domingo, 29 de abril de 2007

Astrologia en la Actualidad

Casi todos sabemos que existen webs en las cuales se ofrece la interpretación de cartas natales, revoluciones solares y lunares, tránsitos y progresiones. Con sólo ingresar los datos necesarios para calcular la carta (fecha completa, hora exacta y lugar del nacimiento), se obtienen los gráficos y la información correspondiente. En algunos casos, en forma gratuita aunque parcial. En otros – cuando el informe entregado es más extenso y completo – previo pago.

Me pregunto si el hecho de propiciar esta manera de aproximarse a la astrología, la coloca en el lugar de un simple entretenimiento o puede constituír una iniciación en el tema para muchas personas que, de otro modo, nunca se acercarían a ella.
En principio, entiendo que la interpretación de una carta natal es fruto de una investigación minuciosa, efectuada en forma personal por cada astrólogo.

Para dar un ejemplo, tomemos el caso de una carta natal en la que se observa a Saturno en Escorpio y Plutón en Leo en aspecto de cuadratura. (Cabe aclarar que la cuadratura es un aspecto entre planetas situados en ángulo de 90°).

Para su interpretación deberán considerarse las funciones simbolizadas por cada planeta en combinación con lo que significa una cuadratura. Además, habrá que evaluar en qué signos y casas están presentes Saturno y Plutón, como también qué casas rigen. Asimismo, habrá que examinar en qué otros aspectos participan estos planetas con otros planetas de la carta.

En cuanto a la cuadratura, se interpretará tomando en cuenta su naturaleza de aspecto duro que provoca, en principio, tensión o conflicto. (No utilizo la clasificación de aspectos benéficos o maléficos).

Existen más factores a evaluar frente a la carta vista como una totalidad, pero he mencionado en el ejemplo sólo algunos de los que concurren a iniciar el proceso que develará el significado de los citados planetas en aspecto de cuadratura en la carta de una determinada – y única - persona.

Así también, en la interpretación habrá que tener en cuenta cuestiones tales como la percepción del consultante, el grado en que su conciencia se identifica con las cualidades simbolizadas por los planetas implicados, su edad y su experiencia de vida, el juego de luz y sombra, entre otros factores. Y, por supuesto, no hay que olvidar que también juega la capacidad del astrólogo que realiza la interpretación, lo cual incluye su formación, su orientación y su experiencia en la materia.

La pregunta que surge es: ¿pueden las webs ofrecer informes realizados con el grado de precisión y sutileza que impone el respeto de la individualidad de cada consultante?

Así planteada la situación, la respuesta más probable es que no. Sin embargo, insisto, quizás este tipo de orientación pueda servir para iniciar en el tema a personas que hubieran podido verse privadas de una valiosa herramienta de autoconocimiento.
Lo importante aquí sería que, una vez iniciadas en el lenguaje astrológico, estas personas pudieran continuar buscando, en aras de profundizar en el trabajo basado en su carta natal. Si no, tendríamos en estos informes una especie de horóscopo ampliado, una suerte de segunda instancia a recorrer luego de la lectura de los horóscopos de diarios, revistas y medios en general.

En otro orden de cosas, es interesante observar que a veces se acercan a la consulta astrológica personas que quieren saber qué les “va a pasar” en determinada situación o solicitan “predicciones a futuro”.

Citando a Carl G. Jung, cuyos aportes hoy constituyen una parte esencial en la formación del astrólogo: “No son los acontecimientos los que les suceden a las personas, sino que son las personas quienes les suceden a los acontecimientos”.


Esta reflexión define una manera de estar presente en la realidad. Podría decirse que incrustándose en ella, por el grado de participación que implica.

Es cierto que no todos están preparados para hacerse cargo de su vida con esta intensidad, pero yo me pregunto ¿ y si intentáramos transmitir esta visión en la consulta? Claro que primero deberíamos hacer el intento de encarnarla en nuestra propia vida, para que nuestras palabras pudieran tener el peso y el valor que confiere la convicción obtenida luego de la puesta en práctica.

Hoy el astrólogo no es un oráculo. Hace docencia. Entiendo que esta es su función primordial en nuestros días y, quizás, la más luminosa.

Para terminar, es mi opinión que la astrología debería ser ejercida siempre en forma personal y la información transmitida en una entrevista astrológica debería proveer los medios que faciliten el despertar de la conciencia, la disposición a ser enseñables –para lo cual conviene recordar que dócil es aquel que recibe fácilmente la enseñanza-, el desarrollo de la responsabilidad y de la libertad.

Tengo la esperanza de que así podremos acercarnos a cumplir con el desafío principal que nos propone la realidad: crecer, madurar y dar frutos.

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