Es
frecuente, tanto en ámbitos de estudio y formación como entre quienes se acercan a
solicitar la interpretación (no la lectura) de su carta natal, referirse a
Saturno con temor, malestar o rechazo.
También
están quienes se refieren a él con cierta admiración, denominándolo el
“maestro” o el “juez”.
Saturno,
como energía planetaria, posee muchos símbolos a los cuales se alude en
Astrología, pero no voy a referirme a ellos ahora. Quiero, en cambio, escribir sobre lo que me parece más enriquecedor para ayudar a comprender esta energía. Y para eso, hablaré de sus tres niveles de expresión.
En
este caso, el primer nivel se considerará como el de mayor sombra o, dicho de
otro modo, menor conciencia. El segundo, como una transición de la sombra a la
luz. Y el tercero, para quien haya logrado el privilegio de alcanzarlo, será el
de mayor luz o conciencia.
En
el primer nivel –de mayor sombra- Saturno es experimentado como frustración, se diría que como insatisfacción crónica.
Considerando el principio de polaridad, que dice que todo tiene
su opuesto, seguramente coincidiremos en que el opuesto de la insatisfacción es la plenitud. Esto
equivale a pensar que, si logramos llevar lo que simboliza la energía de
Saturno a la luz, podríamos relacionarlo con el potencial para alcanzar la
plenitud mediante la realización.
En
el segundo nivel, experimentamos lo que se conoce como “conciencia de atleta”. Aquí
nos fijamos un objetivo y mediante la
persistencia, realizamos el esfuerzo necesario hasta alcanzarlo. Este nivel no se experimenta como placentero sino como una sensación constante de entrenamiento, de tener
que resistir y persistir para llegar al final recibiendo así la recompensa del logro.
En
el tercer nivel, el de mayor luz y conciencia, aprendemos a vivir en armonía
con la realidad mediante la aceptación de lo que ES. De este modo, el logro
alcanzado es la madurez. Es una nueva manera de ser y estar en el mundo. Llegados a este nivel, el regalo de Saturno es la
fluidez.
En
las consultas, siempre trato de explicar estas claves porque contienen un conocimiento imprescindible para desarrollar y sostener el proceso de construir lo
propio, la flexibilidad, la solidez, la fluidez y la capacidad de disfrutar.
Sí, leyeron bien: se puede disfrutar con Saturno. Se puede fluir y ser flexible con Saturno. La condición es, repito, aprender a vivir en armonía con la realidad.
Es
así como nos vamos descubriendo en un maravilloso proceso que nos lleva a alcanzar la mayor
cosecha a la que podemos aspirar en la vida.
¿Y saben cuál es esa cosecha? Nosotros mismos, una vez que aprendemos a expresar la naturaleza de nuestro verdadero ser.
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