Los trígonos disociados suceden entre signos que
normalmente cuadran o hacen quincuncio entre sí. Las cuadraturas disociadas
implican signos que comúnmente hacen trígono o sextil entre sí. Las oposiciones
fuera de signo relacionan signos que naturalmente están en quincuncio entre sí,
mientras que los sextiles fuera de signo pueden ocurrir entre signos que se
hacen cuadratura o semi-sextil. ¿Cómo podríamos interpretar estos aspectos
fuera de signo? En principio, un aspecto disociado se expresará todavía según
la naturaleza del ángulo que se forme entre los planetas. Una cuadratura
disociada atraerá las mismas situaciones desafiantes que una cuadratura normal.
Pero en un nivel psicológico un aspecto disociado reaccionará de otro modo, ya
que la variación relación entre signos modificará la actitud y la motivación.
Así es como los aspectos fuera de signo tendrán un impacto mayor a nivel de carácter
que de circunstancias.
La conjunción fuera de signo implica a signos que
naturalmente se hallan en semi-sextil. Mientras que las conjunciones normales
señalan una concentración y focalización de energías unidireccionales, las
conjunciones disociadas tienen una unidad y dirección única menos marcadas en
el plano psicológico. Dado que ahora hay dos signos diferentes con motivaciones
distintas, los estímulos mostrados por los planetas no se funden o fusionan con
tanta facilidad (especialmente si los planetas poseen temperamentos
contrastantes). Vemos entonces que las conjunciones disociadas se expresan con
menos coordinación o fuerza de propósito. El individuo podría sentirse menos
motivado para afirmarse según los modos directos, espontáneos, y obstinados de
la conjunción normal. La persona se siente inclinada a actuar con menos
intensidad, o puede sentirse torpe e incómoda cuando debe expresarse en este
terreno, aunque siga sintiendo la necesidad de actuar. Al poseer una determinación
menor sobre cómo debe dirigir sus impulsos (dado que la influencia subyacente
del semi-sextil lo lleva a evaluar), el individuo será propenso a dudar antes
de lanzarse de lleno a la actividad. Sin embargo, el matiz del semi-sextil
podría sugerir que es capaz de extraer recursos internos de naturaleza menos
aparente: imaginación, magnetismo físico, instintos de supervivencia fuertes,
sensibilidad psíquica, que podrá utilizar para mejorar su posición cuando
inicie una acción personal. En este aspecto, la conjunción fuera de signo puede
aportar más recursos que la normal, y estar menos limitada en los modos en que
se sirve de los impulsos planetarios en juego. Pero comúnmente, hay una
tendencia a volverse confuso sobre cuál es la mejor manera de sintetizar los
diversos rasgos de comportamiento, resultando de ello una cierta frustración.
El individuo deberá realizar actividades que satisfagan las necesidades de
ambos signos.
EL SEMI-SEXTIL
DISOCIADO
El semi-sextil fuera de signo abarca la influencia subyacente
de la conjunción o el sextil. Cuando los dos planetas del semi-sextil disociado
se encuentran en el mismo signo, podría existir una reluctancia psicológica a
aventurarse más allá del propio mundo subjetivo hacia experiencias
enriquecedoras que podrían nutrir el crecimiento de los recursos personales. La
influencia del semi-sextil (en principio un aspecto sutil) es quizá todavía
menos notoria cuando se halla en aspecto disociado. Los potenciales podrían ser
aún más latentes. El matiz de la conjunción sugeriría que la persona no está
todavía madura y preparada para trabajar con sus recursos internos o externos,
debe antes establecer un sentido de la identidad o de la autoimagen más
acabado. Positivamente, este tipo de semi-sextil disociado podría suministrar
más impulso y empuje hacia la manifestación de las cualidades potenciales
mientras uno aprende a implicarse más consigo mismo. Cuando el semi-sextil
disociado comprende signos que normalmente hacen sextil, el individuo será
psicológicamente más curioso acerca de cómo aplicar sus recursos potenciales.
Tendrá aspiraciones de futuro, que serán aplicaciones idealistas de beneficios
con que cuenta en el presente. De alguna forma, encontrará una manera
inteligente y original de atraer tales recursos. La estimulación del sextil
subyacente en el aspecto impide que el semi-sextil disociado caiga en la
inercia, debido a que el individuo es más inquieto psicológicamente y desea
hacer algo con su potencial. Su percepción del valor de sus recursos está más
desarrollada.
EL SEXTIL DISOCIADO
El sextil fuera de signo relaciona signos que se
encuentran naturalmente en semi-sextil o en cuadratura entre sí. En ambos
casos, estas influencias subyacentes sugieren que carecen de la facilidad
típica del sextil normal. El sextil disociado, que relaciona signos
habitualmente en aspecto de semi-sextil, es el menos molesto de los dos. Aunque
el individuo no tenga dificultades en atraer oportunidades constructivas, se
sentirá menos estimulado por ellas y puede no reconocerlas y dejarlas pasar. La
pasividad implícita en el semi-sextil desalienta psicológicamente la expresión
abierta. Existe una cierta resistencia interna a aprender cosas nuevas, y por
esa razón el individuo deberá realizar un esfuerzo consciente para volverse más
flexible en sus actitudes si desea beneficiarse plenamente de las experiencias
que atrae. Sin embargo, las oportunidades personales serán más fáciles de
conseguir ya que este tipo de sextil disociado es menos propenso a la
distracción y a la dispersión de intereses. Es menos inquieto que el sextil
normal. Posee una capacidad de concentración más fuerte, aunque disminuye la
versatilidad (limitando la variedad de nuestra expresión). Hay un conocimiento
más visceral e instintivo en lo que respecta al uso positivo de los impulsos,
además de una capacidad mayor para nutrirlos.
Los beneficios se manifestarán con más lentitud en la
vida, pero tienden a ser más valorados y apreciados. Cuando el sextil disociado
relaciona signos que hacen cuadratura entre sí, la tensión psicológica es
mayor. Las experiencias que el individuo atrae no suelen satisfacer su
necesidad interior de confrontación, y son menos estimulantes y atrayentes de
lo esperado. O actuará con más impulso y energía de la requerida por la
situación. El individuo podría crear obstáculos innecesarios e inadecuados para
la clase de situaciones que atrae. En pocas palabras, intenta con demasiado
celo lograr cosas que normalmente se obtienen sin tanto esfuerzo, o quizás se
retraiga a nuevas experiencias beneficiosas debido a un sentido interno de
inseguridad o inadecuación (inhibición). Necesitará desarrollar una mayor
objetividad. Sin embargo, la influencia subyacente de la cuadratura puede
presionar al individuo a controlarse mejor y a disciplinar las energías
inquietas de este aspecto (ya que todos los sextiles requieren un cierto
esfuerzo para volverse productivos). La clave consiste en saber cuánto esfuerzo
se necesita para lograr los mejores resultados.
La cuadratura fuera de signo relaciona signos que están en
trígono o sextil mutuo. Aunque la persona atrae situaciones desafiantes que lo
obligan a confrontar los problemas de manera directa, carece, sin embargo, de
la determinación interna para hacer frente a circunstancias tan exigentes (ya
que tanto los trígonos como los sextiles buscan las soluciones más fáciles y
fluidas y no soportan el esfuerzo continuado demasiado bien). El impulso
interno para resolver estos problemáticos obstáculos externos es generalmente
insuficiente. Por lo tanto, ambos tipos de cuadraturas disociadas están menos
inclinadas a la realización a través de la lucha y del esfuerzo. Las
cuadraturas normales son mucho más poderosas debido a que los signos implicados
se desafían mutuamente, la marcada fricción resultante ayuda a que se
desarrolle un sentido vital de energías encontradas y de fuerza. En las
cuadraturas disociadas, los signos implicados no crean la suficiente tensión, y
como resultado poseen menos ímpetu para llevar a cabo acciones decisivas que resuelvan
las dificultades que el aspecto atrae. Cuando funcionan bien, las cuadraturas
disociadas, implicando a signos que normalmente hacen sextil, muestran una
tensión muy estimulante, ya que la influencia del sextil capacitará al
individuo para reconocer objetivamente el motivo de sus conflictos internos, en
vez de continuar actuándolos de manera inconsciente. Quizás indiquen que
necesita aprender por qué sus impulsos luchan entre sí. Estará más abierto a
las ideas que le enseñen a manejar mejor sus energías en este punto (a
diferencia de la cuadratura normal que es más vindicativa). Desde mi punto de
vista, cualquier aspecto de sextil o sub-influencia de ese tenor puede actuar
como antídoto ideal para cualquier aspecto de cuadratura. Estimula la disolución
de los esquemas rígidos de una manera atrayente y poco amenazadora. Por la
tanto, en vez de contar con la que a menudo se ha llamado una cuadratura «más
débil», nos enfrentamos a un aspecto que posee el potencial de iluminar el
camino una vez que el individuo comprende que usando su inteligencia podrá
abordar los problemas. La influencia añadida del sextil dará también estímulo y
optimismo.
Las cuadraturas disociadas que relacionan signos
normalmente en trígono, si funcionan bien, sugerirán que el sentido personal de
la armonía y del bienestar permitirá al individuo aceptar los desafíos con una
fe y una confianza mayores. Sin importar lo difícil que sea una situación, la
persona pensará interiormente que las cosas mejorarán gracias a sus esfuerzos
persistentes. Negativamente, el individuo intentará evitar las
responsabilidades y obligaciones que le presenta la cuadratura, las que en
esencia no se pueden ignorar. Los problemas no mejorarán o desaparecerán a
menos que se relacionen con la cuadratura de manera realista. En vez de esperar
interiormente tropezar con una solución instantánea y mágica, debería dejar que
la influencia del trígono le proveyese de las percepciones creativas y de la
visión necesaria para resolver sus conflictos. Debería cultivar la autodisciplina
y el control y resistir la tentación de caer en la dilación.
EL TRIGONO DISOCIADO
El trígono fuera de signo relaciona signos que se hallan
en quincuncio o cuadratura entre sí. Al igual que los sextiles disociados, los
trígonos disociados comprenden influencias que tienden a disparar la disonancia
psicológica y la ansiedad, aunque los asuntos externos que atrae el trígono son
por naturaleza carentes de conflicto e inquietud. El individuo generalmente se
siente peor de lo que sería de esperar, dado que las condiciones externas
asociadas con el trígono son fluidas y agradables. Cuando el trígono disociado
ocurre entre signos que hacen quincuncio entre sí, el individuo no se acomoda
psicológicamente con facilidad a los beneficios que atrae a pesar de todo. No
sintoniza bien con alguno de sus niveles internos, por ello, siente una sutil
insatisfacción que interfiere con su capacidad para relajarse y para disfrutar
de lo que le ofrece el trígono. Los quincuncios nos obligan a analizar con
cuidado las energías y a realizar las correcciones necesarias a través de una
reorganización de dichas fuerzas, por lo que el individuo hará una serie de
ajustes menores innecesarios en áreas que no los necesitan, y que el trígono
nos indica que las energías fluyen armoniosamente. La persona con este aspecto
no interpreta las cosas de esta manera, aun cuando parezcan muy obvias para los
demás. Aunque los trígonos estimulan la expresión generosa y creativa, esta
clase de trígono disociado señala una carencia de aufoconfianza y de serenidad
interior. El individuo no está seguro de los talentos que señala el trígono, e
incluso se siente levemente irritado acerca de la forma en que expresa sus
habilidades, buscará la perfección absoluta. Tal vez sea demasiado
desorganizado interiormente e incapaz de utilizar de manera eficaz sus
cualidades, buena fortuna, o tiempo libre (los quincuncios estimulan la
pasividad cuando no se manejan bien). Por otra parte, un trígono disociado que
funciona bien incita a la persona a mejorar sus habilidades. Rara vez las da
por seguras, tiende a buscar conscientemente su desarrollo (a diferencia del
trígono normal). Cuando el trígono disociado ocurre en signos que cuadran entre
sí, las situaciones externas marchan demasiado suavemente como para satisfacer
los impulsos internos del individuo. Psicológicamente esperará algún elemento
de lucha o desafío, en vez de ello experimentará un conflicto interno cuando
vea que las condiciones que atrae no se
acomodan a su necesidad de intensidad. Esto lo llevará a sentirse insatisfecho,
al punto de crear obstáculos sólo para generar el nivel de tensión que le gusta
sentir, es decir, introduce factores inarmónicos en situaciones naturalmente
pacíficas. Debido a la naturaleza vindicativa de la cuadratura, este aspecto
disociado puede señalar talentos y habilidades que pueden ser objeto de abuso o
utilización agresiva. Todas estas manifestaciones representan el lado impulsivo
de la cuadratura. Pero dado que las cuadraturas pueden bloquearnos, el
individuo puede también abrigar actitudes represivas que dificultan su
habilidad para sentirse autosatisfecho por las actividades indicadas. Aunque
superficialmente parecerá que se expresa con fluidez, interiormente sentirá
tensión y un sentimiento de ansiedad. Inhibiciones y falta de seguridad en sí
mismo le impedirán desplegar sus talentos creativos de manera confiada.
Positivamente, el matiz de la cuadratura brindará al trígono, normalmente
indulgente y pacífico, un impulso y un ímpetu añadidos que le ayudarán a
centrarse dinámicamente en la actividad creativa.
EL QUINCUNCIO
DISOCIADO
El quincuncio fuera de signo puede ocurrir en signos que
hacen trígono o bien se oponen entre sí. El orbe debe ser de pocos grados (3° o
menos). Cuando el quincuncio disociado opera a través de signos que hacen
trígono, el individuo tendrá una actitud optimista o positiva en su
acercamiento a los ajustes requeridos. Mostrará un interés vital en reorganizar
esas partes de sí mismo que le impiden funcionar al máximo de su potencial (puede sentir o
visualizar el ideal al desarrollar y esa visión lo inspira). Estará
psicológicamente dispuesto a mejorar de manera significativa, a veces, los
ajustes serán incluso placenteros. Quizás buscará canales creativos para sus
necesidades de autocorrección. La quejosa irritabilidad de este aspecto se
sentirá menos debido a la naturaleza fluida y libre de tensiones del trígonon y,
sin embargo, esta cualidad puede ser negativa en cierta forma ya que puede
estimular el ajuste al problema en sí (los trígonos promueven la pereza y la
dilación) en vez de realizar un ajuste trabajando diligentemente para hallar
una solución adecuada (el trígono espera confiadamente que todo saldrá bien sin
tener que esforzarse). Este aspecto indica una confianza mayor para hacer frente
a los sutiles desafíos del quincuncio, además del idealismo necesario como para
desear mejorar las condiciones.
Cuando el quincuncio disociado opera a través de los
signos que hacen oposición entre sí, brindará una perspectiva mayor y
potencialmente más clara que los quincuncios normales. El individuo siente de
manera innata que necesita establecer un equilibrio interno a través de los
ajustes exteriores que realiza. Sin embargo, estará menos motivado para llevar
a cabo esos ajustes sin el apoyo psicológico y el estímulo de los demás. Quizás
uno de los más importantes es aprender a ser menos dependiente y a estar más
dispuesto a poner a prueba su confianza en sí mismo. Necesita reafirmarse en
sus relaciones. El matiz que brinda la oposición refuerza la tendencia del
quincuncio a separar y a sacar del medio lo que obstaculiza al crecimiento (las
oposiciones sugieren impulsos separativos). El equilibrio psicológico será de
primerísima importancia si el individuo desea trabajar de manera constructiva
en su mejoramiento sin perder de vista cuál es el propósito de tales esfuerzos.
Los ajustes serán más fáciles una vez que el individuo esté dispuesto a
cooperar con otros y a mostrar más consideración por las necesidades ajenas.
Negativamente, puede perder el sentido del equilibrio, mientras dos fuerzas
opuestas luchan en su interior, las que a su vez lo fragmentan psicológicamente;
este proceso puede manifestarse externamente a través de serios disturbios
mentales o físicos. Deberá confrontar objetivamente esas actitudes internas que
tienden a sofocar su capacidad de desarrollo y le impiden vivir ordenada y
productivamente.
La oposición fuera de signo relaciona signos que hacen
quincuncio entre sí. Indica la necesidad de hacer importantes correcciones o
ajustes en las relaciones. Usualmente una oposición nos brinda una perspectiva
más amplia de ambos lados de la situación, o bien aprendemos a reconciliar las
diferencias o nos enredamos en constantes conflictos y antagonismos. Una
persona con una oposición disociada no percibirá las situaciones tan clara o
ajustadamente (los quincuncios producen una visión alterada que puede crear
muchas distorsiones menores o la incapacidad para captar los detalles más
sutiles). Así, los factores contrastantes que operan en las relaciones no son
fácilmente percibidos por el individuo.
Cuando descubre su ceguera psicológica se irrita. Este
aspecto tiende a generar incertidumbre y ansiedad en el manejo de las
relaciones, dado que los signos implicados carecen del poder de coordinación
típico de la polaridad opuesta. Debido a ello, el aspecto disociado atrae pero
no puede sostener el magnetismo a la manera de la oposición normal, y produce
inquietud psicológica en el individuo. Los conflictos externos serán menos aparentes,
pero los internos serán más agudos.
Necesitará una reorganización mental o emocional de los
propios procesos de percepción del otro. El individuo deberá trabajar más
duramente para recibir correctamente los mensajes que la gente le da, si desea resolver
su desasosiego interior.