La gente desea compartirse a sí misma y su creatividad. "Dame la habilidad para ver cosas en lugares inesperados y talentos en gente inesperada", dice una plegaria anónima del siglo XVII.
Necesitamos la colaboración de los otros para hacer esto, no solo darnos a nosotros mismos, sino recibir los regalos de los otros en nuestras comunidades, familias y lugares de trabajo. Cualesquiera sean nuestros objetivos y metas, los resultados y la buena voluntad del grupo dependen de algún catalizador, una mezcla constructiva y creativa de dar lo mejor nuestro y recibir lo mejor de los otros.
En el trabajo, muchos individuos son presionados para trabajar en equipo. Muchos de nosotros conocemos la desilusión o alienación que sentimos cuando lo que les ofrecemos a otros, ya sea en tiempo, atención, creatividad o ideas, es ignorado o desechado.
Lo que es generoso y se siente generativo es hacer que nuestra contribución se vea, escuche y sea bienvenida. Lo que nos mejora es que otros nos reciban. Nos volvemos confiables cuando nosotros también estamos abiertos y somos receptivos a los otros.
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