lunes, 26 de febrero de 2018

El Pensamiento Mágico

Fragmento del capítulo "Refugiarse de los hechos", extraído del libro "Las cinco cosas que no podemos cambiar", de David Richo.

Ante los hechos de la vida, podríamos refugiarnos en pensamientos supersticiosos o rituales mágicos de seguridad que ideamos para protegernos de lo que temerosamente creemos que es un mundo espeluznante, impredecible y punitivo. 

Esto es el pensamiento mágico, usar nuestros deseos o miedos para explicar lo que está sucediendo o puede suceder. Procede de nuestro sentido primitivo del miedo y sus ilusiones consiguientes. Confundimos una conexión temida o deseada con una real. 

Estos son algunos ejemplos de pensamiento mágico:

La realidad se volverá o permanecerá lo mismo que mi imagen mental de ella.

Surgirán fuerzas peligrosas si no me ciño a reglas o rituales muy precisos.

Siempre ha habido algo que no está bien en mí y no puedo conocerlo o arreglarlo, aunque todos los demás son conscientes de ello.

Me he sentido culpable desde una edad temprana y aún no he sido totalmente castigado.

Nos pasa lo que nos merecemos.

Estoy eternamente en deuda. Siempre le debo algo a Dios o tengo que seguir pagando por algo que he hecho y que sigue estando irremediablemente mal.

Si no hubiera sido por eso que ha sucedido, o si sucediera algo especial, ahora todo estaría perfectamente bien.

Es muy raro que se satisfagan las necesidades, así que debo trabajar duro y considerarme afortunado si encuentro algo de satisfacción.

Tengo que aprovechar esta oportunidad ahora mismo o perdérmela. No hay tiempo para una pausa consciente.

Si la gente me conociera tal y como soy, no me amaría o querría.

"El que las hace, las paga"". Eso es un deseo del ego frustrado y vengativo, no una certeza kármica.

Si no lo controlo, todo se desbaratará.

El ámbito espiritual no existe, ya que no puede ser confirmado con métodos científicos, es decir, no puede ser controlado. (A menudo, descreer es una cuestión de control).

Si hablo abiertamente de un problema, se volverá aún más serio y peligroso. Si nunca lo menciono, desaparecerá.

La felicidad no durará si la disfruto demasiado. La exuberancia total es peligrosa.

A la prosperidad le seguirá una catástrofe: "A todo mercado en alza le acecha un mercado a la baja", y viceversa.

Llegará un momento en la historia en el que no habrá violencia o maldad y la sombra humana desaparecerá.

Los aliados del pensamiento mágico son los buenos deseos. Por ejemplo, espero que todo sea mejor en el futuro, aunque no estoy haciendo nada para que eso suceda. Creo que la economía mejorará muy pronto. Semejantes autoengaños están basados en los buenos deseos, no en la realidad. Una vez que somos adultos, no nos satisface nada más que la verdad de lo que es real, no importa lo deslucida o desagradable que sea.

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