sábado, 18 de mayo de 2013

Educación en una Escuela de Sabiduría


Fragmento del Capítulo 1 del libro ““Guía de asesoramiento astrológico” (Astrología y Psicoterapia), del Dr. Bernard Rosenblum (médico psiquiatra y astrólogo, New York). Ediciones Kier, Argentina.

En realidad, cuando un cliente está “dispuesto”, sale en busca de un astrólogo calificado, eso señala buena disposición a educarse con las enseñanzas  de una psicología arquetípica, con una “escuela de la sabiduría”, por decirlo así. El cliente – que ahora podríamos denominar mejor como “el estudiante” – se sensibiliza ante la naturaleza de las fuerzas y los principios universales y cómo se manifiestan en su psique y en su vida.

¿En qué sitio de nuestra cultura, de nuestras Universidades, o de nuestras psicoterapias, se nos enseña – como ocurre en la astrología – sobre las dolorosas, pero necesarias, experiencias de crecimiento simbolizadas por el planeta Saturno, al igual que sus útiles funciones de enfoque y concentración? ¿En qué otro sitio aprendemos sobre la contrastante energía del planeta Júpiter, con sus ofrecimientos de comodidad, abundancia, entusiasmo y aventura, así como el hecho de que hasta esta energía expansiva puede ser perjudicial si no se equilibra con el resto de nuestras necesidades? ¿Y en qué otro sitio aprendemos sobre los diferentes tipos de transformación expresados por Urano, Neptuno y Plutón? ¿O que todos tenemos las mismas cualidades, necesidades y oportunidades esenciales (simbolizadas por las casas y los signos) pero con diferentes énfasis y pautas, y que una de las tareas de nuestra vida es la de equilibrar y armonizar estas energías, aunque a veces sean polos opuestos?

El hecho de que aprendamos sobre la significación de los planetas, signos, casas, aspectos y ciclos nos enseña acerca de la naturaleza de la condición humana. La astrología tiene en cuenta la variedad de temperamentos individuales dentro de la ley universal como ningún otro sistema lo hace. Los diferentes esquemas de la psique, como los describieran Freud, Jung y Reich, son potentes y válidos; los astrólogos deberían entenderlos cabalmente para ampliar su vision y su trabajo, especialmente respecto de la represión, del inconsciente y de la liberación de fuerzas inconscientes. Lo que el horóscopo procura, y los grandes maestros en psicología no, es un cuadro inmediato e integral de las pautas y texturas de la personalidad individual y, a través de ello, una visión equilibrada y a largo plazo de cómo trabajar con ese individuo.

Como cualquier otro instrumento para el adelanto del desarrollo psicológico y espiritual de las personas  - incluída la psicoterapia -, la astrología carece, a veces, de una óptima eficacia.

Las razones del fracaso actual de la astrología en manifestarse en un nivel coherentemente alto son muchas, y algunas de ellas no son bien comprendidas:

  • En nuestra cultura no se aprecia seriamente la importancia de los conceptos astrológicos, lo cual llega incluso a afectar a muchas personas que precisamente buscan una guía en la astrología.
  • Muchos astrólogos están, en la actualidad, insuficientemente instruídos sobre los procedimientos y técnicas puramente astrólogicos que usan en su trabajo.
  • Los astrólogos, en su mayoría, tienen poca o ninguna instrucción sobre los conceptos y las técnicas de consejo, y escaso conocimiento de algunas teorías básicas de la psicoterapia.
  • Los problemas emocionales y psicológicos no resueltos por parte del astrólogo inhiben a veces su eficacia en su relación con el cliente.
  • Sean o no conscientes de ello, los clientes abrigan a menudo temor y falta de aptitud para examinar sinceramente el significado de lo que un astrólogo competente está describiendo realmente.
Lo irónico es que parecidas dificultades se experimentan en el mundo de la psicoterapia, salvo que los psicoterapeutas y su labor reciben más alta consideración en nuestro mundo actual, en el que la medicina y la ciencia estadística reinan supremas.

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