domingo, 16 de diciembre de 2018

Reflexionando sobre Saturno


Es frecuente, tanto en ámbitos de estudio y formación como entre quienes se acercan a solicitar la interpretación (no la lectura) de su carta natal, referirse a Saturno con temor, malestar o rechazo.

También están quienes se refieren a él con cierta admiración, denominándolo el “maestro” o el “juez”.

Saturno, como energía planetaria, posee muchos símbolos a los cuales se alude en Astrología, pero no voy a referirme a ellos ahora. Quiero, en cambio, escribir sobre lo que me parece más enriquecedor para ayudar a comprender esta energía. Y para eso, hablaré de sus tres niveles de expresión.

En este caso, el primer nivel se considerará como el de mayor sombra o, dicho de otro modo, menor conciencia. El segundo, como una transición de la sombra a la luz. Y el tercero, para quien haya logrado el privilegio de alcanzarlo, será el de mayor luz o conciencia.

En el primer nivel –de mayor sombra- Saturno es experimentado como frustración, se diría que como insatisfacción crónica. 

Considerando el principio de polaridad, que dice que todo tiene su opuesto, seguramente coincidiremos en que el opuesto de la insatisfacción es la plenitud. Esto equivale a pensar que, si logramos llevar lo que simboliza la energía de Saturno a la luz, podríamos relacionarlo con el potencial para alcanzar la plenitud mediante la realización.

En el segundo nivel, experimentamos lo que se conoce como “conciencia de atleta”. Aquí nos fijamos un objetivo  y mediante la persistencia, realizamos el esfuerzo necesario hasta alcanzarlo. Este nivel  no se experimenta como placentero sino como una sensación constante de entrenamiento, de tener que resistir y persistir para llegar al final recibiendo así la recompensa del logro.

En el tercer nivel, el de mayor luz y conciencia, aprendemos a vivir en armonía con la realidad mediante la aceptación de lo que ES. De este modo, el logro alcanzado es la madurez. Es una nueva manera de ser y estar en el mundo. Llegados a este nivel, el regalo de Saturno es la fluidez.

En las consultas, siempre trato de explicar estas claves porque contienen un conocimiento imprescindible para desarrollar y sostener el proceso de construir lo propio, la flexibilidad, la solidez, la fluidez y la capacidad de disfrutar. 

Sí, leyeron bien: se puede disfrutar con Saturno. Se puede fluir y ser flexible con Saturno. La condición es, repito, aprender a vivir en armonía con la realidad.

Es así como nos vamos descubriendo en un maravilloso proceso que nos lleva a alcanzar la mayor cosecha a la que podemos aspirar en la vida.

¿Y saben cuál es esa cosecha? Nosotros mismos, una vez que aprendemos a expresar la naturaleza de nuestro verdadero ser.

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