Como saben, me dedico a la consultoría astrológica desde hace muchos años.
En una época realizaba cartas natales biográficas, con el propósito de conectar a los consultantes con su historia de vida. Luego modifiqué mi método incorporando recursos provenientes de la numerología. En el presente también utilizo Diseño Humano, una herramienta práctica que facilita el descondicionamiento y el surgimiento de la autenticidad.
Lo más reciente que he incorporado se refiere a los ciclos de edad (hay artículos en este blog que hablan de los mismos). Y también los retornos de Júpiter y de Marte.
Utilizar los ciclos de edad – desde la Astrología y el Diseño Humano - también es una forma de trabajar en la propia historia. Su mayor valor radica en que facilitan la comprensión en momentos de cierre de ciclos y la resignificación necesaria para el comienzo de toda nueva etapa.
Menciono aquí los cuatro ciclos de edad principales: el primer retorno de Saturno (a los 28/30 años), la oposición de Urano (entre los 38 y los 44 años), el retorno de Quirón (a los 49/50 años) y el segundo retorno de Saturno (a los 58/60 años). Para los más longevos, existen dos ciclos más: el retorno de Urano (a los 83/84 años) y el tercer retorno de Saturno (a los 89/90 años).
Sin embargo, el retorno de Júpiter - que no se considera ciclo de edad - cumple una función extraordinaria de nexo entre los ciclos de edad mencionados.
Júpiter vuelve al lugar que ocupaba en el momento del nacimiento cada doce años. Con cada retorno, nos sentimos impulsados a revisar y resignificar el pasado. En un proceso mediante el cual actualizamos creencias y valores, el objetivo es conectarnos con esa persona que hemos sido en el pasado, esa que pudo haber quedado dormida o enmudecida o aniquilada – según corresponda – por el avance que la vida requirió y/o que nosotros elegimos realizar.
Asociado al crecimiento y la expansión de la conciencia, el retorno de Júpiter puede ser vivido de muchas maneras: con nostalgia por el pasado que se fue o con esperanza por el futuro que vendrá.
Cómo se percibe el proceso? A la manera de Júpiter: como exceso o abundancia. También dependerá del signo en el cual se produce el retorno, ya que el signo nutrirá la experiencia. Reflexionen sobre esto: alguna vez pensaron que el exceso puede ser un espejismo de la abundancia?
Cómo se gestiona el proceso? A la manera de Júpiter: encontrando el propósito y el sentido de lo vivido para extraer la sabiduría de la experiencia, comprenderla y luego trasmitirla. En eso se centra el crecimiento.
Al recordar las experiencias del pasado - y a fin de su resignificación - no siempre es necesario volver a contactar a las personas que caminaron junto a nosotros y tampoco es preciso regresar a los lugares en donde transcurría nuestra vida entonces – a menos que decidamos hacerlo porque lo deseamos -. De lo que se trata es de volver a conectar con la persona que fuimos, para ver si existen recursos, valores, capacidades, dones o talentos que podrían ser actualizados y vueltos a poner en juego en el presente, siendo llevados a la nueva etapa de vida. Aquí es donde vemos la conexión que tiene Júpiter con la vocación.
Se trata de encontrar en las experiencias vividas esos denominadores comunes que las interconectan. Es verdad que a veces no hay memorias del pasado, pero en los casos en los cuales sí es posible recordar – en especial cuando existen recuerdos tangibles que certifiquen la memoria - el retorno de Júpiter puede convertirse en una experiencia profundamente transformadora y revitalizante.
Otra forma de expresión del retorno de Júpiter tiene que ver la aparición de personas del pasado – aunque no las busquemos intencionalmente, pueden aparecer de modo sorpresivo -. A veces se trata de actualizar el vínculo o la relación que existía con ellas o puede ser que la vida tenga otros planes, independientemente de nuestra voluntad.
Cuando esto sucede podemos preguntarnos qué significaron para nosotros en el pasado, qué lugar ocupaban, cuánto tiempo estuvieron junto a nosotros y en qué contexto. Si es la vida la que nos trae de vuelta a estas personas, puede existir algún propósito oculto a nuestros ojos y será cuestión de descubrirlo. Algunas veces pueden volver a ser parte de nuestra vida y otras veces llegan solo para ser parte de la fase de cierre.
Por eso siempre durante un retorno de Júpiter se activa intensamente la ley de Sincronicidad, por lo que es de gran utilidad mantenernos receptivos a las “señales” que la vida nos va poniendo en el camino. Resulta así más fácil y placentero avanzar durante el proceso de reconexión y resignificación. Podría surgir una nueva dirección vocacional en nuestra vida.
Como podrán apreciar, aunque no se trata de un ciclo de edad, operativamente funciona como si lo fuera. Y les aseguro – porque yo lo estoy viviendo ahora que Júpiter está en Cáncer - que abrirse a sentir la intensidad de la turbulencia emocional que esto genera, puede ser una de las experiencias más iluminadoras del proceso de convertirse en persona.