profundo por encima de la realidad aparente.

Este hecho, desde el punto de vista social o científico actual, es completamente absurdo y carece de base alguna; no obstante, la experiencia me ha demostrado una y otra vez que detrás de cada hecho físico, ya sea un acontecimiento aparentemente fortuito o una enfermedad, hay un significado que le da sentido en un marco más amplio, un marco que incluye toda la vida de la persona: el valor del hecho está en la metáfora que representa.

No menciono esto para que me creas, lo digo para que lo pruebes; no se trata de fe, sino de tu propia experiencia. No sólo en términos de enfermedad, sino en términos de vida hay muchas cosas que juzgamos que no van bien. Nos parece que nuestra vida no funciona porque no le encontramos sentido; el sentido no está en los hechos, sino en lo que representan. Darle sentido a la vida no significa quitarle misterio;  siempre lo hay, sólo que transforma su naturaleza.

Si realmente aceptas que la vida es amistosa sólo te dará regalos. La vida siempre te está apoyando aún cuando parece que no lo hace, pues te trae regalos en todo momento; cada objeto trae su metáfora y la respuesta a tus preguntas está en lo que tienes justo delante, está allí donde se dirige tu atención en cada instante. Cada experiencia que vives tiene su mensaje: puedes almacenarla en el inmenso paquete de lo cotidiano y sin sentido o puedes encontrar su significado por encima de lo aparente.

No se trata de obsesionarte y empezar a buscar las metáforas de todas y cada una de las cosas que suceden en tu vida, esto sería una nueva locura que te separaría del presente. Se trata de relajarse, escuchar, aceptar y disfrutar lo que la vida nos trae a cada momento. Imagina que estás haciendo la compra en un supermercado; aunque hay montones de productos en las estanterías y eres incapaz de asimilar todos los mensajes que contienen, no te vuelves loco, pues sólo un producto te llama la atención cada vez. Lo mismo ocurre con los mensajes de la vida: una sola cosa te llama la atención a cada instante; síguela, entrégate totalmente a ella. Haz como el niño que en la orilla de la playa encuentra una caracola. En ese momento, es lo más maravilloso que existe en el universo: se la acerca al oído y escucha el sonido del mar, entregado totalmente, con toda su atención enfocada en la caracola.

Escucha y si aparece alguna metáfora, está bien y si no, también; quizás te des cuenta más tarde. En el momento en que se produce ese darse cuenta, lo acompaña una sensación corporal de saber que es así, que no hay duda. No es simplemente una interpretación de una casualidad.  Hay una sensación de certeza, porque las piezas encajan perfectamente y sientes algo en tu cuerpo que dice “Sí”, como una especie de revelación.

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