domingo, 29 de enero de 2012

Tránsitos: Un enfoque holístico


Es un texto perteneciente a Stephen Arroyo, muy útil para la comprensión del trabajo con los tránsitos.


Una proliferación de libros sobre tránsitos, que intentan reducir el significado de cada tránsito a un prolijo párrafo de predictibilidad explícita ha tenido el efecto colateral de animar a muchas personas, especialmente estudiantes primerizos de la astrología, a tratar de interpretar diversos tránsitos de manera aislada, independientemente del contexto del mapa íntegro. De esta manera, creo que vale la pena contrarrestar esa tendencia con unas pocas observaciones y unos pocos hechos que son pertinentes para comprender los tránsitos.

En primer lugar, tenemos que reconocer que la astrología como se expresa en los libros, conferencias y diálogos de consultas, usa palabras para tratar de acercarse a la vida. A lo sumo, usar las palabras correctas con el conocimiento correcto podría aproximarse al significado de la vida, pero nunca lo atrapará. La vida no puede encapsularse en prolijos parrafitos de otras tantas palabras. De modo parecido, en la mayoría de los casos que he visto, los párrafos que dan muestras de explicar el significado de un tránsito dado no llegan habitualmente a describir la realidad de la experiencia de la persona. Los libros, en su mayoría, no dan en el blanco de la realidad esencial, y una de las principales razones –distintas del hecho de que las palabras nunca podrán atrapar la realidad- es que tan raras veces se acercan a los principios fundamentales simbolizados por los planetas involucrados en el tránsito.

Una idea preliminar podría expresarse como línea de procedimiento, para citar a Charles Carter: “Los planetas tienden a funcionar en términos de sus posiciones radicales más que de sus sitios progresados; y esto es cierto, según mi experiencia, en todos los sistemas”.

En otras palabras, necesitamos seguir concentrados en el planeta natal que es transitado, pues ese planeta simboliza nuestra innata armonización con toda una dimensión de la experiencia que tendremos a través de muchos cambios de expresión en una vida, pero que seguirá siendo igual a la parte dominante de nosotros mismos. Por ejemplo, todos los tránsitos de Venus natal se parecen en que todos afectarán invariablemente a nuestra función de Venus y a la dimensión de Venus correspondiente a la experiencia. Todos los tránsitos de Venus tendrán efecto sobre uno o, probablemente, sobre más de los siguientes temas: amor, valores, gustos, relaciones, situación financiera, necesidades sociales y desahogo social, satisfacción personal, etc. En un sentido, no importa qué planeta en tránsito haga que Venus llame nuestra atención, mientras nos llame la atención periódicamente. Cuán exactamente nos llame la atención es muy secundario, aunque tal vez prefiramos mucho que nos llame la atención de  modo jupiteriano más que de modo saturnino. Pero es Venus en nuestro mapa natal el que define cuán bien o cuán fácilmente expresamos a Venus o satisfacemos a Venus, cuán importante es Venus para nosotros, qué casas y signos están involucrados, etc.

Otro hecho que nunca se recalca bastante es que los tránsitos del Sol natal son infinitamente importantes. Los tránsitos del Sol afectan todo, todas las dimensiones de nuestra vida, porque el Sol es nuestra energía vital y nuestra consciencia básica. Tal como el Sol es el centro de nuestro sistema solar, de igual modo los planetas distribuyen, en astrología, la energía solar central. De allí que aunque un tránsito de Marte, Mercurio o Venus no afecte siempre a nuestro yo integral ni a nuestro sentido integral de identidad, confianza y bienestar (depende de cuán fuertes sean los planetas para nosotros), un tránsito de nuestro Sol natal afectará siempre la confianza, la identidad y la sensación de bienestar; afectará siempre a nuestro yo integral y, secundariamente, a nuestro Mercurio, a nuestro Marte, a nuestro Venus, etc. Cuando la fuerza vital disminuye o se expande energéticamente, lo mismo le ocurre a nuestro yo íntegro. Un buen ejemplo de esto es cómo, cuando Saturno está en cuadratura con el Sol natal por tránsito, la felicidad de la persona (Venus), la energía sexual de la persona (Marte) y la vitalidad mental de la persona (Mercurio), habitualmente declinan o disminuyen, al menos en alguna medida, aunque nuestra concentración (Saturno) mejore a pesar del nivel inferior de energía. Pero un Saturno en cuadratura con Venus, Marte o Mercurio tendrá un alcance más restringido de impacto en nuestra vida; quizá toda nuestra sensación de confianza y bienestar (Sol) esté en muy buena forma, a pesar del Saturno en cuadratura con los otros planetas personales.

Específicamente en relación con el tema de los tránsitos, es muy posible que la fuerza y la confiabilidad de los mismos pueda comprenderse mejor e incluso explicarse de algún modo, mediante el concepto del campo electromagnético. En realidad, si, por así decirlo, nacemos con el sistema solar en el instante que está grabado en todo nuestro ser, y que lo impregna, y si esa particular pauta de energía es fundamentalmente nuestra a lo largo de toda nuestra vida, pero sujeta a cambios y fluctuaciones (muchos de los cuales están correlacionados con los planetas en tránsito en el cielo), entonces podemos imaginar fácilmente cómo los tránsitos podrían arrojar a todo nuestro campo de energía dentro de una pauta diferente: posiblemente, a través de este efecto “magnético”. En otras palabras, los tránsitos alteran temporariamente, y en algunos casos hasta deforman significativamente, nuestro campo de energía innata y, de esta manera… nuestra consciencia! Depende de muchos factores cuánto durará esta alteración o esta deformación. En algunos casos, la alteración (o la transformación) parece seguir existiendo permanentemente, con una nueva armonización y con el surgimiento de una pauta enteramente nueva de la totalidad, sobre la base de la pauta vieja pero, sin embargo, fundamentalmente diferente en el modo con que las energías se expresan. En la mayoría de los casos, la alteración o la deformación será relativamente efímera y la pauta original de energía se reafianzará y restablecerá en un lapso.

Ciertos tipos de cura y terapia, como la Terapia de las Polaridades, pueden también ayudarnos a restablecer la pauta básica de modo sano, una vez que pasó un tránsito particular o una pauta de tránsito, aún cuando se acepten y reconozcan todas las transformaciones que puedan haber ocurrido. Sin embargo, cuando incluso un nuevo factor empieza a afectar a nuestro campo de energía, recordemos que el campo íntegro es lanzado dentro de una pauta diferente. Tenemos que aprender a vivir con esa pauta y ajustarnos a ella. Los planetas siguen desplazándose en sus órbitas. Los cambios de la vida siguen llegando y jamás se detendrán. Experimentamos innumerables alteraciones y transformaciones, que en su mayoría no podremos cambiar, afectar ni evitar. Pero nuestra actitud es algo que podremos en alguna medida cambiar, y esto me conduce hacia mi cita final, de un gran maestro espiritual, que es de aplicación para toda la vida y, específicamente, aporta una pauta para el empleo de cualquier método astrológico que se proyecte en el futuro: “El temor a una miseria venidera nos vuelve más miserables que la miseria real, la cual tal vez llegue o no. En realidad, nos causamos más dolor cavilando sobre nuestros problemas imaginarios en vez de apretarnos el cinturón y enfrentarlos con valentía cuando lleguen”.


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